Capítulo 39

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El silencio reinaba en la oscuridad de la noche

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El silencio reinaba en la oscuridad de la noche. Todos se encontraban en sus tiendas, durmiendo hacía horas debido a que el día siguiente deberían levantarse más temprano de lo usual para ingresar al bosque cerca del mediodía. El sonido de las telas moviéndose, imperceptible para un oído poco entrenado, lo despertó. Alguien estaba saliendo de una carpa. Nian se levantó con cuidado y observó su entorno. Zafira se había ido mientras que él estaba dormido. Esperó unos segundos para cerciorarse de que el ruido no había sido producto de su imaginación. Cuando volvió a escucharlo, pero esta vez acompañado de una pisada sobre el suelo, corrió con cuidado las pieles que le impedían ver hacia el exterior. Shein estaba saliendo de su tienda con movimientos lentos y cuidados. Cuando logró deshacerse de todas las pieles que todavía lo estorbaban, caminó en dirección a la carpa de Myra. Estuvo a punto de agacharse para entrar hasta que Nian llegó en silencio a su lado y lo sujetó del hombro.

—¿Qué se supone que ibas a hacer? —cuestionó el chico. Su rostro destilaba severidad.

Shein alzó una de sus cejas, inquisitivo. Era evidente lo que estaba por hacer y no pretendía darle explicaciones a Nian.

—No es de tu incumbencia —expresó con tono bajo. Nian sujetó con más fuerza su hombro y frunció el ceño.

—No escuché que Myra te llamara, tampoco que te invitara antes de irse a dormir para que te colaras en su tienda a mitad de la noche —replicó el chico, no iba a permitirle que ingresara allí.

—No va a ser la primera vez que lo haga, a ella no le molesta —se defendió Shein e intentó zafarse de su mano sacudiendo su hombro. Lo único que consiguió fue que Nian presionara con más fuerza. Shein retuvo un quejido de dolor y lo miró con sus ojos rojos rutilando con rencor—. Suéltame —exigió.

Nian esbozó su sonrisa de lado, esa que le daba una imagen despiadada y presionó con más fuerza. Sus dedos perforaron la piel que componía la ropa del semidiós y no se detuvo, volvió a ejercer más presión hasta que sintió que la sangre tibia y viscosa manchaba las puntas de sus dedos.

—No voy a permitir que entres en esa carpa —denegó y el rostro de Shein se deformó a causa del sufrimiento.

—Maldito raix —masculló con voz aguda mientras que intentaba librarse tirando con sus manos del brazo del Nian.

Eso solo empeoró la herida de su hombro y provocó que el uviem aumentara la fuerza con la que ejercía presión. El pelirrojo se aguantó un grito e intentó lanzarle una estela de jaixz. Para esquivarla, el pelinegro se vio en la obligación de soltarlo. Los ojos de ambos coincidieron y los de Nian se tornaron por completo negros. Shein se llevó su mano derecha a su herida mientras que elevaba la otra para volver a atacar. El uviem retuvo el aura roja de jaixz que iba contra él entre sus manos y la absorbió para aumentar la potencia de su ataque sin tener que gastar mucho de su poder. Para no revelar ninguna técnica de ataque, también elevó su mano y la estela de jaixz que disparó se tornó de un color dorado, no quería que Shein aprendiera a hacer invisible su poder.

El último uviem ✔ [Destinos 1]Where stories live. Discover now