CAPÍTULO 20

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—Arie, ¿en qué carajos estabas pensando?

La voz de Elian hizo que saliera de mis adentros.

En cuanto Kendall y yo habíamos salido del sótano, él nos estaba esperando en las escaleras.

Sí, el grupo se había separado. Al parecer, las reglas de hace otras atrás se habían ido al tacho.

Pero, ese no era el punto.

¿Dónde me quedé?

Ah, sí. Elian.

Kendall y él me habían llevado a la biblioteca de la fraternidad de los Van Iveren para llamarme la atención. Había discutido con ellos unos 20 minutos sin parar, pero me cansé, así que solo me senté y dediqué a escuchar los arranques de madre sobreprotectora de mis amigos.

Quería estar molesta con ellos, pero simplemente no podía por completo.

Si habían decidido meterse en todo ese mundo, entonces tenían muy buenas razones, pero mi cabeza no podía procesar nada de lo que había pasado, ni de lo que me había enterado. 

—Sé que debes estar perdida en estos momentos, Arie— habló Elian —Pero... no puedes decírselo a nadie.

—Lo sé.

—Si piensas que nos acercamos a ti solo porque nos mandaron... no es cierto.

De repente, habían leído mis pensamientos.

Yo no podía hacer nada con lo que se cargaban en manos y con el "club de lectura", pero debo de admitir que quizás se me cruzó por la cabeza el hecho de que se habían hecho mis amigos solo porque el trío de idiotas se los ordenaron.

Además... advertida ya estaba. Collin me lo había dejado en claro. Y siendo honestos, me imaginaba algo de esta magnitud. Pero... era muy diferente imaginarlo a vivirlo.

—Déjenme hablar de una vez— alcé la vista para ver a mis amigos, que intercambiaron una mirada rápida antes de guardar silencio completamente.

Estaban rígidos, y con una gran intriga reflejada en sus rostros.

—No voy a decirle a nadie— afirmé —Solo tengo una pregunta, y quiero que sean honestos conmigo.

Ellos asintieron.

—¿Ustedes... saben lo mismo que Jadiel... de mi?

Kendall dio un paso adelante.

—No, Arie. Hay algunas cosas que solo saben los tres.

—Y...

—Y tú estás incluida.

Solté un suspiro. Sentía que me quitaba uno de los mayores pesos de encima.

El saber que Elian y Kendall no tenían ni idea de lo que había vivido y vivía, me hacía sentir más que aliviada. Digo, eso no quitaba que tuviesen una idea, pero estaba agradecida de que no conocieran detalles.

—Estamos bien. Solo... dejen que lo procese.

—Ary...

—Sé que no debo preguntar más, pero... ¿ustedes...

—Todo a su tiempo, Arie— cortó Kendall —aunque siendo honestos, no podemos darte lo que buscas.

Elian comenzó a rascarse la nuca, nervioso.

—Kendall es su mano derecha.

—¿Ah?

—De Elliot. Es la mano derecha de Elliot. Y yo... yo organizo y ayudo a plane...

Kendall le dio un zarpazo en la cabeza.

—¡No podemos revelar eso, idiota!

—¡Pero si de todas maneras se va a enterar!

—¡Pero... no me grites!

—¡Entonces deja de gritarme... tú... cara de zanahoria!

—¡Cállense los dos de una vez! ¡¿Qué no ven que estoy procesando todo, par de idiotas?!

Ellos comenzaron a maldecir mientras se empujaban el uno al otro de costado.

—Lo has arruinado todo.

—Solo estoy protegiéndola...

—¡Estoy aquí!

Ambos se callaron en un abrir y cerrar de ojos.

Nos quedamos en silencio unos minutos, pero no fue uno de esos incómodos. Creo que los tres estábamos procesando... todo.

Si me quedaba más tiempo... perdería la cabeza.

—Tengo que salir de aquí— sentencié, haciendo a un lado a mis amigos antes de salir de la biblioteca.

La casa estaba repleta, pero logré zafarme de las personas que se me atravesaban.

Me acerqué a la mesa de cócteles y pedí una botella de agua para comenzar a tomar como una desquiciada.

Mensajeé a Megan y Larissa para saber dónde estaban, pero ninguna me respondió.

Merondeé por el lugar, cada vez había menos personas. Bailaban, se besaban, y luego iban al segundo piso.

Quería subir. A lo mejor, me cruzaba con Collin y entonces podría ayudarme con el tremendo lapsus mental en el que estaba. 

Pasé por la pista de baile, habían unas chicas mostrando sus pechos al lado de dos chicos que hacían lo mismo. Por inercia, giré la mirada hacia uno de los asientos en los que mis amigos y yo habíamos estado, y me arrepentí al instante.

Larissa y Megan.

Megan y Larissa.

Mis dos amigas estaban besándose con desdén en el mueble.

Larissa tenía ambas manos hundidas en el cabello de la rubia y ella sostenía los antebrazos de mi mejor amiga.

Me di vuelta. Mi cabeza no tenía espacio para más eventos que me dejaran descolocada.

Mi cara casi choca contra el pecho de Aaron, pero él sujetó mis brazos con firmeza.

—Eh, Arie— dijo animadamente. —¿Cómo estás?

—Sácame de aquí.

Él sonrió extrañado.

—Bien... pero, ¿a dónde quieres ir?

Alcé la vista hacia él con una mueca. ¿Por qué era tan difícil que entendiera indirectas?

—Sabes a dónde.





- - inserte cara de payaso - -

Bueno, este cap ha sido súper corto porque el anterior me exprimió. Actualizaré lo más pronto que pueda.

Les quiero.

Y de paso les dejo el banner de Sage.

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Efímero & 180 [✔️]Where stories live. Discover now