12 | Cuddles

577 77 24
                                    

❥︎ Día doce

اوووه! هذه الصورة لا تتبع إرشادات المحتوى الخاصة بنا. لمتابعة النشر، يرجى إزالتها أو تحميل صورة أخرى.

❥︎ Día doce

MIMOS

Aquella tarde, Adrien escapó de su casa transformado en Chat Noir, pero en lugar de dirigirse al sitio acordado donde sería su patrulla con Ladybug, desvió ligeramente su camino, deteniéndose en uno de sus lugares favoritos

اوووه! هذه الصورة لا تتبع إرشادات المحتوى الخاصة بنا. لمتابعة النشر، يرجى إزالتها أو تحميل صورة أخرى.

Aquella tarde, Adrien escapó de su casa transformado en Chat Noir, pero en lugar de dirigirse al sitio acordado donde sería su patrulla con Ladybug, desvió ligeramente su camino, deteniéndose en uno de sus lugares favoritos. Su cola se meneó involuntariamente y sus orejas se irguieron cuando se halló sobre uno de los barrotes de hierro del balcón de Marinette, recreando en su mente la cara de felicidad que posiblemente pondría la chica al ver la sorpresa que prepararía para ella.

Entró de forma cautelosa hacia la habitación, y, haciéndole un ademán con su dedo a los kwamis para que guardaran silencio, comprobó que, efectivamente, la chica ya se había marchado a la ronda que se suponía debía dar por la ciudad junto con él.

Bien, puede que a lo mejor se enoje sólo un poco por faltar, pero estaba seguro que ella se pondría aún más feliz por la sorpresa que le tenía planeada. Apostaba una de sus nueve vidas de no ser así.

Si no era que primero perdía una de ellas en el intento.

Ignorando el sonido constante de su bastón que le indicaba que su preciada Lady lo estaba llamando, comenzó con su trabajo, esperando ganarse unos buenos mimos después de aquello.

• • •

Al tocar el lecho de su suave cama, Ladybug invocó su destransformación, volviendo a ser Marinette en cuestión de segundos. Aquella patrulla la había dejado exhausta, pues, aparentemente, ese día a la gente se le había antojado necesitar su ayuda todos a la vez, y casualmente estaba ella sola para intentar prestarle sus servicios heroicos a todo el mundo.

Se juró internamente colgar a cierto gato del monumento más alto la próxima vez que lo viera. Ambos se habían prometido no volver a plantar al otro, en especial ahora que conocían las ocupaciones del otro fuera de su identidad heroica, y ella se había tomado muy en serio ese acuerdo en su relación estrictamente laboral.

Estaba a punto de terminar de acomodarse en su cama, cuando algo le llamó la atención.

Varias de las fotografías que se supone debían estar pegadas a un lado de su cama no se hallaban en su lugar, además de que su cobija no estaba sobre el colchón, el cual se sentía completamente pegajoso.

Bajó las escaleras de su cama para averiguar qué rayos había sucedido, encontrándose con que Chat Noir era el principal involucrado en todo ese desastre.

—¿Pero qué…? —su voz quedó en el aire, no tenía palabras para lo que tenía en frente. Todo su cuarto, desde el suelo y las paredes, hasta su escritorio y mesa de trabajo, estaban patas arriba. Sintió una vena palpitar en su frente de la ira, e intentó mantener la calma. El resto de los kwamis, al verla en ese estado, se escondieron rápidamente en su caja—. Explícate, Chat Noir.

El superhéroe dejó a un lado las tijeras y la tela que tenía entre sus manos, que, al igual que varias partes de su cuerpo y que la habitación en sí, estaban llenas de pintura. Todo parecía sacado de un salón de manualidades de preescolar, en donde Chat Noir era el alumno travieso.

—Bueno, verás… —titubeó—. Vine con la intención de ayudarte a asear un poco tu habitación, ya que hace unos días te quejaste porque todo era un desorden y que no tenías tiempo para limpiar —intentó explicar—, pero luego me perdí porque no supe en qué lugar colocar tus cosas, es que tienes tantas —señaló, comenzando a temer por los furiosos resoplidos que Marinette soltaba con su mandíbula bien apretada—. Entonces, supe que te enojarías conmigo por eso, así que decidí hacerte un bonito cartel con dibujos y un collage de fotografías para que me perdonaras, pero por accidente derramé las pinturas y el bote de pegamento. Quise limpiarlo, pero me di cuenta tarde que con lo que lo estaba limpiando era con uno de los suéteres nuevos que estabas confeccionando, por lo que tuve que limpiarlo rápido con tus sábanas. Y ahora estoy intentando hacer de nuevo el suéter que ensucié…

Al ver que la chica aún no decía nada, él añadió, intentando aligerar el ambiente pesado:

—¿No crees que me merezco algo por mi dedicación, My Lady? —le guiñó un ojo, pícaro—. ¿Qué tal unos mimos en el mentón? —sugirió, tocándose el sitio con sus garras. Oh, vaya que le encantaban las caricias de su princesa en ese lugar, y en el cabello, y en la espalda…

—¿Unos mimos, dices? —inquirió ella, pareciendo más relajada que antes. Sin embargo, la mirada maliciosa en sus ojos azules hizo dudar al chico—. ¿Sólo porque me dejaste sola patrullando mientras venías a poner de cabeza mi habitación? ¿Qué te parecen unos mimos alrededor del cuello, con la cuerda de mi yoyo, apretándolo con fuerza, y colgándote de la punta de la Torre Eiffel? —le dijo, sonriendo de forma espeluznante.

Chat rió nervioso, para luego pasar saliva con dificultad por su garganta.

—Eh, no, así está bien, princesa —afirmó, retrocediendo con pavor a medida que Marinette se acercaba amenazante a él—. Los mimos pueden esperar para después…

—Oh, a mí me parece que no —y con aquello, Chat Noir terminó por salir de la habitación hacia el balcón—. ¡Tikki, motas! —exclamó para ir tras él.

¡Santos cascabeles, ya era gato muerto!

¿Alguien más quiere mimos también? Jsjsjsj

اوووه! هذه الصورة لا تتبع إرشادات المحتوى الخاصة بنا. لمتابعة النشر، يرجى إزالتها أو تحميل صورة أخرى.

¿Alguien más quiere mimos también? Jsjsjsj.

En el próximo: Florería.

Marichat May 2021حيث تعيش القصص. اكتشف الآن