Un año recuperándose de un terrible accidente, uno que marcó un antes y un después en la vida de Verónica Lodge.
Un año desde que la vida como la conocía había desaparecido y en los que había tenido que adaptarse poco a poco a la realidad que ahora...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Un vestido corto se ciñe a mi figura mientras rio engañado a las cientos de mujeres que intentan atrapar el ramo de rosas. Pero algo más sorprendente aún tiene lugar en mi boda.
Cosas que nadie se espera, pero siempre debieron ser así, cosas que no se dicen, pero se sienten. En vez de lanzarlo me giro con él en las manos y camino hasta donde está Laura quien me mira confundida cuando lo dejo en sus manos.
—¿Qué haces?
Me alejo con una sonrisa y vuelvo a los brazos de Christian con mis hijos.
Killian se arrodilla detrás de ella, es una locura, pero entre ellos esta esa química tan fuerte que es imposible no pensar en que es la pareja perfecta. Ella se gira y hasta yo puedo escuchar como su corazón late a mil, él está asustado, muy asustado.
Aunque nos separamos un tiempo, hemos pasado la vida juntos desde los dos años.
—Antes de que me digas hijo de tu puta madre... quiero que l...
—¡Si! —Dice emocionada y él me mira como para comprobar que yo también escuché lo mismo que él, yo asiento con una sonrisa y el emocionado coloca el anillo en su dedo.
—¡A beber coño! —Ella grita luego de besarlo.
Toma dos copas y trae una para mí, me separa de Christian y los tres bailamos como cuando éramos pequeños, el alcohol me tiene algo nublada.
Todos bailan y disfrutan de nuestra boda, mi familia y la de mi esposo están reunidas, la comunicación es mucho más fluida. Mis hijos se pasan la noche con nosotros, aunque Aria se durmió hace unas horas.
Me acerco un momento a la nana besando a mi hija muchas veces y se la entrego.
—No olvides llamarnos si algo sucede, ¿De acuerdo?
—Todo está perfectamente listo, pueden irse con cuidado.
Beso a mi pequeña una vez más, Christian se acerca con Jared quien prometió cuidar a su hermana estas dos semanas y nos damos un abrazo familiar que dura unos pocos minutos.
—Mama y papá van a volver, los estaré llamando. —Digo volviendo a abrazarlos, sabía que volvería, pero me dolía dejar a mis pequeños.
—Creo recordar que lo que sucede ahora es mi parte favorita... —Susurra en mi oído y besa mi clavícula.
Miro a mi alrededor con una sonrisa viéndolos a todos perdidos en sus cosas y tomo su mano, el no pierde el tiempo y me guía hasta la salida.
Ambos subimos a su deportivo y luego de encenderlo pisa el acelerador hasta el fondo, varios roces, toqueteos, la velocidad, todo es perfecto.
Nos detenemos en un semáforo y no puedo evitar lanzarme contra mi esposo quien me espera con sus pantalones desatados, subo en su regazo y de solo sentirlo dentro, estoy en el paraíso.
