~Capitulo 29~

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Ahora las cosas comienzan a tomar forma, camino de la mano del hombre que ha movido todo en mí, aunque le cuesta y sé que por dentro llora de dolor, se mantiene firme a mi lado con su bastón dorado

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Ahora las cosas comienzan a tomar forma, camino de la mano del hombre que ha movido todo en mí, aunque le cuesta y sé que por dentro llora de dolor, se mantiene firme a mi lado con su bastón dorado.

Se frustra cuando no puede empujar mi silla como un caballero, pero su padre se levanta y lo hace por él, un hermoso gesto.

—Lo siento. —Susurra apenado en mi oído yo le sonrío y beso su mejilla.

—Caminaste todo ese pasillo a casi tres semanas de tu accidente, solo para ser caballeroso y tratarme como a una reina. —Paso mi servilleta por su frente la cual tenía algunas gotas de sudor por el esfuerzo tan enorme que había hecho.

—¿sono così belli non credi?...

Miro a Christian quien rueda los ojos con lo que dice su madre y yo pongo mi mano sobre la suya captando su atención.

—¿Qué dijo? —Pregunto en voz baja y Christian suspira.

—Dijo que nos vemos bien juntos. —Yo sonrío mirándola y ella devuelve la sonrisa muy amable, mientras come uno de los pequeños panecillos de entrada.

—Christian teme que su madre este en las reuniones. —Dice su padre con una sonrisa, pero vuelve a hablar cuando miro a Christian, quien moja el pan con el vino y lo come. —Ella hace historias que a él...

—Ya entiendo. —Su madre me mira algo apenada y siento como se me rompe el corazón. —Pero es un excelente tema para empezar a conocernos...

Su padre sonríe muy amplio y Christian intenta hablar, pero tomo otro de esos panecillos y lo meto en su boca.

Te callas o te callo.

—Veronica vuole ascoltare le vostre storie. (Veronica quiere escuchar nuestra historia)—Dice y ella mira a Christian el eleva sus hombros resignado mientras que ella sonríe animada.

Le cuesta hablar en mi idioma y su esposo, aunque sabe un poco, más no es que tenga un diccionario en la mente, Christian no quiere contar aquellas historias y no quiero que ella se desanime.

Así que tomo mi teléfono y busco el traductor, que, aunque no sea muy preciso podré entender bien sus ideas.

Se lo extiendo y ella lo toma empezando a escribir de inmediato. En lo que ella lo hace su esposo mira y ambos sonríen a la pantalla tal vez recordándose cosas uno al otro.

—Verónica... —Miro a mi lado y Christian pasa su mano por mi pierna muy suavemente.

—Ahora no... —Aparto su mano y gracias a Dios sus padres están muy pendientes en escribir aquella historia.

—Solo te recuerdo que algún día voy a sanar y quiero que recuerdes esto cuando te deje ardiendo cada orificio de tu cuerpo. —Sonríe y da un trago más de vino mirando a sus padres.

De un recuerdo (2) ✔️Where stories live. Discover now