Capítulo 32: Un sol dormido siendo custodiado por estrellas

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"La vida está hecha de momentos, nuestros momentos hechos de vida

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"La vida está hecha de momentos, nuestros momentos hechos de vida. El trompetista de la avenida de los sueños anuncia la canción que siempre bailamos bajo la lluvia. Me siento el hombre más afortunado, porque mi locura se entiende con tus risas. Y mis besos, con tus labios"

Cartas a la Luna/R.W.

—Estás loco.

—Eso dice la gente, pero no deberías dejarte llevar por los prejuicios.

—Además de loco, idiota.

—Hoy estás un poco más dulce de lo normal. ¿Ya volvió Ewan?

—No.

—Es una lástima —Milo y yo estábamos en el auditorio del instituto. Ambos sentados en las butacas de la primera fila observando el ensayo de la obra.

—Pierdes tu tiempo —Suspiré mientras revisaba unos trabajos aprovechando el receso durante el ensayo.

—Perdiste una apuesta —Me recordó—. Después, en mi casa comí la pasta que le diste a Eva —Lo miré—. Estaba deliciosa. Yo habría votado por tu plato, Hielo.

—Mientes —Murmuré sonriendo mientras volvía a los papeles que tenía sobre mi regazo.

—No. La textura de la salsa era exquisita, un poquito quemada, pero le dio un sabor único —Me mordí el labio para contener una sonrisa más amplia.

—¿De qué escuela de payasos te arrancaste?

—De la que estaba al lado de la escuela de personas serias en la que estabas tú.

—No me conoces.

—No, es verdad —Fruncí la nariz cuando una respuesta de un estudiante me hizo plantearme la idea de volver a explicar el tema en clases. No entendió absolutamente nada—. ¿Hielo?

—¿Hum? —Murmuré perdida en las respuestas de mis alumnos.

—No me estás escuchando.

—Lo siento, estoy adelantando trabajo durante el receso.

—Faltan cinco minutos todavía —Asentí—. ¿Tenemos un acuerdo?

—No.

—Debes pagar la apuesta —Dejé el lápiz sobre las hojas y lo miré otra vez.

—No me meteré en el lago por una estúpida apuesta. Además, te recuerdo que un fantasma se encaprichó conmigo hasta el punto de querer hundirme en ese lago y no quiero tentar mi suerte, que ya es bastante malaventurada, por cierto.

—Jamás pensé en ese lago.

—Claro, como si en Timorville hubiera muchos lagos.

—¿Conoces la laguna que está rodeada por ese roquerío justo detrás del hotel?

La casa del bosque [COMPLETA]Where stories live. Discover now