Capítulo 27: Me quieres a mí

1.3K 70 11
                                    

El empresario entra al baño aferrado de la cintura de su rubia. Cierra con seguro y la apega firmemente a su cuerpo.

– ¿Qué haces José Luis? Te pudieron haber visto– dice preocupada.

– Me importa un carajo– dice presionando más su cuerpo contra el de ella.

– José Luis, se van a dar cuenta que no estamos y van a empezar a sospechar.

– Con que recuperando el tiempo perdido con tu esposo...– dice a pocos centímetros de su boca.

– Por supuesto, estoy casada, al igual que tú.

– Si, pero yo a Eleonora no la toco.

– Ay por favor– ríe– ¿Y tú piensas que yo te voy a creer eso?

– Es tu problema si me crees o no– acerca sus labios al oído de su rubia– pero no puedo tocar a otra después de haberte probado– dice en voz baja causándole una ola de escalofríos a la doña.

– Estás mintiendo José Luis– dice con la voz algo temblorosa.

– No tengo para qué mentirte Altagracia– pasa su mano por sus curvas hasta llegar a su rostro– Mi cuerpo no necesita a nadie más– sus labios se acercan peligrosamente a los de ella– Y sé que tú tampoco quieres tocarlo a él como lo hacías conmigo.

– Pero qué ego tienes– ríe.

– No es ego– dice borrandole esa sonrisa aproximándose más a su boca– Te digo las cosas como son, y tú me deseas tanto como yo a tí– roza sus labios con los de ella haciéndola cerrar los ojos– Quieres besarme...– continúa rozando sus labios– y tenerme adentro otra vez...– vuelve a acercarse a su oído– Pero no te voy a tocar luego de haber visto como lo besas...esos labios son sólo para mí.

– José Luis, ¿De qué hablas?– reacciona finalmente– Yo no tengo dueño– ríe.

– Te equivocas– la mira– Eres...Infielmente mía– le sonríe– y no te besaré otra vez hasta que te des cuenta de eso.

– Estás loco José Luis– ríe.

– Puede ser– le sonríe– pero ya admitirás que eres mía– la suelta, no sin antes pasar suavemente sus manos por su cintura.

– Ya vete, no quiero que te sorprendan aquí– dice arreglándose un poco la ropa.

– Nos vemos en la mesa..."mi amor"– ríe y sale del baño.

La doña queda algo irritada por ese encuentro. José Luis se había encargado de provocarla y luego la dejó así, sin más.

¿Pero qué te molesta de eso? ¿Acaso querías que te besara y te hiciera suya en el baño? Ridícula.

Decidida, sale del baño y cuando vuelve a la mesa, donde José Luis ya se encontraba ahí. Se acerca a su esposo y le da un delicado beso sobre los labios luego de sentarse. Inmediatamente al terminar de besarlo, mira a José Luis, quien estaba notoriamente molesto ante esa situación. Su mandíbula estaba rígida y sus ojos parecían dos llamas de ira.

– Tanto que tardaste mi amor.

– Es que había una persona antes que yo– dice acariciándole el rostro.

– Bueno Eleonora, ya es hora de irnos– dice aún observando a su rubia.

– Nosotros igual debemos irnos Martín, tengo que trabajar.

– Bueno, pidamos la cuenta entonces– dice José Luis.

– No se preocupen por eso– dice Martín sonriendo– Yo me encargo de eso.

Infielmente TuyaWhere stories live. Discover now