La casa del bosque [COMPLETA]

Capítulo 45: El plan de Lyra y Eva

«Las estrellas y la iniciada en compañía de un propósito que liberará al bosque de almas perdidas»

Cartas a las estrellas y al sol / La casa del bosque.

Eva

—¿Qué estás pensando? —miré a Lyra exasperada.

—¿No es obvio?

—No —se levantó y caminó por su habitación. Las dos acabamos de llegar del instituto después de una jornada de mucho trabajo escolar, pero lo agradecía porque no quería pensar mucho en mi hermano. Aunque era inevitable—. Mira, la que idea planes que tienen tendencia a salir mal soy yo, no tú.

—No saldrá mal —Lyra se detuvo y me miró arqueando una ceja.

—Quieres esconderte en el bosque hasta que Milo recapacite —entornó la mirada—. ¡Súper brillante!

—Milo jamás dejaría que me internara en el bosque sola...

—¿Por qué quieres llegar a ese extremo?

—Tú no conoces a Eleonor —repliqué enfadada. Me irritaba que no me entendiera—. ¡Esa mujer es capaz de hacer de todo para separarme de él!

—Y tú le facilitas el camino dejando a Milo solo.

—Creí que me escogería —me lamenté dolida. Lyra suspiró y se sentó a mi lado.

—¿Por qué no me explicas todo? —preguntó—. Hasta ahora lo único que logro ver es un ataque de celos...

—No es una rabieta, Lyra —descarté—. Es mucho más que una simple pataleta.

—¿Entonces? —sabía que podía confiar en ella, pero no quería que lo juzgara como la señorita Stone. Milo seguía siendo mi hermano y era todo mi mundo—. Sabes que puedes confiar en mí...

—Y lo hago —la miré apenada—. Nunca me dejaste explicar lo que viste —Lyra se levantó rápidamente mientras negaba.

—No es necesario...

—Desde el principio fui honesta contigo y pregunté cuál era la relación que había entre ustedes, y tú me dijiste que solo era un amigo —dije rápidamente—. Pero siempre sentí que había algo más...

—Nunca hubo algo entre Abel y yo.

—Pero él si sintió algo por ti.

—Sintió.

—Yo no quería interponerme entre los dos —juré—. Siento cosas importantes por él, pero tú eres mi mejor amiga y te escojo por encima de lo que siento por Abel —no le mentía en absoluto. Si Lyra me perdonaba y volvía a ser mi amiga, dejaría de frecuentar a Abel aunque me muriera por verlo.