La casa del bosque [COMPLETA]

Capítulo 41: Tal vez nos encontremos en nuestros sueños

"La luna brilla caprichosa porque pretende robar la atención del sol, pero al astro rey está encaprichado con las estrellas del vasto e insondable universo que hay en la mirada de aquella joven que no hace más que luchar por un amor que está destinado al fracaso.

La luna se alza con triunfo sedienta de oportunidad, pero el sol lanza destellos de calor para abrigar la vida desolada de aquella joven que sufre por amor"

Acto Final / R.W.

Cuando desperté me sentí desorientada, pero la sonrisa de Eva me indicó que aún estaba en la habitación de Milo.

—Cuando estabas durmiendo canté la canción que me canta mi hermano cuando me siento mal, dejaste de fruncir el ceño —Le sonreí, acomodándome otra vez en la cama—. Le avisé a Lyra que estabas trabajando con Milo para que no se preocuparan.

—Gracias —Murmuré mientras las dos nos mirábamos.

—Milo está preparando comida para que te sientas mejor.

—No tengo hambre —Arrugué la nariz.

—No dejaremos que te vayas sin comer algo —Sonrió y noté que sus ojos se hacían pequeñitos como los de Ewan cuando él sonreía. Un peso en el vientre se asentó con fuerza cuando recordé que mi primera opción fue Milo y no Ewan cuando más desolada me sentía y eso no era correcto. No se sentía correcto. La culpa me invadió.

—Me tengo que ir...

—¿Por qué no te quedas un rato más? —Las dos nos sentamos en la cama—. Nunca recibimos visitas, por todo lo que pasa en el bosque —Se encogió de hombros—, pero aquí nunca pasa nada. Al principio me daba miedo entrar en mi habitación porque pensaba que me iba a encontrar con un fantasma —Sonrió—, pero solo tres veces he visto fantasmas.

—Milo jamás permitiría que te sucediera algo.

—Y yo tampoco permitiría que algo dañara a mi hermano.

—Los hermanos se deben cuidar —Ella asintió.

—¿Es verdad que terminaste con el poli? —Sonreí triste.

—No estamos en nuestro mejor momento, pero seguimos juntos —Ella se mordió el labio, pensativa.

—Lyra me dijo que casi siempre discuten —Dijo después de un rato.

—Todas las parejas lo hacen, ¿Tú no discutes con Abel? —Ella se ruborizó y yo sonreí.

—Es diferente, porque Abel y yo no somos adultos.

—Pero están juntos.

—No del todo, no hasta que no hablemos con Lyra.

—Háganlo pronto. Creo que ella no está interesada en Abel, pero no es justo que le oculten algo tan importante.