Beyond the Limits (Fuerza y Valor 2)

43- La nostalgia del ayer

Zorepo mantenía una mirada seria en su rostro, sacó sus tentáculos de su espalda y los lanzó contra Vegeta quién a duras penas logró esquivarlos.

El saiyajin golpeó con fuerza el rostro de Zorepo y de golpe le rompió los brazos al supu dejándolo prácticamente expuesto a los ataques de Vegeta.

—Miserable saiyajin, tú y tu amigo de ropa azul me las pagarán — gruñó molesto Zorepo.

—Ja... ¿en serio? No me hagas reír, escuché que tu raza está casi extinta y que tú eres el último sobreviviente — dijo Vegeta con tono burlesco haciendo enfadar más a Zorepo —oh veo que te hice enfadar.

—Cierra la boca, insolente — bufó el supu enfadado mientras regeneraba sus brazos.

Zorepo se lanzó contra Vegeta golpeándolo con gran fuerza lanzándolo contra una gran roca, rápidamente voló hacia él y comenzó a golpearlo con mucha fuerza repetidas veces.

Vegeta no se podía defender de la ira de Zorepo que hizo hasta lo imposible hasta hacerlo sangrar, pero el saiyajin sonreía de forma maniática.

—¿Eso es todo? — inquirió Vegeta.

—¿Qué? ¡no me digas que tú! — habló molesto el supujin.

Vegeta comenzó a gritar con fuerza aumentando su poder y musculatura, todo a su alrededor comenzó a temblar con gran fuerza.
Una violenta aura de color azul profundo lo cubrió formando flamas y llamaradas muy fuertes y violentas.

Sosseu que ni siquiera lograba mantener una batalla decente con Goku se dio cuenta de todo lo que sucedía cerca de allí, el ki de Vegeta aumentó de golpe.

La mujer recibió infinidad de golpes por encima de la velocidad de la luz que la dejaron fuera de combate y sin ser capaz de seguir luchando.

—Lo mejor será que regreses a tu planeta si no quieres salir más dañada — recomendó Goku mostrándose serio.

—Infeliz — tartamudeó Sosseu poniéndose de pie —yo te venceré

Letty desobedeció a Kyabe porque fue a buscar a Kale, cuando encontró el cuerpo de su novia quedó estupefacta.

—Kale, despierta — pidió la chica saiyajin con seriedad —por favor.

Tomó el pulso de Kale con sus dedos en el cuello de su contraria y agradeció al cielo que estaba viva.

La muchacha muy enfadada transformada en súper saiyajin ordinario se lanzó contra esa mujer cuando vio a su amada novia en el suelo malherida.

Caulifla no daba crédito a la manera tan repentina como llegó allí, golpeó con todas sus fuerzas el rostro de Sosseu pero no le hizo el más mínimo daño, pero eso no detuvo a Letty. Ella continuó golpeándola mientras lloraba de la ira, ahora que tenía a quien amar no dejaría que nadie la lastimara.

—Tus golpes no me hacen ni cosquillas — se burló la extraterrestre.

—¿Y eso qué? ¡¡Nadie toca a Kale!! — gritó enfadada Letty aumentando mucho su poder, sus pupilas desaparecieron dejando sólo sus ojos blanquecinos inyectados en ira.

—Ja, ja, ja... ¿es todo? — preguntó Sosseu burlonamente.

Pero de repente un puñetazo en su abdomen hiriéndola de gravedad provocándole que escupa sangre a borbotones.

En la pelea de Vegeta, el príncipe saiyajin terminó su transformación dejando ver el mismo súper saiyajin blue que usó en su batalla contra Toppo y Jiren con notables y pequeñas diferencias, entre ellas está que su cabello era de un azul entremezclado con un color púrpura.

—Prepárate porque acabaré contigo Zorepo — anunció Vegeta con una voz ronca y profunda.

En el rostro de Zorepo se mostró la sorpresa cuando recibió un potente golpe en la boca del estómago, le siguió un rápido ataque de ráfagas de ki que le impedían defenderse.

Vegeta tomó del cabello y lo arrastró por todo el suelo rocoso del planeta Sadala, lo levantó poniéndolo a su altura y le propinó un fuerte cabezazo en la frente.

—Escucha bien, insecto rastrero, no me importa en lo más mínimo la conexión que tienes con la cucaracha de Frost pero una cosa es segura y es que tengo que acabar contigo

Zorepo abrió sus ojos sorprendido y usó una de las técnicas que el dios dragón del planeta Namekusei, desapareció de allí yéndose al espacio exterior.

—Hum... patético — murmuró Vegeta de mala gana regresando a su forma base.

Mientras tanto Sosseu y Goku intercambiaban golpes o más bien la muchacha recibía una paliza interminable. Dejó de sentir el ki de Zorepo y se marchó de allí usando la misma técnica de su compañero.

—Esa es... la teletransportacion — dijo Goku cansado.

—Lo mejor será que descanses — habló Caulifla con calma.

Kyabe llegó al lugar de los hechos acompañado por Eira, Valyria y Goten.
Además venía atrás Vegeta acompañando de lejos a los chicos, el grupo minutos después se quedó en silencio mientras Letty acariciaba con delicadeza a Kale que estaba inconsciente.

—Conque viniste también tú, Vegeta... este asunto que tenemos en nuestras manos es muy serio — Goku mencionó seriamente observando a otro punto.

El viento hacía danzar los cabellos de ambos rivales y amigos, Vegeta mantenía el ceño fruncido al tiempo que en el horizonte el atardecer se aproximaba poco a poco.

Goku se dio la vuelta y su estómago rugió en señal de que ya tenía que comer algo.

—Chicos, no sé ustedes pero yo me estoy muriendo de hambre — habló nervioso el saiyajin de la tierra con una mano detrás de la nuca.

—Eres un granuja, siempre sales con cualquier tontería cuando hablamos de algo serio, Kakarotto — masculló Vegeta con enfado.

—Vamos, no digas eso Vegeta — suplicó el peli palmera.

—Ya cállate, insecto — gruñó el príncipe —. Kyabe tú tienes una promesa por cumplir

—Oh... es cierto. Sígame por favor

Maestro y alumno elevaron en el vuelo dejando a los demás en esa meseta.

—Yo te ayudo a cargar a la tía Kale — mencionó Valyria mirando a Letty —déjame ¿sí?

Letty sonrió levemente y aceptó la ayuda de la gemela, Caulifla guió a Goku a su antigua casa o guarida si es que aún seguía en pie por culpa de la batalla.

La nostalgia invadió los corazones de Letty y Caulifla pues en ese planeta fue donde vivieron grandes experiencias y un montón de cosas que recuerdan.

—Cauli — musitó Goku —este lugar no es tan desagradable como lo habías descrito.

—Hum... es cierto, pero es mucho mejor la tierra — mencionó la joven.

—Bueno, no importa, de todas maneras no soy muy exigente

Caulifla sonrió levemente, tras un largo rato volando sobre una zona boscosa, todos aterrizaron en frente de una cabaña de madera algo antigua pero no estaba tan destartalada como cabría esperar.

—Hogar, dulce hogar — susurró con nostalgia Caulifla.