Cuando Altagracia llega a su casa, Martín ya se encontraba acostado. Ya eran más de las 23hrs y su esposo había cenado sin ella.La doña se despide de Matamoros y sube sin comer. Estaba realmente cansada y su encuentro con José Luis la había dejado exhausta.
Al entrar a la habitación, Martin estaba sentado sobre la cama.
– Buenas noches– le sonríe.
– Llegaste bien tarde hoy...
La queda mirando como intentando leer sus pensamientos. Quería saber dónde había estado, con quién y porqué hasta tan tarde, pero intentó contenerse. No tenía ganas de arruinar el poco acercamiento que habían tenido estos días.
– Si, es que tuve más trabajo de lo normal– se quita el abrigo y los zapatos.
– Ya veo...
– ¿Te pasa algo a ti?– le pregunta al verlo tan serio.
– Altagracia...– se acerca a ella– ¿Tu no me estás engañando verdad?
La pregunta de Martín la deja en silencio. Estaba comenzando a dudar de ella, quizás algo estaba haciendo mal y saldría descubierta.
– Respóndeme Altagracia– dice acercándose a ella.
– Martín, ¿Qué te hace pensar algo así?
– Todo Altagracia, todo. Ya no me tocas, no me buscas. Llegas muy tarde, no te veo Altagracia.
– Ay Martín, estás exagerando– se aleja de el y entra al baño, pero detrás va él.
– No estoy exagerando Altagracia. Yo sé que tú no me amas, pero habíamos quedado en que al menos me respetarías.
– Y te he respetado Martin. Estás inventando cosas en tu cabeza.
– No se Altagracia, algo te sucede y no me voy a cansar hasta descubrir que te ocurre– sale del baño y se vuelve a meter a la cama.
Luego de unos minutos, Altagracia sale del baño en ropa interior y toma una bata, se la pone y sale de la habitación. No quería dormir esa noche al lado de Martín. La tenía harta con sus celos y discusiones que para ella no eran necesarias.
[...]
Las días pasan y la construcción del edificio seguía en pie. Las cosas con el arquitecto estaban en calma, Altagracia y José Luis se habían encargado de seguir los consejos de Saúl y evitaban entrar en conflictos con él.
– Buenos días hermosa– dice entrando en la oficina de Altagracia.
– Buenos días guapo– le sonríe y se pone de pie para saludarlo.
La doña toma el rostro del empresario y lo besa con dulzura.
– Mm– dice saboreando sus labios– Me encanta cuando andas así– la apega a su cuerpo.
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Infielmente Tuya
FanfictionLuego de la boda de su hija Mónica, Altagracia decide desaparecer de su vida por completo para así darle la oportunidad a su hija de ser feliz. Sigue en contacto con Saúl, su ex pareja y actual esposo de Mónica, para saber de ella, pero cuando su am...