Capítulo 25

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-He vuelto nii-san – dije sin tomar mucha importancia al hecho de que él se encontraba en su oficina.

- ¿Nii-san? – un hombre que no conocía dijo con una ceja levantada.

-Perdón, no sabía que se encontraba en una reunión hokage-sama – conteste mientras me sentía un poco insegura.

De repente escuche dos risas, vi que aquel hombre se encontraba envuelto en una nube de humo, entonces comprendí que se trataba de un clon de sombra, no pude evitar que apareciera un puchero en mi rostro, se suponía que acababa de regresar de una misión que casi me mata, bueno, estoy exagerando, solo estuve mucho tiempo desmayada, el clon desapareció y solo quedó el original, cuya sonrisa me sorprendió.

-Es bueno ver que estás bien – dijo, abrazándome luego de usar una velocidad que no fui capaz de seguir.

-Sí, he vuelto.

Me encontraba bastante feliz en este momento, no pensé que estar atrapada en una guerra durante casi dos semanas me hiciera desear volver tanto a mi hogar, extrañaba ver a mi hermano, antes de que me diera cuenta, lágrimas se encontraban bajando por mis mejillas, en verdad sentí mucho miedo durante todo ese tiempo, puedo tener un rostro tranquilo, pero teniendo a nii-san aquí conmigo no pude seguir aguantando, ante la paz en mi corazón simplemente perdí.

-Ya estoy mejor nii-san – dije luego de recordar porque me había adelantado, bueno, una de las razones – nos acompaño el embajador de la nueva Kiri, quiere discutir contigo los asuntos políticos y económicos.

-Ya veo – un clon apareció sin que él hiciera sellos manuales y se sentó en el asiento de kage – neko, por favor escóltalos aquí.

A nuestro lado una anbu apareció agachada mientras decía sí, un instante después se fue en un remolino de hojas, dejándonos solos, bueno, seguía habiendo otros anbu en la habitación, pero eso no era lo importante, los dos habíamos salido de la habitación conmigo en los brazos de nii-san, no me molesto estar en esta situación, me recordó a cuando era una niña pequeña y tenía una pesadilla, no me importaba que gran parte de la aldea me viera, lo que ellos pensaran me era indiferente, estar junto a nii-san hace que olvide la madurez que obtuve con el tiempo y me sintiera pequeña una vez más.

-Así que llegaste a un acuerdo con tu otra personalidad y fuiste capaz de vencer a Yagura aunque recibiste ayuda de Fuu – nii-san exclamo con una sonrisa en su rostro, haciendo que asintiera – estoy orgulloso de ti.

-Sí, pero después caí desmayada, eso habría sido peligroso si hubiera estado sola.

-Pero no lo estabas - ¿acaso es imposible borrarle la sonrisa del rostro? – entonces ¿Qué paso luego de que te despertarás?

-Eh, umm, Mei-san me visitó y charlamos durante un rato, me agradeció por haberla ayudado y me prometió que no iba a sellar a Isobu otra vez, que lo protegerían de los Akatsuki en su lugar.

-Eres una gran negociadora, incluso si no le pediste nada.

-No te burles – pedí comportándome como una niña, me estaba divirtiendo.

- ¿Y bien? ¿Cómo es el embajador?

- ¿Eh? Ah, es uno de los últimos espadachines de la niebla, su nombre es Choujuro, es hábil con técnicas de agua y el uso de... espera, tú ya sabes de quien estoy hablando.

-Puede que lo sepa, pero entre los cambios que he hecho y los que están ocurriendo debido a ellos no se que esperar, si puedo evitar sorpresas imprevistas o que se salgan de las múltiples contingencias que tengo, mejor.

-Tú y ero-sennin han estado planeando muchas cosas desde que nací ¿verdad?

-Los dos habíamos contado al principio que tus padres no morirían, pero visto que no pude impedirlo que eso ocurriera, tuvimos que adelantarnos a todo lo que yo ya sabía, pero tampoco sirvió de mucho dado que Hiruzen también murió.

Ahora es su historiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora