37. 𝙽𝚘 𝚎𝚜 𝚞𝚗𝚊 𝚓𝚊𝚞𝚕𝚊

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Cuando despierto sé que no estoy solo, lo estoy viendo con mis propios ojos: Noel está durmiendo a mi lado. Tiene la boca abierta y se le cae un poco de babilla que ya ha creado un hilo fino en su parte de la almohada; su brazo estirado está por encima, porque eso hacía al principio cuando tenía miedo de abrazarme y aplastarme con su fuerza. Su pelo está revuelto, estoy seguro que como mínimo llevará un pantalón sin nada debajo; y que está aquí porque aunque tenga la flecha azul clavada en su pecho, los sentimientos no pueden ser manipulados por mí. Por mucho que le eche una capa de pintura, seguirá debajo: Latiendo por mí.

Me permito admirarlo en silencio, conteniendo mis ganas de llorar porque lo que tengo planeado hacer es por el bien común. 

Quiero recordar todo lo que pueda con ayuda de mis ojos, que mi cerebro lo grabe a fuego en mi alma, y que el corazón recuerde que su olor es único y especial. Me lo permito porque sé que en cualquier momento el tiempo se transformará en un cuervo y abrirá sus alas, se lanzará desde la altura más alta para que la adrenalina no lo mate y sus aleteos firmes; aunque duelan; lo eleven hasta el cielo para fundirse contra las estrellas. Dejará esparcido por el territorio su recuerdo.

Sé que sus sentimientos son frágiles cual cristal, aunque sus puños sean de acero. También sé que esa anchura y altura aguardan a alguien que necesita ser protegido de todo mal, obtener su calor corporal, y que el sonido de sus respiraciones lo adormezcan. Nunca seré capaz de olvidar cada detalle peculiar, como el espasmo de su pie cuando se transforma en lobo; y mucho menos esa manía de observarme, como si esperara que mi cuerpo echara a volar y lo perdiera de vista en cuanto pestañeara.

Vacilo en acercarme, porque me gustaría recordar lo suave que es su piel pese a ser cálida, pero no lo hago. Sólo observo, lo admiro, y desgloso en mi mente su anatomía que es el sueño de cualquier persona que sea capaz de soñar con su cuerpo. 

Su abrazos son grilletes que no te importa que te aten, y su boca un cepo que te ata al placer. Sus emociones una jaula, la más hermosa y brillante, que adorarías en algún momento perecer. Los ojos más bellos, la sonrisa más tierna, pero la furia más devastadora que sería capaz de destrozar cualquier cuerpo humano.

Aun así es un refugio, un hogar.

Y aunque yo necesite constantemente un sitio donde anidar, quiero creer que ya he vivido suficientes desgracias para saber que no es justo quedarme. Lo amo, lo quiero y lo adoro; no existe ser humano —y lobo— que merezca más que él. Te cuidará, te construirá un altar, te besará aunque su sed de ti nunca se agote. 

Noel es mucho; es todo. 

Nunca es suficiente.


Salgo de la cama un rato después de permitirme soltar algunas lágrimas silenciosas, lo que me lleva algo de tiempo porque no quiero que note mi ausencia durante el proceso. Pero en cuanto lo consigo mi respuesta es la esperada: Un pantalón que le marca el culo, y por lo tanto no lleva nada debajo.

Termino saliendo por la puerta con cuidado, llevando mis zapatillas de por ir por casa en la mano, voy bajando los escalones, y cuando pasó el primer arco de la casa Edel me asusta con una despedida. Ese muchacho siempre se marcha, es un poco callejero, pero es joven y supongo que es algo inevitable. Es el único al que puedo ver directamente a la cara; él no está atado a mí como sus hermanos, así que no es peligro.

Me pongo las zapatillas una vez alcanzo la cocina y mi bolsa de alpiste condimentado para mis pájaros: Esta vez quedan poco más de treinta, y porque el mes que viene es octubre. En cuanto sea treinta y uno ya no quedará ninguno.

Al salir encuentro a Hiel recibir todos los picotazos por parte de mis pájaros, pero lo hacen por la razón que imagino. No es que no lo quieran, sino porque saben que he tomado una decisión y no van a permitirme que me eche atrás. Quizá es por eso que el abuelo y papá insistían en que los pájaros me ayudarían en todo momento: Ellos eran mi calendario hasta que eligiera mi misión, hasta que mi legado fuera extirpado del mundo de los vivos.

𝓩 i e l [También en Inkitt]Where stories live. Discover now