CAPÍTULO 3

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8:00 AM.

Básicamente, me arrastré al baño.
Me miré de perfil. La cascada "castaña" que se supone era mi cabello, se veía en lo alto por la goma que lo sostenía. No estaba mal, el castaño cobrizo (bueno, era más rojo que otra cosa, pero nosotros digamos que castaño) era de los colores que más me gustaban.

Me di una ducha rápida, y cuando regresé a mi habitación, Larissa estaba echada en mi cama, sosteniendo mi celular, seguramente viendo ropa en pinterest.

Tomé unos jeans, botas, y un suéter para comenzar a cambiarme.

—No he podido dormir bien— me giré hacia ella, que ahora estaba mirando hacia el techo. Me miró por el rabillo del ojo y esperó a que siguiera —No quiero hablar de eso, aún. Pero te lo compensaré cuando te enteres que ayer el molesto hermano de Megan se metió en la madrugada, ebrio ¡Y casi me golpea la cara!

Cuando esperé a que se pusiera de mi lado, hizo lo peor.

Comenzó a reírse.

—¡Oye!— agarré una prenda cualquiera y se la tiré en la cara. Ella la apartó divertida —Pudo haber sido un asesino en serie. Pude haber muerto.

Larissa se sentó como indio.

—Venga, ¿Quién fue? Malcom... — arrugó su nariz —no, así no se llamaba. La verdad es que solo recuerdo lo guapos que eran. Ninguno me dijo su nombre, tampoco Megan. Solo... me los señaló desde lejos.

—Pues aquí te va uno— señalé a la puerta, como si él estuviera ahí —Elliot.

Ella entrecerró los ojos. Abrió la boca para hablar, y después de unos segundos, la volvió a cerrar.

—No tengo i...

—Shhhh— le hice una mueca —¿Sabes qué? No lo vale. Estoy en mi momento de paz— alcé las manos, como si de repente estuviera canalizando todas las buenas vibras del universo.

—Tu párpado está palpitando— se levantó de la cama y puso ambas manos sobre mis hombros. No necesitaba abrir los ojos para darme cuenta que estaba mirándome como si acabara de salirme una tercera cabeza —Solo piensa en la increíble fiesta que tendremos esta noche.

Abrí un ojo.

—¿Fiesta?

—En la residencia de chicos.

Ah, ¡pero qué magníficas noticias son esas! Me vas a llevar con un grupo lleno de adolescentes que no saben controlar su...

Shhh.

De repente, me sentía de buen humor. El día comenzaba a tener color ante mis ojos. Y tenía sed. Mucha sed. No necesariamente de agua.

—Es mi día de paz. ¡Mi día de paz!— casi grité de la emoción. Entrelacé brazos con Larissa y sin mucha preocupación, agarré mi mochila. Hoy era la nueva era de Arie. La era en la que la buena y dulce chica lo pasaría en grande con Larissa y no dejaría que nadie lo arruinara.

Salimos juntas de la habitación y solo por un momento, se me fueron los ánimos cuando llegamos a la sala.

Era una broma, ¿no?

Una broma muy cruel.

Mis brazos se tensaron por completo y Larissa lo notó al instante. No pareció entender al inicio, así que clavó la mirada en Megan, pero ella tampoco entendía muy bien lo que pasaba. Un muchacho a su lado, nos observaba sin expresión alguna. Tenía los ojos grises, nariz respingada... cabello moreno. ¿Por qué las facciones se me hacían tan familiares?

Efímero & 180 [✔️]Where stories live. Discover now