~Capitulo 13~

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Hay cosas tan extrañas que no llegamos a entender, tal vez sea mejor así

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Hay cosas tan extrañas que no llegamos a entender, tal vez sea mejor así. Pero somos demasiado curiosos para no preguntar...

—¿Cómo lo sabes? —Me separo un poco de el aun entre sus brazos. —¿Cómo sabes que lo vi?

—¿Interrumpo algo? —El psicólogo nos mira desde la puerta que jamás escuchamos abrirse y Christian se separa de inmediato algo nervioso.

—Es... terapia. —Responde dudoso y yo no puedo evitar sonreír al verlo de esa forma, sonrisa que desaparece cuando los puñales que tiene como ojos se clavan en mí.

—Debo hablar con la señorita Lodge y déjeme decirle, años de psicología y jamás escuché de esa... terapia. Tenemos un innovador. —Dice con un tono algo irritante y Christian sonríe como si quisiera golpearlo.

—Logré que en dos minutos más que usted en los meses que lleva aquí, seré innovador y lo que quiera, pero aparte de hacer mi trabajo como doctor hago el suyo como psicólogo, porque usted ni para eso sirve. —Suspira y mira su reloj aun con esa sonrisa. —Vengo por ella en diez minutos para la cena.

Pongo una mano sobre mi boca para que ninguno de los dos vea la sonrisa enorme que aquella situación me había causado. Christian era ese tipo de hombre que no se deja coger por nadie o por lo menos es lo que he percibido en lo poco que tengo con él.

—Bien... eso fue completamente innecesario. Pero estoy aquí por esto. —Me muestra el papel que Jared había dejado sobre aquella silla y me sentí mal de inmediato al ni si quiera haberlo recordado. —No debes apurarte a las cosas, pero es necesario que vayas afrontándolas, ese niño cree que su madre lo odia y que es su culpa lo que está pasando.

—¿Pero qué mierda dice? —Me altero un poco al no entender sus palabras del todo. —Usted sabe que no es así ¿Verdad?

—Yo lo sé. Pero también sé que viviste años con él, luego del coma y jamás intentaste si quiera acercarte. —Suspiro metiendo mi rostro entre mis manos sintiendo como el dolor volvía a hacerse presente con fuerza.

—¿Qué debo hacer? —Suspiro mirándolo a los ojos.

—Ya hiciste el primer paso, le dijiste que era tu hijo y eso es importante, que él no crea que lo ves como un extraño. —Sonríe y algo en mí se tranquiliza al sentir que algo estaba haciendo bien.

—¿Y luego que sigue?

—El estará recibiendo terapia al igual que tú, y dos veces a la semana en sustitución a tu terapia grupal tendrán una juntos como la de hoy. —Asiento algo nerviosa y el sonríe.

—Entre nosotros... no sé cómo hubiera reaccionado si viviera lo que vives tú, lo que pasaste. Eres una mujer muy fuerte Verónica. —Toma mis manos y la puerta vuelve a abrirse dejando ver a un Christian tenso y algo agitado.

—Para no haber escuchado de esa terapia creo que la empieza a implementar muy bien ¿No lo cree? —Cruza los brazos.

—Usted dijo diez minutos, doctor Moore. ¿O debemos ingresarlo por amnesia? —Vuelven a mirarse de esa forma y solo me faltan las palomitas para el show.

De un recuerdo (2) ✔️Where stories live. Discover now