Marichat May 2021

16 | Purring

❥︎ Día dieciséis

RONRONEANDO

Si había algo que ellos odiaran más de aquellos retos que comenzaban a adquirir fama en internet, eran esos en los que los involucraban a ambos en sus identidades como superhéroes.

Porque sí, la gente era capaz de hacer de todo para ganar likes y visualizaciones en sus redes sociales: desde intentar contar cuántas motas negras tenía el traje de Ladybug, dar un con aproximado de las aplicaciones que tenía su yoyo, o fotografiar su cara más cute; hasta querer averiguar cuánto podía llegar a medir el bastón de Chat Noir, o descubrir si él conservaba sus orejas reales o en realidad escuchaba con las orejas de gato. Y esos conformaban únicamente una minoría de la infinidad de retos que poco a poco empezaban a hacerse virales en línea.

Debían de admitir que gradualmente fueron adaptándose y familiarizándose con las decenas de fanáticos que desesperadamente se acercaban a ellos buscando cumplir con los retos.

Sin embargo, Chat Noir no pudo decir lo mismo hasta ese día, en el que salió al aire el Purr Challenge, el cual consistía en lograr filmar al superhéroe en el momento exacto que éste emitiese un ronroneo.

Porque sí, aparentemente, todos daban como algo cien por ciento comprobado el hecho de que el chico poseía la capacidad de ronronear cuan verdadero felino.

—Y entonces, mientras me encontraba patrullando tranquilamente, un gran grupo de chicas se acercó a mí, comenzando a decirme cosas raras y a tratarme como un gato —se lamentó Chat Noir, recostado en las piernas de Marinette, quien jugaba con los mechones de su cabello mientras él se dedicaba a contarle la triste historia de su convivencia con ese fatídico reto—. Me dan caricias en la barbilla, en la cabeza, me traen leche y croquetas de pescado, además de darme apodos raros como “Michi”  —enumeró—. ¿Y todo por qué? Porque supuestamente los gatos producen ronroneos cuando están felices. ¡Pero qué sabrán ellas de felicidad! ¡Por eso ninguno ha conseguido lograr el Purr Challege!

La chica de coletas no evitó reirse ante tanto drama.

—¡Y te resulta gracioso! —reclamó, pero en lugar de decir algo en su defensa, Marinette continuó con los cariños que le hacía al cabello rubio.

¿Cómo podía un hombre tener el pelo más suave que el de una mujer? No se imaginaba qué clase de chico se encontraba tras la máscara negra como para recibir múltiples tratamientos de belleza capilar.

Sin preverlo, el chico con el traje gatuno ya se hallaba emitiendo graves sonidos de su garganta, similares a los de un motor, pero mucho más suaves y bonitos al oído.

No cabía duda que, Chat Noir ronroneando tenía que ser lo más maravilloso y tierno que haya creado el universo.

—Oh, esto sí que es felicidad —maulló el superhéroe, deleitándose de la manera en que las manos de su chica acariciaban su cabeza. Cerró sus ojos—. Suerte que mi princesa no está interesada en esa clase de retos de internet —murmuró, a lo ella contestó con un “Claro, gatito”.

Sin embargo, Marinette ya tenía su celular en mano, y aprovechando que él no la miraba, comenzó a grabar esos sonoros ronroneos. Se apresuró a subir el vídeo a su perfil de Tiktok.

“Un gato sólo ronronea cuando está feliz en los brazos de su dueña. Aprendan, aficionados”, posteó al pie de la publicación, usando los hashtags #PurrChallenge #PrimeraEnCumplirElReto.