Aquella alarma no dejaba que mis pensamientos volvieran a un lugar sano, la adrenalina de estar encerrados con un peligro fuera, aumentaba en extremo lo que sentía. Entonces vuelvo a estar en piloto automático, me levanto y me detengo frente a él sin saber cómo decirlo.
Hey, ya que nos pueden matar afuera y no podemos salir, ¿cogemos? ¿Podrías amablemente romperme en dos, por favor?
Joder...
—No vas a salir así que vuelve a tu cama. —Levanta la mirada un segundo y yo suspiro volviendo a mi lugar, en el que no permanezco cinco minutos...
—Tengo un problema... —Suspira y se levanta tomandome entre sus brazos suponiendo que se trataba de un ataque o algo por el estilo. —Christian...
Se separa un poco tal vez extrañado de que no esté temblando, ni llorando.
—¿Me repites cual es el problema? —Es ahora o nunca...
Me lanzo a sus labios y sus manos permanecen rodeando mi cuerpo, pero pocos segundos después me toma de la mandíbula algo agitado. Sus ojos estaban diferentes, sus pupilas se dilataban como si él también lo deseara.
—No. —Da un paso hacia atrás y es la primera vez que lo veo como si bajara todas sus defensas, la primera vez en la que no me respondía con algo sarcástico y eso me extrañaba aún más. —No hagas esto...
—Tú me besaste primero... Christian yo...
—Verónica no me toques. —Detengo mi mano y lo veo... ¿Asustado? —Se lo que quieres, pero yo no puedo...
Deslizo por mi cabeza el suéter y mi pelo vuelve a caer sobre mi espalda y algunos mechones en mi pecho cubriendo ligeramente mis senos.
—¿Por qué bajaste la guardia? —Me acerco a él, quien toma asiento en la pequeña cama de en frente sin apartar su mirada de ellos. —¿Por qué no me dijiste que eras un doctor? ¿Por qué me mentist...?
—No los había visto desnudos... —Con dos de sus dedos aparta uno de los mechones y el simple roce me ardía, aquella sensación de unos años atrás volvía y no quería que se fuera.
—¿D-de que hablas? —Aparta el otro y pasa sus pulgares sobre mis pezones como si estuviera realmente hipnotizado.
—Hablo de que nunca me atreví a tocarte y no lo haré ahora. —Retira sus manos y se levanta, inevitablemente mi mirada se enfocó en la erección que empezaba a crecer en sus pantalones.
—Christian te lo suplico.
—Veronica no puedo... —Toma mi suéter de la cama y lo coloca por encima de mis senos sin tocarlos tomando mi mano para que lo sostenga.
—¡Tú lo quieres... tus ojos y tu puta entrepierna me lo dice! —Empiezo a sentir desesperación y entiendo ahora lo grave que es este problema. —Déjame ir con el extraño para que apague estas ganas...
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De un recuerdo (2) ✔️
RomanceUn año recuperándose de un terrible accidente, uno que marcó un antes y un después en la vida de Verónica Lodge. Un año desde que la vida como la conocía había desaparecido y en los que había tenido que adaptarse poco a poco a la realidad que ahora...