18- Al borde de la locura

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Zorepo estaba emocionado, la evolución de su creación iba por buen camino no notó que desde una esquina de la pared Sosseu lo observaba. La venganza se había vuelto una obsesión para él que no le prestaba atención a los demás.

Se estaba volviendo totalmente loco.

El hecho de tener el ADN de cada uno de los guerreros más fuertes del universo incluyendo dos súper saiyajin, Kale y Letty.

—Tú serás la causa de la caída del imperio de Frost — murmuró con seriedad Zorepo que parece haber recuperado la compostura.

Estaba totalmente loco y decidido a vencer a Frost, aquel que causó tanto dolor en el universo, ni siquiera los saiyajin estaban exentos de su dominio.

(...)

Caulifla había regresado al mismo estilo de ropa que traía en el torneo de la fuerza sólo que con una diferencia, ese día iría a ver a Kale. Se concentró para hallar el ki de la saiyajin legendaria pero parecía que estuviera suprimido por la menor.

—Demonios... ¿dónde estás Kale? — murmuró la joven bastante molesta.

—Cauli — llamó Goku desde atrás, a sus espaldas Goten y Kuri intercambiaban unos golpes en una pelea amistosa —¿Estás bien?

—¿Crees que estoy bien? — refunfuñó molesta la joven saiyajin pero se dio cuenta que era Goku —, ¿qué ocurre?

—¿Dónde crees que pueda estar? Me dijiste que a ella le gustan los animales— habló el mayor mirando al cielo, apartó la mirada del cielo y observó a la joven saiyajin —, quizá esté en la isla de Diecisiete.

—¿El que ganó el torneo? No me esperé que viviera en una isla — habló la chica con sorpresa —, hmm... creo que voy a hacerle una visita a Kale ¿me veo bien? — preguntó ella mirando a Goku.

—Diría mentiras si dijera que no te ves bien, aunque me gusta más cuando usas kimono — mencionó el saiyajin.

—Tonto — habló sonrojada mientras se le escapaba una sonrisa —, ¿cuál fue el entrenamiento que le pusiste a los chicos?

—Timo está tratando de encontrar a Coral en medio del bosque, y Kuri está ahí con Goten — los señaló mientras ambos estaban intercambiando golpes entre sí —Y Bresia... pues — giró su cabeza mirando a la joven saiyajin con un arco y vistiendo un kimono negro.

Bresia disparaba varias flechas que daban en su mayoría en la diana que el saiyajin puso en la pared, tenía su cabello recogido con un listón blanco en una coleta baja.

En cierto aspecto era muy similar a Letty, lo que no le quedaba muy claro a Caulifla era de donde había sacado ese arco.

—Bresia, ¿de dónde sacaste ese arco? En el dojo no hay armas — cuestionó Caulifla mirando a la saiyajin con cola.

—Le pedí a un habitante de la aldea que me lo hiciera — Caulifla arqueó una ceja, Goku le había contado que los saiyajin de su universo eran bastante malvados —En serio, fue lo que hice — repitió la muchacha —, perdí mi arco cuando estaba en la nave con ese patrullero galáctico — explicó mirando a los ojos a la pareja de Goku.

—Pues yo vi que fue a la armería y pidió un arco — mencionó Goten bloqueando los golpes de Kuri —, vas mejorando, Kuri — alabó el infante.

—Hmm... está bien — sonrió ella mirando a Goku y volvió su mirada a su  contraria —, Bresia más vale que no causes problemas o tendré que darte una paliza — amenazó ella con una mirada asesina.

—Este... De acuerdo — tartamudeó la arquera bastante asustada.

De pronto al lugar un haz de luz blanca apareció, Bresia retrocedió sosteniendo el arco entre sus manos mirando al intruso.

—Hola, hola — saludó Whis quién acabó de llegar al lugar junto a Bills.

—Ah, señor Whis, qué alegría tenerlo por aquí — saludó el saiyajin con una enorme sonrisa.

—Vinimos porque Whis dijo que aquí tenías a unos discípulos con habilidades especiales — habló el dios destructor con calma —, además de darle un descanso a Vegeta — añadió él manteniendo su mirada fija en Caulifla y luego miró a Bresia que apuntaba con el arco —, ¿quién es ella? — cuestionó Bills.

—Es una saiyajin que vino del espacio y traía consigo algo valioso — explicó Caulifla.

—¿Y eso tan importan qué podría ser? — indagó el de tez azul mirando a la muchacha.

—Les explicaré todo — murmuró la pelinegra con una sonrisa.

La mujer saiyajin comenzó a describirle lo sucedido dos días antes, Whis y Bills escuchan atentamente el relato de aquella joven, las deidades estaban absortas ante la historia que Caulifla les narraba.

—Eso es todo — cerró la joven con un murmullo.

—Ya veo, Freezer no se dará por vencido al fin y al cabo tendrá que enfrentarse con Goku, tú y Vegeta — comentó el gato morado.

—Señor Bills, ¿por qué dice que le iba a dar un descanso a Vegeta? — preguntó Goku.

—Pues él decidió entrenar una técnica divina que tenga que ver más con su temperamento, es todo — explicó el dios.

—Y por eso estoy yo aquí — completó el ángel —aprenderás una manera de distinta de utilizar el ultra instinto — comentó el de tez azul.

Caulifla sonrió ampliamente mientras tomaba la mano del saiyajin disimuladamente, escuchar que alguien cercano y que quería mucho se hiciera más fuerte le hacía sentirse muy orgullosa.

(...)

En medio del bosque de coníferas, Coral se escurría entre las ramas escapando de Timo que estaba entrenando sus ojos para usar su visión en batalla.

—Espero que no me encuentre aquí — susurró escondiéndose en la copa de un árbol.

El pelinegro estaba en otro lado del bosque, mirando atentamente cada movimiento de vez en cuando su visión cambiaba a una con la que es capaz de percibir la temperatura del ambiente, descubrió esa habilidad años antes por casualidad.

—No tienes donde esconderte, Coral — el joven pelinegro comenzó a correr entre las ramas de los árboles.

Su paso era rápido y veloz siguiendo el calor que emanaba la joven, las ramas de los árboles temblaban por su firme paso, él llegó hasta al lado de la rubia que pensó que no iba a encontrar.

Timo se colgó de cabezas quedando arriba de Coral que estaba debajo de una conífera.

—Ya perdiste — habló el muchacho.

—¡Timo! ¡Me asustaste, tonto! — gritó tan fuerte que el pelinegro cayó al suelo.

—Sea como sea... ya perdiste, rubia — murmuró él levantándose del suelo —Eso dolió — se quejó el joven.

Coral sonrió levemente mirando a su amigo, miró al cielo y sintió que algo le cayó delicadamente en el rostro, lentamente caían unos copos de nieve muy pequeños.
La adolescente rió entusiasmada pues cada año en esas fechas esa aldea se llenaba blanca nieve y los niños salían a divertirse con ella.






Beyond the Limits (Fuerza y Valor 2)Where stories live. Discover now