☯︎Veintitres☯︎

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—Midoriya ven. —llamó Aizawa a un atolondrado peliverde.

—¿Si...?

—¿Estás bien? —preguntó con una ceja alzada, aquella extraña mueca en el mayor le hizo reaccionar a Izuku volvió a su rostro serio.

—Claro que lo estoy, ¿ya habló con ellos? —cuestionó para desviar el tema rápidamente.

—Si... —soltó un suspiro—. Hoy por la noche tendremos una reunión, debes venir ya que conocer el lugar donde esta ese tipo.

—Bien, lo veo allí —el profesor estaba por irse pero su alumno lo tomó por la camisa deteniendolo—. Muchas gracias Aizawa-sensei, por escucharme y ayudarme.

—No te preocupes, no dejaría que un alumno mío se lance al peligro sin apoyo. Te aseguro que Eri estará bien, confía en nosotros.

—Si. —sonrió de lado, ya todo dicho el mayor se fue para seguir con su trabajo.

En cuanto a Izuku este no podía dejar de pensar en el extraño día que estaba llevando, primero Denki y su raro acercamiento y luego Shinso con aquella desafortunada caída. Aún podía sentir esa calidez en sus labios debido al tropiezo con el pelimorado y el solo hacerlo lo sonrojaba, algo que no sentía hacía mucho tiempo.
Decidido a olvidar aquello solo se dirigió al salón de clases ya que aún tenía horas allí, tedioso y una perdida de tiempo, pero si era sincero comenzaba a agradarle. Desde siempre fue un chico que disfrutaba el estudio y aprender nuevas cosas, solo que en aquellos dos años lo único que aprendió fue a sobrevivir y no confiar en nadie, buena lección para aquel mundo.

—¡Midoriya! —aquella voz lo tensó por un segundo, aún así volteó lentamente.

—Shinso-kun...

—Yo...yo quería disculparme por lo de antes, estaba distraído y no vi por donde iba. —el chico hizo una reverencia acompañada de un pequeño sonrojo por la vergüenza del recuerdo.

—No-No te preocupes está todo bien —rió igual de apenado—. Solo fue un desafortunado accidente.

—¿Tan malo fue besarme? —preguntó en manera de broma pero la reacción del contrario no logró más que encantarlo.

—¡N-No...! Es decir no quise decir eso solo... —su sonrojo abarcaba toda su cara, incluso orejas y nuca, era una imagen tierna—. No soy bueno para esto... —admitió cubriendo su rostro.

—Solo fue una broma calmate. —rió un poco.

—Voy a matarte... —dijo.

—Intentalo. —sonrió pícaro, algo que solo avergonzó más al peliverde.

Antes de que este pudiera opinar al respecto un rubio alto y con una gran sonrisa se acercó a los menores solo por la extraña atmósfera que había entre ellos.

—¡Midoriya-kun! ¿Cómo estás?, últimamente no logro verte.

—Hola Mirio, estoy bien... —dijo apartando un poco la mirada.

—Hmm~ ¿seguro? te veo algo nervioso. —comentó el rubio apartando algunos mechones del rostro pecoso, apareciendo un nuevo sonrojo.

—¿Qué tienen todos hoy con tocar mi rostro...? —se cuestionó entre murmullos en manera de reproche.

—Deku-kun llegaremos tarde a...clases.

—Ah si es verdad, ya debemos irnos. ¡Adiós a ambos! —el ojiesmelarda rápidamente tomó a la castaña del brazo para salir corriendo de allí.

—¿Sucede algo? —preguntó curiosa la chica.

—Solo camina y no hagas preguntas por favor... —rogó apenado el peliverde sacándole una risa a su amiga.

☯︎ 𝕐𝕠𝕦 𝕔𝕣𝕖𝕒𝕥𝕖𝕕 𝕞𝕖 ☯︎Where stories live. Discover now