Cap. 8 - ¿Por qué no me parezco a mamá?

Start from the beginning
                                    

Luz misma era testigo de ello. Su madre cambió respecto los primeros roces de conciencia que recuerda de ella. Se había vuelto el alma carismática del mercado y plaza. Gracias a ello, el negocio iba bien, Eda ya no necesitaba tanto de la ayuda económica de Lilith como antes. No obstante, la tía cuervo usualmente era insistente en apoyarlas con los estudios de Luz.

—Todos te quieren... excepto los guardias malos —expresó molesta, apretando sus puños de solo pensar las veces que aquellos hombres vinieron a intimidarlas.

—Es complicado... —Las mismas palabras que Luz se cansa de escuchar—. Lo entenderás cuando crezcas.

— ¡Cumpliré ocho años en unos meses! ¡Soy una niña grande! —Infló el pecho y se paró de puntitas, en un intento de llegar, por lo menos, al ombligo de su alta mamá.

—Entonces... cómo niña grande tal vez puedas alcanzar esto.

Con un hechizo, Eda arrebató la manta que Luz permanentemente usa como capa, amarrándola en la parte más alta de su bastón para que la pequeña intente alcanzarla con saltitos.

— ¡Mi mantita! —chilló, viendo como su madre usaba lo que más quiere en el mundo como una bandera de azul claro—. ¡Mami, devuélvemela! ¡Está bien, no soy tan grande! 

Algunas lagrimitas no tardaron en caer por sus mejillas. Sumado al hecho de su agitado respirar, Eda dio por hecho, rápidamente, que a Luz no le gustó la broma.

—Ay... —Siente que se excedió un poco, sabiendo lo apegada que Luz era a esa manta que tejió para ella—. L-Lo siento, amor. Era una broma.

—P-Pero a mí me gustan esas bromas. —La oración tomaba tiempo, las entrecortadas palabras productos del sollozo no la dejaban pronunciar fluidamente—. N-No me gustan porque me hacen sentir d-débil *Sniff*. Yo quiero ser fuerte para protegerte de los hombres malos que te persiguen.

El corazón de Eda no podría derretirse más ante tanta ternura.

—Mi vida... —Poco importándole la objetividad, ninguna niña podría ser tan dulce como su pequeña—. Te comería a besos si no fuera ilegal.

— ¿Es ilegal? —preguntó Luz, dejando que su madre limpie su rostro con un pañuelo.

—No si nadie nos ve. —culminó de limpiar sus mocos, para comenzó a darle pequeño besitos en sus mejillas. 

La pequeña chillaba con una inmensa felicidad producto del cariño y las cosquillas.

— ¡Hoot, hoot! —El búho dio un portazo, interrumpiéndolas—. ¿Adivinen que anciana de pelo azul está llegando en su bastón?

— ¡Tía Lilith! —exclamaron al unísono.

—Gracias, hermana, por cuidar de Luz mientras estoy fuera

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

—Gracias, hermana, por cuidar de Luz mientras estoy fuera... en el mundo humano —susurró lo último.

—No hay problema, siempre amaré pasar tiempo con mi sobrina. —Y a Luz le encantaba pasar tiempo con Lilith, ya que siempre le narraba sobre la magia y una escuela a la cual quisiera algún día asistir—. ¿Lista para pasar una tarde de chicas, pequeña?

La lucha de una Madre Búho - TOHWhere stories live. Discover now