Capítulo 18: El calor de la muerte

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"...Y si debo mentir para verte feliz... el engaño florecerá de mis labios y trepará por mis manos hasta que el arma más poderosa de los humanos te aleje de mí"

Extracto del poema X del incógnito

Papá estuvo inconsciente durante toda la noche.

Ewan se quedó conmigo en el hospital. Lyra y Leo se fueron con Milo y con Eva solo cuando les prometí que, ante cualquier eventualidad iría de inmediato por ellos.

Dormí un par de minutos acomodada sobre el pecho de Ewan, pero no podía sacarme de la cabeza la imagen de mi padre como un verdadero lunático.

"Está aquí"

¿Qué quería decir con eso? Cuando les pregunté a Henry y a Gracie ellos dijeron que posiblemente pudo haber sido un ataque de pánico. Era algo común después de una agresión de la magnitud que la cuál había sido víctima mi padre. Aún estaba asustado y preocupado.

Miré la hora en el reloj de Ewan.

Las seis de la mañana.

—Creí que estabas dormida —Murmuró sobre mi frente depositando un beso. Cerré los ojos y respiré profundamente.

—Estoy agotada, pero no he podido dormir.

—No hay noticias aún, pero la última vez que salió Gracie dijo que a las seis y media nos volverían a dar un estado de la salud de Eros.

—Estoy preocupada, no entiendo quién pudo haber hecho algo así.

—Lo descubriremos.

—Tengo miedo, Ewan —Él me hizo alzar el mentón y nuestros ojos se encontraron.

—Es lógico, es normal —El brillo cautivador de sus ojos me maravilló tanto ahora, como el día que lo conocí. Con él en mi vida me sentía segura, tenía el control y lo que sentí ayer solo fue el impacto de dos mundos opuestos colisionando. No necesitaba desordenar mi vida, lo único que quería era la sensación de seguridad y protección que Ewan Benson me daba siempre—. A veces la vida nos pone pruebas, obstáculos y no necesitas ser valiente ni fuerte todo el tiempo. Puedes caer con confianza, que mis brazos siempre serán tu refugio, tu soporte y tu consuelo —Esbocé una sonrisa tímida que su dedo índice delineó con suavidad—. Seré aquello que tú quieras que sea.

—Solo quiero que seamos nosotros, siempre —Me dio un beso fugaz en la comisura derecha de mi boca.

—Eso seremos entonces...

—Luna —Los dos nos giramos y un agotado Henry se acercaba hacia nosotros. Ewan y yo nos levantamos rápidamente—. Hace una hora tu padre despertó y está respondiendo de manera adecuada a los análisis.

—¿Aún está alterado?

—No —Henry frunció la boca y apoyó la mano en la cintura—. No recuerda el episodio que tuvo anoche.

La casa del bosque [COMPLETA]Where stories live. Discover now