Capítulo 5: El lago

549 101 121
                                    

"La muerte se rindió ante la vida, mis lágrimas ante tu alegría y el sol se despide feliz porque le da paso a la Luna

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

"La muerte se rindió ante la vida, mis lágrimas ante tu alegría y el sol se despide feliz porque le da paso a la Luna. La vida, la alegría y la Luna. Eso eres, entre páginas desgastadas eres mi vida, mi alegría. Entre sueños y anhelos la vida sucumbe ante la Luna, porque es eterna. En cambio, la vida, muere"

Cartas a la Luna/ R.W.

—No quiero que Lyra vuelva a ese bosque, papá.

—Cariño...

—Papá, por favor. Confía en mí —Le pedí desesperada.

—Confío en ti, dulzura.

—No quiero que siga frecuentando a los Allen. No me gustan, no confío en el hermano de Eva.

—El muchacho te entregó su propio auto, no debe ser tan malo.

—No lo sé, no lo conozco y no quiero hacerlo tampoco —¿Por qué todos pensaban que era un tipo confiable? ¡Ni siquiera lo conocían, por dios!

—No estás así de nerviosa por ese muchacho, Luna ¿Qué fue lo que sucedió en ese bosque? —Miré a mi padre consternada y Mon se levantó para ir en busca de un vaso con agua. Cuando me lo entregó le agradecí. Mis manos aún temblaban y el miedo parecía un susurro constante en mi oreja y la imagen de aquella mujer aparecía cada vez que cerraba los ojos. Kilian había llevado a cabo la promesa y en cuanto nos bajamos del jeep le dio una patada que elevó unos cuántos centímetros a Abel. Yo entré a Lyra de la oreja. Los hermanos Kirkwood se fueron discutiendo y mi hermana y yo hicimos lo mismo. Ahora ella estaba en su habitación, relajada, tal vez algo enojada, pero eso era mejor a tener en la cabeza una imagen tan aterradora como la que tenía yo ahora mismo.

—Cuenta de una vez lo que viste, Lu —Insistió Simone. Dejé el vaso sobre la mesa y me senté al lado de mi amiga. El temblor de mis manos se hizo evidente y mi padre se acercó arrastrando la silla de ruedas, tomó mi mano y me apremió.

—¿Qué es lo que te tiene tan intranquila, hija? —Miré a mi padre y por primera vez en mucho tiempo dejé que mis emociones fluyeran ante él. Después de todo no estaba Ewan, que era el único que lograba aplacar mis miedos. Me cubrí la cara con las manos y lloré. Simone me abrazó.

—Suéltalo de una vez, Lu...

—Yo no creo en las idioteces que dicen con respecto a ese infernal bosque, pero...

—¿Pero?

—¡Mamá tenía razón! —Confesé en una exclamación mirando a papá —Sucedió algo muy extraño...

—¿Qué sucedió? —Cada vez que mencionaba a mi madre, papá se tensaba. Creo que los dos sentíamos lo mismo. Esa mezcla de ansiedad y terror por recibir noticias de Ela Stone. No teníamos la menor idea de la vida de mamá, ambos esperábamos una carta que bien podía condenar nuestras ilusiones, porque, así como ansiaba un saludo de mi madre, temía recibir noticias que confirmaran alguna enfermedad, o, en su defecto, su muerte. Diablos, ahora necesitaba más que nunca a mamá.

La casa del bosque [COMPLETA]Where stories live. Discover now