Capítulo 4

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Las lágrimas que se deslizaban por las mejillas de Myra caían sobre el rostro de Rix. La princesa estaba desconsolada, sentían una intensa punzada en el pecho que no le permitía respirar bien. Los sollozos no paraban de escapar de ella. No le importaba el haber discutido con Rix hacía tan solo unos minutos u horas, ya que no sabía con exactitud cuánto había pasado. Era consciente de que todos la estaban observando, mas no le importaba, ya no. Ellos podían pensar lo que quisieran, su madre podía pensar lo que quisiera, podía gritarle y tratar de desheredarla... En ese momento todo le daba igual.

Sintió como el cuerpo del raix se movía entre sus brazos. Abrió sus ojos, desesperada, sin saber cuándo los había cerrado, creía que trataban de arrancarle el cuerpo de su mejor amigo. Al momento en que centró su mirada gris sobre el rostro Rix, se llevó la grata y confusa sorpresa de que el raix estaba parpadeando. Sin perder más tiempo, Rix tomó su forma abquim y se removió incómodo entre los brazos de Myra, a la vez que de sus labios escapaban débiles quejidos de dolor.

Ambos eran conscientes de que la tensión volvía a acumularse en el ambiente.

—¿Cómo...? —inquirió Myra desconcertada, sin ser capaz de terminar su pregunta.

Rix inspiro con lentitud y clavó sus ojos en el rostro de la princesa. Él quería decirle tantas cosas, pero no podía, si lo hacía, ella moriría de verdad. Además, el pelinegro podía sentir la presencia de Zafira en el palacio y sabía que la diosa jamás le permitiría decirle ni una sola palabra a Myra.

—Los raix no son tan sencillos de matar —explicó una voz a sus espaldas. Tanto la princesa como Rix la reconocieron y voltearon con un rostro cargado de resentimiento.

—¡¿Quién se creen que son para...?! —comenzó la reina Klaria al mismo tiempo en que se levantaba de su trono, con una mueca de indignación deformando su semblante generalmente inexpresivo.

—Ninguno de ustedes podría matar a Rix, solo un uviem puede hacerlo, los seres de pesadillas son inmortales —siguió explicando la desconocida, sin importarle que acababa de interrumpir a la monarca.

—Me dijiste que lo iban a matar —susurró Myra cuando la tuvo cerca.

Rix comprendió entonces que Zafira los estaba metiendo en su juego, ya había logrado que la princesa actuara como ella quería. La chica de ojos dorados solo estaba allí para presumirle su poder, la influencia que tenía sobre todos ellos. Esa era su manera de decirle que lo estaba vigilando, que debía comportarse si no quería perder todo, esta vez para siempre. Porque sí, ella era capaz de quitárselo devuelta, no dudaría en arrebatárselo. Zafira siempre hacía lo que deseaba, sin importarle las consecuencias que eso pudiera traerle, ella ya las esperaba, las conocía casi en su totalidad. Nunca realizaba una acción sin saber antes como repercutiría en su vida, en la vida de cada ser viviente que la rodeaba.

—Si decía eso, ibas a venir corriendo a ayudarlo, revelarías que lo conocías, la importancia que tiene para ti... Eso era lo que yo necesitaba —explicó. Su tono de voz indicaba que la situación le divertía, al igual que el brillo cruel en sus ojos, sin embargo, su rostro permanecía imperturbable, como si en realidad no sintiera nada.

El último uviem ✔ [Destinos 1]Where stories live. Discover now