22. 𝚃𝚛𝚎𝚜 𝚕𝚘𝚋𝚘𝚜 𝚎𝚗 𝚞𝚗𝚊 𝚌𝚊𝚜𝚊 𝚎𝚜 𝚞𝚗 𝚙𝚛𝚘𝚋𝚕𝚎𝚖𝚊

429 54 0
                                    

Noel

—¡Edel, recoge eso, cachorro asqueroso! —vociferé desde el salón todo lo alto que pude para que me escuchara mi hermano a la perfección, provocando que Ziel se sobresaltara de su asiento— ¡Hiel, se te queman las malditas tostadas! —grité, yéndome corriendo a la cocina, donde el humo comenzaba a salir de la vieja tostadora—. Me cago en la puta... Esto es un maldito desastre.

Escucho a alguien bajando a toda velocidad desde las escaleras, a lo que mis ojos capturaron directamente a mi hermano mediano con los vaqueros sin colocárselo bien, con el cabello despeinado señalando a todas las direcciones y, por supuesto, la cara de adormilado. Señal de que no se ha tomado su café todavía, después de haber hecho una siesta junto a Ziel.

—Estaba en el baño, no pensé que iba a tardar tanto.

—¡Llevas diez malditos minutos ahí dentro! —solté estresado, golpeando a la palanca para que las tostadas totalmente ennegrecidas cayeran al suelo, rompiéndose—. Joder...

—Noel no deberías...

—¡Sí, estoy puto estresado porque nada en esta casa...! —inicié, pero mi voz se terminó silenciando.

Hiel mira a Ziel con un gesto de agradecimiento cuando entra también a la cocina, lo cual eso responde a por qué mi voz ahora es muda y parezco un idiota moviéndome en este lugar. Me enfurece. No me gusta que me callen cuando tengo razón, y razones me sobran para demostrar que no estamos en esta casa para ser unos acoplados sino que es nuestra obligación ayudar.

—Gracias —suspiró Hiel—. Siempre se pone insoportable cuando las cosas no siguen un orden que él mismo planifica. Ya hasta ha creado un horario para todo: Limpieza, cocina, turnos para ordenar, normas para no tocar tus cosas importantes como el jardín... —me observó con un gesto de lástima mientras me cruzaba de brazos. Daba igual que intentara gritar, sólo terminaba escuchando mis propios pensamientos—. Perdónalo, es demasiado organizado y no lo puede evitar.

Serás cabrón... Si fuiste tú el que me dijo que debíamos de crear unas normas para que Edel adoptara otros hábitos, pienso en mi fueron interno. 

Tres lobos en una casa que no conocemos es un problema, un desastre, un caos que no podemos organizar. Y es que además las cosas no me están dejando vivir la estadía con la tranquilidad que mi hermano me prometió hace dos días. 

Porque en dos malditos días ha pasado prácticamente de todo: Conseguimos terminar los exámenes y enviar los trabajos, ya que Ziel incluyó nuestro material de la universidad en el teletransporte —por eso tuvo que dormí más de doce horas y no bajar a cenar. Estaba exhausto—; tuvimos que turnarnos los tres para que ningún Blur se le acercara en ninguna ocasión —salvo dentro de las clases, donde Caín lo mantenía vigilado sin acercarse, acechándolo en silencio—; recuperar nuestros coches en lo que Ziel tuvo que crear unas llaves nuevas, y por lo tanto cansarse; peleas entre los tres hermanos por prácticamente todo; soportar las escapadas de Edel para no escucharnos y volver cuando le diera la gana al ya saber cómo abrir la puerta; celos que al final Ziel separaba manteniéndose protegido por una barrera que no podíamos atravesar; tuve que soportar cada pocas horas que estos estúpidos pájaros me atacaran, y a Hiel ni se le acercaban; recibir calambrazos cuando intentaba abrir una puerta... Pero ya estábamos en vacaciones, oficialmente.

Ahora nuestro problema es la organización, porque una casa sin unas normas de convivencia va a dar paso a una pocilga. Y, por supuesto, Edel dejó en claro que iba a dormir en la habitación de Ziel hasta que consiguiéramos abrir tres habitaciones, así nos evitaría que pecáramos. 

Pecar, valiente cabrón.

—Noel. —La voz de Ziel sonó tan cerca que tuve que agachar la cabeza para verificar que estaba frente a mí, con los brazos abiertos en mi dirección. Lanzarme hacia él era automático, y levantarle del suelo mientras gritaba de la impresión era muy divertido. Se le impresionaba con mucha facilidad—. Sólo te silencié por unos minutos, ¿vale? —informó, abrazándome con cuidado mientras sentía cómo su olor azulado me rodeaba a modo de coraza—. Relájate, respira... Todo irá bien.

𝓩 i e l [También en Inkitt]Onde histórias criam vida. Descubra agora