8- Eternamente agradecido

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La nave de Zorepo había aterrizado en medio de un planeta desértico iluminado por dos soles. El calor era insoportable para un ser humano común y corriente.
Sosseu, Spicy y Zorepo sacaron del artefacto a las dos saiyajin dejándolas ahí en la superficie del planeta.

—¿Qué tanto les costaba llevarnos a Sadala? — recriminó Letty.

—Escuchen con atención — acotó Zorepo —, detrás de ustedes — presionó un botón haciendo aparecer una nave más pequeña —, hay una nave con la que podrán ir a su planeta pero deben tener cuidado.

—¿Qué tengamos cuidado? — indagó Kale interesada.

—Así es... Frost está vigilando a los guerreros más fuertes de todo el universo. Tiene sometidos a varios mundos y sus Reyes — informó el alienígena.

—¿Y Sadala? — inquirió la saiyajin de tez clara y cabello largo.

Zorepo sólo asintió levemente dando a entender que los guerreros saiyajin estaban bajo el comando del demonio del frío. En ese instante una poderosa presencia se sintió en todo el área dejando al sobreviviente del planeta Supu como el único en poderse mover.

—Vaya... tú y tus típicas entradas — murmuró burlón.

—Más vale que no pongas resistencia. Acabaré contigo de un solo golpe — informó una voz grave frente a él.

El Supu podía ver una silueta que se le hacía bastante familiar acercarse a él, sacó de su espalda una espada pero fue impedido por un puñetazo de inmenso poder de parte del contrario enviando al líder de aquella flota a  varios metros de distancia.

—Te has vuelto muy fuerte, Hit — reconoció Zorepo tomando su espada.

El asesino giró levemente su cabeza viendo a Kale y a otra saiyajin junto a ella.

—¿Por qué la tienes aquí? — cuestionó  Hit.

—Eso no es importante — mencionó Zorepo con seriedad —, puedo imaginarme que te envía Frost ¿o me equivoco?

—Jamás revelo quién me contrata

Tanto el asesino y el superviviente se pusieron en pose de batalla esperando algún movimiento del contrario, Hit ya había deshecho el Salto en el tiempo permitiéndoles ver la contienda.

El supujin lanzó un rayo de ki directo contra el asesino que lo desvió hacia su derecha pero resultó siendo un señuelo, Zorepo se abalanzó con su espada dispuesto a cortarlo en dos mas el asesino detuvo el ataque del arma blanca con sus dedos.

—Ahora veo por qué los llamaban una raza guerrera — mencionó el asesino.

Hit decidió usar el Salto temporal para golpear a Zorepo por la espalda pero este desapareció de la vista del asesino un milisegundo antes de que el golpe del legendario sicario diera con su objetivo.

—Hit... ¿tantos años y Aún sigues tratando de matarme? ¿por qué no te haces un favor y me muestras tu máxima fuerza? — murmuró burlón el guerrero.

—Esas palabras serán tu perdición — mencionó Hit usando su salto temporal golpeando en multitud de ocasiones a Zorepo.

El supujin cayó al suelo casi sin fuerzas, intentaba levantarse del suelo con ciertas dificultades para reincorporarse a la batalla.
Kale y Letty veían anonadadas la durísima pelea que estaba librando Zorepo, él gruñó por lo bajo.

—Hasta aquí llegaste — mencionó Hit con su típica seriedad.

El sicario atacó con una de sus tantas técnicas de asesinato para acabar con la vida del último supujin. Dicho golpe fue directo al corazón del guerrero acabando casi instantáneamente con su vida, el asesino ni se cercioró de que efectivamente haya acabado con Zorepo y se fue tan repentinamente como llegó.

Sosseu cayó de rodillas al suelo lloranso la muerte de su capitán, Kale se elevó acercándose al cuerpo del líder de aquella flota. Posó su mano derecha sobre el pecho de Zorepo impulsando una onda de ki varias veces hasta que él despertó de inmediato.

—Por educación te diré gracias, saiyajin — musitó con seriedad.

Kale asintió dispuesta a irse pero el supujin la detuvo.

—Me salvaste la vida. Cuando estén en apuros, yo los ayudaré — informó el alienígena.

—Gracias... — Kale sonrió levemente dejando al sobreviviente con una sonrisa.

Sosseu se acercó a ella y la abrazó con fuerza mientras lloraba de alegría por ver de nuevo a su capitán con vida. Spicy no contuvo la alegría que le producía aquel momento tan emotivo.

—Bien... no nos olvidemos que tenemos cosas más importantes que hacer — informó el capitán Zorepo —¡Sosseu, fija el rumbo al planeta Namekusei! ¡partimos en diez! — exclamó él con una mirada distinta a la clásica seriedad y serenidad que siempre ha demostrado —, oye tú — señaló a Kale —, las apariencias engañan, las intenciones no — terminó Zorepo entrando a la nave

—Sí... s-sí, por favor suéltame — suplicó la saiyajin a Sosseu.

—Lo siento — musitó ella soltando a la chica saiyajin —bien... será mejor que vayan a su planeta.

Kale asintió y miró a Letty a los ojos que no parecía reaccionar ante nada, la mano derecha de Zorepo entró a su nave junto con Spicy partiendo rumbo a Namekusei.

—Eso fue... fue muy loco ¿dónde aprendiste eso? — comentó Letty asombrada.

—Lo aprendí en la... en la Tierra — respondió la morena.

—Llévame allá — exigió la menor.

—P-pero yo... — titubeó Kale pero fue interrumpida por Letty.

—Por favor... — hizo un pequeño puchero bastante tierno.

Kale cerró los ojos con fuerza asintiendo levemente mientras una sonrisa se asomaba en sus labios, las dos entraron a la pequeña nave espacial que la tropa de Zorepo les obsequió.

(...)

La lluvia había comenzado a hacerse más fuerte acompañada por varios rayos, en un río cercano unas cuantas rocas cayeron obstaculizando el paso del caudal del cuerpo de agua.

Fuera del dojo una mujer golpeaba con insistencia la puerta asustada por los relámpagos y truenos que parecieran no tener final.

Rápidamente Caulifla, sin pensárselo dos veces, abrió la puerta observando a aquella mujer con el rostro afligido y llorando desconsoladamente.

—Por favor... ayuden a mi familia, maestra, la casa está en la ladera de la montaña... se lo suplico — imploró ella mirando a Caulifla.

También salió el saiyajin mirando confundido el hecho de que alguien esté afuera a mitad de la noche y en plena tormenta eléctrica.

—Goku... — musitó Caulifla abrazando a la mujer —, necesitamos proteger este pueblo — agregó la saiyajin.

—Sí... tienes mucha razón — asintió levemente el pelinegro —, Cau, iré a ver quién tiene problemas y ayudarle — anunció el saiyajin caminando hacia afuera.

—De acuerdo, yo iré a ver cómo detener la inundación — añadió ella.

Los dos saiyajin emprendieron vuelo con direcciones distintas asombrando a la mujer mayor que observaba atónita la misteriosa técnica de vuelo de ellos dos.

Beyond the Limits (Fuerza y Valor 2)Where stories live. Discover now