Treinta y un situaciones que definirán un sólo sentimiento entre la chica de rosa y nuestro héroe gatuno.
✍ Reto "Mayo Marichat" de la página de Marichat May de Tumblr
✍ Colección de One Shorts y Drabbles dedicados exclusivamente a esta pareja.
Seri...
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❥︎ Día cinco
PESADILLAS
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Adrien y Marinette se fueron esa noche a su habitación con la certeza de que esta vez sí podrían dormir sin preocupaciones durante toda la madrugada, pese a los pequeños incidentes que comenzaron a ocurrir noches atrás, y que no habían dejado de hacerse frecuentes.
Sin embargo, se trataba de un caso completamente normal que debían afrontar al ser padres, y era nada menos que las pesadillas que sufría la pequeña Emma, de tan sólo seis años.
Todo había comenzado con el inocente "¿Puedo dormir con ustedes esta noche?", hasta que, siempre, a medianoche, Marinette se despertaba exaltada por un pequeño bulto que sentía en medio de la cama, que no era más que la niña que se había colado a la habitación de sus progenitores. Todo ello acarreado por una película de acción y misterio que ella decía haber visto sin su permiso ni supervisión, la cual contenía escenas un poco fuertes para menores.
Esa misma tarde, ambos habían sostenido una pequeña conversación con la menor sobre lo importante que era que enfrentara sus miedos y volviera a dormir en su habitación, esperando que ésta rindiera frutos ante los abrumados padres primerizos.
A regañadientes, Marinette fue la primera en caer frente al sueño, al corroborar por última vez que Emma por fin se había dormido. Mas sin embargo, Adrien, por su parte, no consiguió conciliarlo tan fácilmente a causa de un mal augurio que se había instalado en su pecho desde no hacía mucho rato.
Se sentó sobre el colchón, poniendo sus pies sobre el suelo, y fue entonces cuando sintió la presencia de Tikki y Plagg acercarse a él. De fondo, logró oír varias vocecitas y sonidos provenir del pasillo.
—Si no los callas tú, lo haré yo a mi modo —habló el kwami negro, molesto—. Harán que nos descubra, y la maestra no se pondrá para nada feliz.
—¿Qué ocurre? —les preguntó a ambas criaturas voladoras.
—Creo que deberías venir a ver —le susurró la roja.
