14 | Dancing

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❥︎ Día catorce

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❥︎ Día catorce

BAILANDO

Las luces anaranjadas del atardecer bañaban la cima de aquel lujoso edificio aquella tarde, bajo el despejado cielo parisino

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Las luces anaranjadas del atardecer bañaban la cima de aquel lujoso edificio aquella tarde, bajo el despejado cielo parisino. La terraza del prestigioso hotel Le Grand Paris se encontraba en total calma, hecho que atrajo a una pensativa Marinette hacia ese lugar para despejar un poco su abarrotada mente.

Ignoró que no estaba sola, pues unos cuantos músicos habían subido también a ese sitio para ensayar y afinar un poco sus instrumentos, se encaminó hasta la orilla de la hermosa terraza, acomodando el tul del voluptuoso faldón de su vestido blanco estilo princesa. Con sus manos se apoyó en las protecciones de concreto, dejándose acariciar por la agradable brisa fresca que indicaba la entrada de la noche.

Requería urgentemente de la paz que sentía estando en ese lugar, y separarse por unos minutos del ajetreado evento que se celebraba en el interior del hotel, para simplemente pensar y olvidarse por un efímero momento de que ella era el centro de atención ese día, sin importar que sus familiares, amigos o el resto de invitados comenzaran a preocuparse por su prolongada ausencia.

La mujer se llevó los dedos a su cabello azulado, quitándose los sujetadores que lo sostenían en un elegante recogido bajo, despojándose igualmente del velo blanco y de las flores que lo adornaban, dejándolas irse con el viento a la par que su cabello ahora suelto ondeaba libre, en una silenciosa danza con la suave brisa.

Cerró sus ojos cuando sintió un par de cálidas manos rodear la curvatura de su cintura, sintiendo un mar de sensaciones de todo tipo al dejarse acoger con ese acto. Ella se separó para mirarlo a los ojos, descubriendo que no se trataba de la persona que se imaginó que sería.

O no por completo, aunque ese pequeño dato ella no lo conocía.

—Discúlpeme que la interrumpa, hermosa princesa —Chat Noir le dio un coqueto beso en los nudillos—. ¿O prefieres que te llame señora Agreste?

—Cualquiera de las dos me gusta —contestó, pensativa—. ¿Qué haces aquí? —inquirió.

El superhéroe la miró con un brillo especial en sus ojos.

Marichat May 2021Where stories live. Discover now