Capítulo 38. Demonios.

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El Wen sonrió nervioso, sabía que Jiang WanYin podía parecer amenazante, y bueno... lo era. Pero todo siempre lo hacía con el fin de cuidar de su hermano y las personas que consideraba importantes. Aunque en el proceso podría asustar un poco.

En medio del silencio la voz de Lan XiChen sonó una vez más. —Tendremos que desviarnos en la siguiente intersección.

WanYin miró la pantalla donde se marcaba la última ubicación que mandó Shi QingXuan, la cual indicaba el rumbo en otra dirección. —Pero la ubicación que mandó QingXuan es más adelante aún.

Ya no están ahí—avisó el Lan.

El Jiang frunció el ceño ante aquello. —¿Cómo lo sabes?

QingXuan activó un segundo rastreador, y este indica otra dirección, de seguro lo trae puesto, de hecho también pidió otra cosa en su último mensaje...

Jiang WanYin gruñó y comenzó a maldecir al par de desaparecidos. —¡Esos dos están pidiendo pero su muerte a gritos!

¿Estás seguro que no es una trampa?—cuestionó Hua Cheng.

Lan XiChen suspiró. —Quiero creer que QingXuan tiene un plan.

—Noticia de última hora. ¡Nosotros somos su plan!—gritó colérico el omega. —De seguro pensaban en encontrar a Xue Yang para llegar hasta él y abrir fuego—dijo de mala forma WanYin. —Eso no es un plan, es una estupidez. Se supone que aquellos dos son astutos. ¡Pero están actuando como un par de imbéciles!

Jiang WanYin reconocía que su hermano era muy hábil en muchas cosas, pero le faltaba demasiada sensatez y lógica en otras áreas, en especial cuando se trataba de medir acciones que involucraban a la vida o la muerte.

Deja de gritar, me lastimas el oído —se quejó Hua Cheng.

Jiang WanYin lo ignoró, en su lugar miró por unos segundos al auto color plata. —Oye Lan, ¿Por qué no mencionaste que tú tenías una segunda dirección de rastreo?

La voz de XiChen explicó. —Estaba esperando que dejara de moverse el segundo dispositivo.

—Pero avisar con anticipo también hubiera servido—aseveró Jiang WanYin.

Al otro lado de la línea se escuchó como si hubiera una pequeña burla. —Lo tendré en mente para la próxima vez.

Jiang WanYin miró el auto unos segundos más antes de responder entre dientes. —No habrá próxima vez.

Con la pésima suerte que tienen nuestros hermanos yo lo dudo—susurró XiChen.

Jiang WanYin estaba más que listo para debatir, pero la voz de Wen Qing lo frenó.

¿Podrían dejar su plática para después?

Wen QiongLin miró a un lado de la ventanilla, un con voz algo temblorosa habló. —Se-Se pasaron la intersección...

Jiang WanYin notó como, efectivamente, olvidó tomar la desviación de la carretera, todo por estar tan ofuscado en su conversación «pelea».

—¡Esto es tu culpa!—expresó con rabia.

Ni siquiera dijo un nombre, pero todos sabían a la perfección a quien se estaba refiriendo.

Yo te lo dije con anticipación—dijo XiChen de forma tranquila.

—¡Tú!—WanYin apretó más el volante.

Están peor que un matrimonio—se quejó Wen Qing.

C O N E X I Ó N | Omegaverse & Crossover MXTX Donde viven las historias. Descúbrelo ahora