Un año recuperándose de un terrible accidente, uno que marcó un antes y un después en la vida de Verónica Lodge.
Un año desde que la vida como la conocía había desaparecido y en los que había tenido que adaptarse poco a poco a la realidad que ahora...
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Dos semanas después:
—Volaré en cuanto pueda. —Mi madre sujeta mis manos, ella tiembla, yo intento mantenerme tranquila.
—Mamá, tu atiende los asuntos de la boda, deja todo listo... —Ella niega.
—Tenemos dinero, en tres meses tenemos una boda lista, olvida eso ahora y por favor... vuelve con mamá ¿Si?
Mis lágrimas humedecen mis mejillas, el miedo cala mis huesos, pudieran pasar tantas cosas...
Jared, me he despedido tantas veces de mi hijo que al pobre niño ya no le quedan lágrimas, no me habla, dice que no quiere despedirse y que no es justo.
Tienes razón mi pequeño, no lo es. Pero debo tener a esta bebé y ya es hora.
Todos se mantienen callados frente a nosotros, solo pueden escucharse los sonidos de sus narices. Algunos sonríen intentando hacer parecer que todo está bien.
Pero la tensión es palpable, en los próximos días o vivo o muero, eso es seguro.
—Jared... —Exclamo en un susurro. —No puedo irme sabiendo que estas molesto conmigo.
—¡Tú no puedes irte sin mí! —Aparta a Christian quien intenta abrazarlo. —¡Si mi mamá muere no podré verla por tu culpa! ¡No podré decirle adiós!
Algo en mí se quiebra y sé que en Christian también.
—Jared. —El corre lejos de nosotros y Leanette lo sigue.
—Mamá, explícale que debemos estar antes de tiempo, que debo estar estas semanas en el hospital para que puedan apresurarse desde que tenga mis primeras contracciones. Dile por favor que me iré pero que cuando nazca Aria, él va a estar...
—Anda, ve. —Sonríe con melancolía. —Se les hará tarde.
Ellos irán en una semana más, es lo que Jared no entiende, se lo hemos explicado, pero él dice que los bebés nacen antes y que si eso pasa yo moriré antes de que él pueda verme.
—A la mierda con que se le haga tarde. —Dice Laura abrazándome sin poder contener sus lágrimas. —Todo saldrá bien ¿Entiendes?
—Ya dejen de llorar. —Sonrío deteniéndome otra vez en frente de ellos. —Aria pensará que son unos ñoños, volveré, sea como sea volveré.
Christian permanece callado, como una tumba, tiene días en los que solo habla lo necesario. Desde que empezamos a empacar las cosas para el vuelo no ha dicho más que diez palabras.
No quiere tener sexo, ni si quisiera quiere orales, nada.
También le duele el rechazo de Jared, al principio Christian quería que solo fuéramos él y yo, no estaríamos en un hotel y esas cosas, por lo que no podíamos tener a Jared en un hospital todo el tiempo.
