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Choi dio un pequeño saltito y siguio caminando a mi lado. A veces me impresiona lo infantil que puede ser en ocaciones.

Iba tarareando una canción con toda la alegría del mundo. Deje de caminar y quede parada frente a una dulcería a la que voy algunas veces cuando salgo del trabajo y el hambre me gana.

La campanita del local anunció nuestra entrada, la chica de la caja sonrió al reconocerme, la habia visto muy pocas veces, pero siempre que me veia me decia lo mismo “la chica de las donas de chocolate”, un hermoso apodo, no estoy para nada molesta con el, es algo que me combina muy bien.

—Bienvenidos. ¿Que desean pedir? —Nos mostró una amigable sonrisa.

Miramos las neveras frente a nosotros, yo miraba pero no prestaba mucha atención, al fin y al cabo quien comeria sería el poste no yo.
Espere un rato hasta que se decidiera en algun dulce que le gustara o llamara su atención.

Tocó mi hombro con su dedo indice, obviamente mire hacia arriba para poder ver su sonrisa de hoyuelos y ojos cerrados.

Si, si, si. Haste el inocente.

—¿Ya decidiste? —asintió.— ¿Que pediras? 

Me señaló una de las neveras de cristal donde se veias bellas, relucientes y sabrosas donas de chocolate.

Al menos tiene buen gusto.

Me acerque al mostrador y le indique a la chica lo que Choi queria, ella fue a buscarlo y me lo entrego en una servilleta de papel. Pague lo que debia, no necesitaban decirmelo puesto que de tantas donas que compro a veces vengo con el dinero justo.

—Aqui tienes Choi. —con mucho dolor le entregue el delicioso dulce.— ¿Podemos irnos?

—Espera a que me la coma. —dijo señalnado la dona.— Vamos a sentarnos.

Rode los ojos, otra vez. Si tengo que sentarme a esperar que se coma su dona lo hare, ya se que no me molestara más.

Nos sentamos en una mesa un poco apartada de las demas.

Creo que Choi me odia y decidio torturarme. Verlo como se come ese dulce -que deberia de ser mio- y lo disfruta de una manera tan, bueno, de la manera en que todos disfrutamos nuestro dulce favorito. En estos momentos me gustaria ser Choi.

—¿Quieres?

Al parecer soy muy obvia, pero es que no puedo resistirme.
Un poco dudosa lo miro a los ojos y el asiente estirando su mano que queda frente a mi cara. Tomo su antebrazo acercando el dulce a mi boca para darle una gran mordida. No comparemos una mordiamda mia con una de el, claramente mucha diferencia. Lo bueno es que estas donas son bastante grandes.

—Se dice gracias. —dijo y luego me saco la lengua.

—Yo la compre. —repetí su acción dejandolo callado.

Yo siempre gano.

(...)

—De verdad Choi, no hace falta que me acompañes a casa, puedo ir sola.

—Yo insisto. Tomaló como las gracias por comprarme la dona.

—Vale. —comente por lo bajo ya rendida.

Llevaba al rededor de diez minutos insistiendo en acompañarme a casa, no entiendo cual es su preocupación si aún es de día y las calles estan más tranquilas que otros días.

Caminamos callados, ninguno decia nada, yo estaba ansiosa por ponerme mis audifonos y escuchas música pero sería mala educación. Tampoco le puedo ofrecer uno, no alcanza.

—Oye, puedes dejarme aqui si quieres, solo es doblar la esquina y ya estoy en mi casa.

Negó varias veces con su cabeza antes de mirarme a los ojos y sonreir y luego regresar su vista al frente.

Loco.

Veia mi casa tan lejos, no se si es que este chico camina muy lento o yo camino muy rápido pero sentía que faltaban horas para llegar a mi hogar.

Finalmente me pare justo delante de la reja de entrada.
—Gracias por acompañarme.

Iba a girarme pero su voz me detuvo.
—¿No te despides?

¿Despedirme?

Suspire cansada, mientras más rápido lo haga más rápido se irá y saldra de mi hermosa vista.

—Adiós Choi, nos vemos el lunes.

Lo más veloz que pude abri la reja y llegue corriendo a la puerta.
—Adiós. —lo escuche decir antes de cerar la puerta.

(...)

No me refería a despedida con un “Adiós Choi, nos vemos el lunes.” Esperaba un beso en la mejilla o un abrazo.

Pero como no somos muy cercanos debo conformarme con lo que me toco. De todas formas no lo haria, ella es un poco... ¿fria? Ademas me gusta molestarla por lo que podria haber considerado una broma si le decia “Dame un beso en la mejilla” o “Abrazame”. Aunque creo que no le hubiera dicho eso, puedo ser muy juguetón y todo eso pero en el fondo soy muy tímido.

Llegué a mi departamento y deje mi mochila sobre el sofá.

Lo bueno de vivir solo es que no tengo a nadie tras de mi que me diga que hacer a cada rato. No me preocupo por la limpieza, para eso esta una señora que viene dos veces a la semana, claro esta que le pago.

Vivir solo tiene sus ventajas como que nadie me impone ni obliga a hacer nada, pero tambien esta la desventaja de que en algunos momentos me siento solo y eso me pone algo triste.

Podria adoptar una mascota pero apenas me cuido yo mismo, no podria cuidar de un animalito.

Amigos, no muchos, los necesarios. Conosco muchas personas pero no tengo la confianza de decirle a alguien que sea mi compañero de piso, si lo hago ya me quitaria una ventaja, habria alguien más aqui por lo que debería aprender a organizar y nah.

Escucho el sonido de mi móvil avisando que ha entrado un nuevo mensaje. Camino a la sala y lo saco de mi mochila.

Yeonjun🍓

Te invito a una fiesta
en casa de Jackson.

¿Quien es Jackson? No lo se. Después de leer su mensaje varias veces me decido en responder.

Lo siento, estoy muy
cansado.

En otra ocación sera ;)


¡Hombre!

Estamos a mediados de
julio, falta un mes y medio
para las clases. El tiempo
pasa volando, deberias
salie más.

Te espero aqui.

Ya dije que no :(

En verdad estoy muy
cansado.

Hasta el lunes.


Tiene razón en lo que dice pero justamente hoy no me apetece hacer nada mas que dormir. Mi hermosa cama esta esperando por mi.

Salgo del baño luego de una larga ducha de agua caliente. Mi pijama de Iron Man a juego con mis calcetines son el outfit perfecto para tener dulces sueños.












恨 (Hèn) | 𝘊𝘩𝘰𝘪 𝘚𝘰𝘰𝘣𝘪𝘯 Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ