~Capitulo 20~

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Abro mis ojos con pesar, el simple hecho de permitir que la luz se haga paso en mí, hace que tiemble de dolor

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Abro mis ojos con pesar, el simple hecho de permitir que la luz se haga paso en mí, hace que tiemble de dolor.

Coloco una mano sobre mis ojos impidiendo que la claridad siga provocando ese dolor tan infernal en mi cabeza.

—Verónica Cariño, necesito que me mires por un segundo. —Escucho la voz preocupada de Leanette y no me queda más remedio que hacer lo que me pide.

—¿Qué pasó? —Vagos recuerdos avasallan mi mente, pero la confusión aún no desaparece, el dolor en mi cabeza y en mi rostro son bastante intensos, como si hubiera peleado con osos la noche anterior.

—No sabemos con exactitud, los enfermeros que te encontraron me dijeron que solo te vieron caer y qué no había nadie a tu alrededor, ¿Sabes que pudo pasar?

Suspiro sintiendo mis ojos llenarse de lágrimas de inmediato al caer en cuenta de lo que había pasado.

—No lo sé. —Miento y miro a otro lado tratando de olvidar aquel tema. —¿Puedes inyectarme algo para el dolor?

—Claro que sí. —Busca en una canasta una inyección y un botecito preparándola para inyectarme. —Necesito saber la verdad, si no hubo razón evidente para esa pérdida de conciencia, te someterán a demasiadas pruebas y no será lindo.

Me inyecta y sostiene luego el algodón por unos segundos.

—Necesito hablar con mi psicólogo y mi familia. —Es lo único que digo y ella asiente mirándome preocupada.

—Hablaré con tu psicólogo primero y veré como es la mejor manera de hacerlo para ti, de momento tu esposo está esperando fuera, ¿Quieres que lo haga pasar o le digo que venga después?

—Dile que pase, hace un esfuerzo inmenso para venir y no sería justo. —Con su ayuda me siento, recostándome del espaldar de la cama.

Ella acomoda su uniforme limpio y pulcro y se levanta acercándose a la puerta, al abrirla dice en un tono de voz suave un "pase".

Lincoln tenía el rostro hinchado, sonreía con una melancolía desgarradora.

—Lincoln... ¿estás bien? —Pregunto preocupada cuando él se sienta en la cama y toma mis manos con cariño.

—No te ves muy bien, estas herida ¿Te tratan mal aquí? Puedo buscar otro hospital si...

—Estoy bien... me tropecé en el jardín y me lastimé un poco, estaré bien.

Me sorprende cuando pasa su mano por la mejilla en la que me había golpeado la noche anterior. Lo veo llorar cuando nuestras miradas se encuentran.

—Lincoln...

—La vida es injusta a veces ¿Sabes? Nos quita de las manos lo que más amamos en esta vida...

Se acerca a mis labios sin besarlos y apoya su frente con la mia.

De un recuerdo (2) ✔️Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz