Capítulo 8

860 84 34
                                    

Ella sintió aquel chakra, al principio parecía frío e indiferente, luego, cuando este empezó a acercarse fue cálido, amable, una cadena de chakra salió de su espalda yendo debajo de la tierra cuando reconoció a quien pertenecía, abrió sus ojos con dificultad por culpa del sol que golpeo sus ojos sin piedad alguna, soltó una maldición silenciosa mientras se sentaba y frotaba su rostro en un intento por quitar lo que quedaba de sueño, escondió su técnica con su cabello y miró al chico de facciones demasiado femeninos, no pudo evitar sonrojarse por su cercanía o por el hecho de que su frente estaba colocada contra la suya.

-Bien, no parece que te hayas resfriado, pero ¿por qué dormías en medio del bosque? – él o ella pregunto con curiosidad.

-Estaba entrenando, me quedé sin chakra y caía dormida aquí – Naruko contesto todavía con una pequeña muestra de su sonrojo.

- ¿Por qué entrenas? Digo, por los múltiples cráteres pareces muy fuerte.

-Hay alguien a quien quiero superar, para que así no tenga que cuidarme todo el tiempo y pueda descansar.

-Parece que es alguien importante para ti.

-La más importante en mi vida, es mi única familia (incluso si se que no es mi hermano en realidad), la única persona que puedo decir que amo de todas las que conozco.

Dentro de ella, Kurama se sorprendió por el repentino pensamiento, se pregunto en que momento su jinchuriki se había enterado de eso, así que de manera silenciosa examino sus recuerdos, descubrió que ella había llegado a engañarlo a él y a todos en la casa, fue durante la segunda noche que Jiraiya se quedó, el sanin y el pelirrojo estaban examinando el sello en el pecho de Menma, terminaron hablando sobre el pasado del chico y como Naruko estaba escondiendo su presencia, no fue notada, simplemente escucho todo, desde la función de aquel sello hasta el motivo por el cual su hermano ocultaba su verdadera apariencia.

-Yo creo que cuando luchas por alguien importante es cuando verdaderamente te vuelves fuerte, así que vas por un buen camino – la persona dijo recibiendo un asentimiento de la niña, quien se encontraba ayudándole a recolectar unas flores medicinales.

-Él siempre carga con muchas cosas y no las comparte, se comporta como si nada de eso importara y siempre actúa bien a mi alrededor, incluso si hay ocasiones en las que se que quiere gritar o destruir algo.

En ese momento, el chico en kimono rosa no pudo evitar pensar en las similitudes que compartía con la niña, había pensado en matarla, en hacer más sencillo el trabajo de su maestro, pero no pudo hacerlo, no le gustaba tomar la vida de alguien más, mucho menos cuando esta no podía defenderse, sabía que estaba fallando en su misión como una herramienta, aun así, la parte que seguía considerándose humano se alegró.

-Por las plantas que recogemos, debes querer curar las heridas de alguien ¿eres algo así como un médico sin certificado? – Naruko pregunto con ligera diversión, sacándole una risita a su acompañante.

-Se podría decir que sí, pero solo puedo tratar heridas leves, unas muy profundas o demasiado grandes están fuera de mi alcance.

-Tal vez aprender ninjutsu médico pueda ayudarte, así que si te gusta la idea podría pedir un par de favores en la aldea y dejar que te inscribas como un médico en entrenamiento.

Ella quería por todos los medios no tener que enfrentarlo, no quería matar a una persona que sabía que no era mala, podía sentir como no tenía ninguna mala intención y solo estaba actuando normal, bueno, tan normal como si podía actuar al lado de tu enemigo, podía sentir sus emociones, estaba un poco nervioso a la vez que preocupado, se veía afanado, así que hizo un sello de mano y tres clones aparecieron.

Ahora es su historiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora