Capítulo 62

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En el bosque, el equipo de ataque sorpresa se había encontrado con refuerzos edo-tensei que Kabuto había enviado, había ninjas de todas las naciones, eran cuatro, pero el que más sobresalía entre ellos era un shinobi de nombre Hanzo, ante eso Kankuro murmuro que se prepararan para la retirada ante el desconocimiento de que puede hacer el enemigo, sin embargo, él no esperó volver a ser salvado, delante suyo parte de la primera división aterrizo delante suyo, el propio Darui se colocó delante y realizó señas rápidas.

Rayos negros salieron de las manos del capitán, provocando que los edo-tensei saltaran para esquivar por instinto, en el aire fueron confrontados por ninjas de la alianza, los cuales los golpearon, provocando que fueran enviados al suelo, donde el escuadrón de sellado comenzó a bloquear sus movimientos, el problema era Hanzo, el cual se encontraba reteniendo varios ataques e hiriendo a muchos, el hecho de que sus armas tuvieran veneno solo hizo que un corte bastara para ponerlos en peligro.

-De él me encargo yo – un clon de Naruko dijo aterrizando delante de todos.

Una luz dorada la cubrió y nueve colas de chakra fueron hacia cada uno de los heridos, el chakra de Kurama elimino la toxina después de que ella comenzará a absorberlo mientras sanaba las heridas, sus manos se movieron hacia su cabello, el cual decidió organizar de una forma que despertó la curiosidad del invocador de salamandras, el cual se puso en guardia mientras recordaba el pasado.

-Eres estudiante de uno de los sanin, el peliblanco que ataca con su cabello.

-Jiraiya, el sanin más poderoso – ella respondió mientras formaba un rasengan en su mano derecha.

En cuestión de un parpadeo el clon apareció delante de Hanzo, el rasengan golpeó el pecho del edo-tensei desapareciendo esa zona de su cuerpo, cadenas de chakra se incrustaron en su cuerpo y el flujo de chakra se detuvo, la herida en el pecho no se regeneró por su cuenta y Kabuto solo pudo sorprenderse ante las capacidades de su enemiga, eso solo lo hizo sonreír mientras quería probar el mejor de sus edo-tensei contra la chica.

-Forjaste el mundo shinobi durante la guerra, permitiste que el odio se expandiera a pesar de tener la mayor influencia, pero eso no importa ahora, por todos los que están detrás de mí y los que luchan en otros lugares, devorare ese odio y no dejaré que otros vuelvan a sufrir.

El alma de Hanzo fue liberada mientras la chica volvía a saltar en otra dirección, todavía tenía cosas que hacer y el color dorado de sus ojos demostró que iba completamente en serio, ella volaría, pero siendo un clon su chakra se podía agotar con más rapidez incluso si estaba absorbiendo energía natural de manera constante, ante lo cual decidió simplemente ir a pie, no es que fuera lenta así, solo se demoraría uno o dos segundos en llegar a la zona prevista.

-Son los hermanos de oro y plata, Ginkaku y Kinkaku – Samui dijo parada al lado de Fuu, la cual solo señalo las armas que poseían – son armas divinas, se cree que las creo el rikudou senin.

-Ya veo, bueno, no importa, dile a alguien del escuadrón de sellado que esté listo, los demás manténganse lejos de mi combate, tampoco dejen que los zetsu los toquen o imitaran nuestras apariencias y chakra.

Fuu solo haría tronar su cuello un poco al sentirlo algo rígido, el chakra que la rodeaba crearía una especie de armadura similar a la que Chōmei parecía portar, entonces, en cuestión de un segundo aparecería en medio de ambos edo-tensei, ambos serían golpeados en direcciones opuestas mientras el látigo enroscado alrededor de su brazo volaría en dirección de otro edo-tensei, el brazo de Kakuzu sería atrapado por el látigo aguijón antes de que pudiera robar el corazón de un shinobi, su mano libre se tornaría de un color más oscuro antes de que el puño de Fuu chocará con el suyo.

Ahora es su historiaWhere stories live. Discover now