18. 𝙰 𝚟𝚎𝚌𝚎𝚜 𝚕𝚘𝚜 𝚜𝚎𝚗𝚝𝚒𝚖𝚒𝚎𝚗𝚝𝚘𝚜 𝚍𝚞𝚎𝚕𝚎𝚗

442 60 1
                                    

Hiel

Desde muy joven aprendí que la libertad ajena era abrazada, aceptada y comprendida por todo el mundo en cierta medida. Luego estaban aquellos que se creían en la potestad de criticar u opinar. ¿Pero qué pasaría si estás atado a esa libertad ajena por tus propios sentimientos? ¿Cómo te sentirías al saber que tienes la oportunidad de que tus sentimientos sean aceptados, pero al mismo tiempo temes que te los rompan aunque sea sin querer?

La libertad duele, es injusta y cruel; al igual que la gente que no me valoró.

Por eso callo, observo, mantengo la distancia y me muero de celos por dentro cuando Noel muestra esa naturalidad descocada frente a Ziel. A mí también me gustaría estar en una situación similar, una donde su piel tocaría la mía y me perdería entre sus pecas como puestos de carretera. Desearía llevarlo a un claro y llenarlo de flores, permitir que el sol tocara su piel y yo lo miraría como un idiota en silencio. Admiraría su fragilidad, me escondería en sus ojos asemejándose a un tímido bosque, y después le hablaría de aquellas cosas desconocidas pero que, al mismo tiempo, son fascinantes.

Noel no es consciente de que una relación a tres no es fácil. Necesitas prepararte, compartir, errar y aprender, investigar... Claro, pero él no es así. Es espontáneo, actúa sin pensar y cree que todo le saldrá bien si le pone ilusión; y se equivoca, porque un error suyo no sólo me dañará a mí como efecto colateral sino también a Ziel al ser tan reservado.

Él no sabe lo que se siente cuando una chica te dice que eres hermoso pese a que te veas tan diferente a tus hermanos, que son unos dioses, y tú sólo tienes una cara bonita y altura. ¿Y para qué? Para que coja tu corazón, el cual permites que te lo quite del pecho y lo utilice a su conveniencia, hasta que se aburra y te deje tirado. Todo porque pensaba en su día que sólo era un temor infundado, tonto y tarde o temprano desaparecía por sí mismo. 

Quizá es cierto que la atracción nos vuelve descuidados e idiotas, y yo fui el mayor de los tres hermanos en creer que alguien se fijaría en mí. Es por eso que me volví evasivo y huidizo emocionalmente, apartando a chicas que no tenían malas intenciones para conocerme en más profundidad cuando tenían la ocasión, porque en el mismo instante que se me confesaban tenía que rechazarlas y herirlas. Estuve roto durante mucho tiempo... Me hicieron daño y ya no podía confiar en nadie para enseñarle qué clase de lobo podía ser en su vida.

Esa es la razón por la que me resisto a caer frente Ziel siempre que puedo; manteniendo la distancia aunque mis emociones me presionen a que me acerque. Quiero saber qué clase de persona es y si no utiliza una fachada; no puedo fiarme. No quiero que me vuelvan a hacer daño. ¿Y si toda esa inocencia termina aguardando la fealdad de su alma? Estar atado a una persona hermosa y mezquina sería como abrazar un cactus con todas las flores abiertas.

Hermoso y doliente.


—Eres un idiota —le solté directamente a mi hermano, tirándole del brazo para que me escuchara—. ¿Cómo te has atrevido a insinuarle que estaba tras la puerta toqueteándome? ¿En qué diablos estabas pensando por decir algo así?

—Vamos, Hiel... Eres el más sucio de los tres —se burló a modo de pique, comprobando que no estaba sonriéndole. Se enserió un poco—. Lo eres. Yo soy el más romántico, tú eres el más provocador y Edel quien más facilidad tiene para enamorar.

—No es el punto.

Noel me mira, ahora confundido. Le cuesta creer que mis intenciones, en esa situación en específico, no hayan sido del modo que está pensando.

—¿Entonces no lo estabas haciendo detrás de la puerta? —se cruzó de brazos, mirándome con incredulidad.

—¡Diosa Lunar, por supuesto qué no! —solté voz en grito. No creía que mi hermano tuviera esa imagen de mí, aunque definitivamente yo no era un santo.

𝓩    [También en Inkitt]Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum