CAPÍTULO 32

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Collin

Tenía la esperanza de que Pollux no supiera lengua de señas. Pero, para mi mala suerte, el tipo sabía más de lo que parecía. Fuera de ser un genio en sistemas, resulta que ingresó a la universidad a los 16 a estudiar medicina y luego dejó la carrera para tomar un curso en forense. Además, acababa de terminar de aprender código morse y no dejaba de lanzarme más y más información de él como si me hubiera atrevido a preguntar.

Ahora sabía que cumplía años el mismo día que Arie, y que su cumpleaños era hoy.

Afortunadamente, ella había pasado las últimas semanas con Jadiel y casi no se había dado cuenta de lo que traíamos entre manos. De cierta manera, mi hermano tampoco lo sabía. Elliot y yo habíamos decidido dejarlo de lado en esta ocasión, porque quizás era la primera vez en toda su vida que realmente estaba tomando un... ¿descanso? Si se podía decir así.

Después de que Jadiel quedara fuera, Pollux y yo nos encargamos de buscar a Trevor Rooselvelt mientras Elliot se encargaba de recolectar información necesaria para desenmascarar a Aluce y por fin llevarla hacia donde pertenece: Rusia.

Habíamos tenido una pequeña desviación en el plan.

Resulta que el tercer mes no conseguimos nada y estaban a punto de anunciar que mi familia se había ido a la quiebra. Ya no teníamos el mismo poder dentro del círculo y la pirámide comenzaba a notarlo. El primero era conformado por familias poderosas que se encargaban de manejar lo necesario dentro de la mafia. Es decir, les facilitaban el lavar dinero, les brindaban autos y miles de ventajas a cambio de un puesto, un porcentaje de sus ganancias. Los mafiosos podían tener poder, pero nosotros teníamos los contactos necesarios para que ellos pudieran posicionarse en la pirámide.

Por eso es que temí por Arie desde un inicio. No era difícil asumir que su abuelo planeaba forzar un compromiso con tal de no perder poder dentro del círculo, porque queramos o no, las familias perdían influencia con el tiempo, o se metían más de lo debido con la mafia.

La voz de Pollux hizo que saliera de mis adentros.

—Lo más probable es que esté a las afueras de la ciudad. Dudo mucho que esté caminando entre nosotros, siempre ha sido muy precavido con sus pasos— le dio un mordisco al pedazo de pizza que se había auto regalado y se sentó en la silla giratoria frente al escritorio del cuarto que habíamos alquilado para él semanas atrás —Ahora que lo recuerdo, ¿Arya y tu no son mejores amigos?

Asentí. Ya sabía a dónde iba.

—Llévame.

—No.

—Por favor— juntó las manos —Toda mi vida me he limitado a ver a mi hermana por fotografías—señaló la pantalla —esto tardará horas. Podemos ir y decir que solo soy un amigo tuyo.

—Yo no tengo amigos. Solo a Arie.

—Puedo ser un guardia. Lo que sea— ladeé la cabeza en su dirección —Por favor, Collin. Déjame ver a mi hermana, juro que no lo estropearé.

Me detuve un segundo a examinar su habitación. Las únicas fotos que tenía eran algunas con Evan y otras con lo que supuse era su difunta madre. Todo estaba desordenado y tenía pilas de documentos y libros esparcidos en una esquina.

En resumen: la única familia que tenía era su gato.

No lo hagas. Algo puede salir mal.

Solté un suspiro.

—La información me llegará al celular. Está configurado para que también le llegue a Elian. No hay nada de qué preocuparse y...

—Arie no sabe que existes. Así que ante cualquier escena de hermano mayor...

Efímero & 180 [✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora