ESPECIAL

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LEAN LA LETRA DE LA CANCIÓN.

Honestamente no esperé a que Elliot y Arie ganaran la votación. Pero vale, lo entiendo, así que espero de todo corazón que disfruten el especial. También espero poder publicar más, pero este extra es muy, MUY especial para mí, porque celebramos nuestro primer 1k de votos.

Wow, en serio, wow. Les agradezco mucho, espero volver a leerlos en Reino de Luz y Sombras.

Sin mucho más que decir... preparen sus pañuelos.

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—Dime cuál es tu color favorito.

Elliot entrecerró los ojos en dirección de Arie. Como de costumbre, estaba echada a su lado, a una distancia prudente, y esperando a que él respondiera la lluvia de preguntas que lanzaba cada cinco segundos.

—No lo sé. Es un color. —Se encogió de hombros, y luego descansó sus manos encima de su estómago—. Todos son iguales.

Ella soltó un bufido, y luego una pequeña sonrisa que decía implícitamente: sabía que dirías eso.

—No, no lo son. —Puso los ojos en blanco. Hacía eso cada vez que él respondía; decía que sus respuestas eran más aburridas que su profesor de química, y que ese libro que la habían mandado a leer en el instituto—. Piensa en uno.

—Los colores solo son... —Estudió el rostro de Arie frente suyo, quien de un momento al otro se había hecho delante para apoyar su rostro en su pecho, con ambas manos debajo de su barbilla. Así de cerca, podía ver claramente los destellos de verde en sus dos rendijas amarillas. Lucían como un prado en primavera, bajo el beso de un ardiente sol por la mañana.

Sonrió. Ella le devolvió el gesto.

—¿Qué? —preguntó, y luego hincó el centro de su pecho con su dedo índice. Elliot suspiró, y luego miró hacia el techo, como si realmente estuviera pensando en su respuesta, a pesar de que sabía claramente cuál era.

Vida, sí. Como un prado en primavera...

—Ámbar. —Le devolvió la mirada, y luego su corazón se detuvo un poco cuando la encontró estudiando su rostro. En respuesta, alzó una ceja—. ¿Es mi mejor ángulo?

Ella rio. Luego llevó una mano dubitativamente a su rostro, y trazó el contorno de su mandíbula, de su nariz, y luego sus labios. Tan lenta y dolorosamente, que Elliot contuvo la respiración en todo momento; como si un movimiento en falso pudiera causar un paro cardiaco. Dado la manera en la que ella lo hacía sentir, no estaba muy lejos.

Simplemente... no esperaba que se mostrara interesada en él. No de esa manera. Pero ahí estaba, mirándolo de una manera que no podía, no lograba entender a nadie más salvo ella; porque la miraba justo igual.

Había pasado ya un buen tiempo desde que ellos se acostaron, y no había vuelto a pasar. Ni siquiera un beso. Y dioses, no era porque no quería. La deseaba más de lo que quería admitir, pero él jamás la obligaría a hacer algo que no quisiera. Jamás dejaría que pasara algo entre ellos si ambos no estaban en condiciones de dar un primer paso.

Así que había decidido ser su amigo.

—El mío es el verde.

Alzó ambas cejas. Sabía perfectamente lo que estaba haciendo.

—Tienes una forma de coquetear horrible.

Arie se encogió de hombros.

—Lo hago mejor que tú, no seas llorón. —Se levantó de la cama, y luego pegó un pequeño salto cuando la alarma de su celular comenzó a sonar. Se tambaleó sobre su propio eje y en un segundo él ya estaba ahí, sujetando firmemente su mano. En agradecimiento, ella le sonrió ampliamente y tiró de la manta de dinosaurios que había comprado horas atrás—. Ven, vamos al techo.

Efímero & 180 [✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora