La casa del bosque [COMPLETA]

Capítulo 26: ¡Estás embarazada!

"Mi sonrisa se enreda con tus labios, mis ojos con tu cuerpo, mi vida con tus sueños. Mi pecado con tu infierno. Que el averno arda y los ángeles lloren, pero yo me enredo contigo toda la eternidad"

Cartas a la Luna / R.W.

—Después del taller tenemos reunión. —Asentí sin apartar la vista de los últimos exámenes que había realizado al curso de Lyra. Estaba en el aula que usábamos los profesores en los recesos y Martha, una de las profesoras de los cursos intermedios, se sentó junto a mí. Ella era un poco mayor que yo, unos cinco o seis años. Era alta, y su belleza era arrebatadora. Más de algún estudiante se colaba por ella, sus uñas pintadas con esmalte rojo siempre iban a juego con sus labios. Usaba el cabello castaño en una melena elegante que siempre envidié en secreto. Mi cabello despuntado era demasiado rebelde, por lo que casi siempre intentaba dominarlo con una cola—. ¿Crees que irá Milo? —Aparté la vista de las hojas para enfocarla en ella. Fruncí la boca y me encogí de hombros.

—No debería, él no es profesor. —Ella blanqueó los ojos mientras sacaba un paquete de galletas de su bolso.

—Pero dirige tus talleres.

—No todos.

—La mayoría, Luna. —Martha dio un saltito de emoción en la silla, nada propio para una mujer de su edad, por cierto—. Él debería estar al tanto de las reuniones que se llevan a cabo en este instituto. —Me volví a encoger de hombros mientras recogía todos los exámenes que ya estaban revisados.

—No es un tema que me interese. —Me levanté para recoger una de las carpetas del curso de Lyra y guardar las pruebas.

—¿Es idea mía o él no te agrada? —Abrí tanto los ojos mientras me señalaba con el lápiz, que ella se rio.

—No lo conozco.

—Creí que tú le ayudaste a ingresar a trabajar aquí.

—Tiene unas ideas interesantes, simplemente le hice el comentario a la directora Morris.

—Yo creo que tiene más que solo ideas interesantes. —Replicó soñadora y a mí me dieron ganas de vomitar—. Me parece encantador, tiene una variedad de temas que hicieron de nuestra conversación más que agradable.

—No te hagas ilusiones con él, porque está saliendo con mi amiga. —Ella arrugó el entrecejo.

—¿Con Simone? —Asentí mientras me mordía el labio y alzaba las cejas—, pero si a mí me dijo que lo que tenía con Simone solo era una amistad.

—Cuando los vi comiéndose la boca me pareció que eran más que amigos. —Repuse defendiendo el terreno de Mon, sin embargo, ella alzó la mano e hizo un gesto desestimando mis palabras.

—Sí, ellos tuvieron algo, pero siguen siendo amigos. Maravilloso, ¿Verdad?

—No sé, yo tendría cuidado, Mon aún sigue en el hospital. Me parece inaudito que Allen se te haya insinuado con tanta rapidez cuando no han pasado más de tres días desde que mi amiga tuvo un accidente. Es un desconsiderado, un...