Capítulo 1: Quiero volver

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8:20pm - España

La luz del sol comienza a desaparecer por el enorme ventanal. El hielo gira dentro del vaso haciendo pequeñas olas en el whisky. Su nariz recibe una gran cantidad de aire mientras su mente parece que gira al ritmo de los hielos. Su otra mano sostiene un puro a medio consumir.

Mira el teléfono una vez más, y luego de pensar mucho tiempo decide dejar el vaso a un lado y tomarlo para marcarle. Luego de sonar un par de veces contesta.

¿Cómo estás?– Saúl ya se estaba acostumbrando a recibir de vez en cuando llamadas express de Altagracia.

–Bien, ¿Y tú?– se lleva el puro a la boca.

Bien. Mónica está riendo con Regina e Isabella en la sala...

–¿Ella está bien?

Si, ella está bien. Feliz, pero sabes, a veces llora porque te necesita y sufre porque cree que estás muerta.

–Quiero volver Saúl...– hay un silencio en la otra línea.

–Necesitamos prepararla bien.

–Lo sé, pero no sé cuánto tiempo más voy a resistir estar lejos de mi hija Saúl– una lágrima corre por su mejilla.

Altagracia– le dice en voz baja– Yo te entiendo, de veras que si, pero dame tiempo, por favor.

–Está bien. Gracias por contestar– cuelga el teléfono.

Había perdido todo cuando se fue. La prensa seguía buscando a su fantasma, intentando averiguar si estaba viva o muerta. Nadie pudo encontrar su cuerpo, y Matamoros, su fiel compañero, se había encargado de eliminar cualquier rastro a su paso.

Tuvo que cambiar su color de cabello con una innumerable cantidad de pelucas, además de cambiar muchísimas veces su domicilio.

Estos años estuvo viviendo por toda Europa, comenzó lavar dinero junto a una organización bastante conocida para solventar sus gastos, eso hasta que conoció a Martín, un mexicano bastante atractivo, multimillonario, que se enamoró perdidamente de ella.

Aún recuerda la noche que lo conoció. Estaba en un restaurante en París junto a Amado, uno de sus socios. Toda la cena un hombre de la mesa de en frente la estuvo observando. Ella notó su presencia pero evitó darle importancia. Cuando finalmente se retiró del lugar, el la siguió hasta el hotel en el que se estaba hospedando. Al confrontarlo, terminaron llevándose bien. Algo ilógico en Altagracia, pero su vida completa había tomado otro rumbo cuando se fue de México.

–Hola preciosa– su voz la saca de sus recuerdos.

–Hola Martín– le sonríe.

–¿Estás bien?– dice acercándose a ella y dejando un beso en su cabeza.

–Si...aunque quiero hablar contigo.

–Claro– se sienta frente a ella– cuéntame preciosa.

–Quiero volver a México– suelta de un solo golpe.

–Altagracia...ya hemos hablado de eso.

–Lo sé– se pone de pie y camina hasta la botella de whisky para servirse un poco más– ¿Quieres?– lo mira con la botella en la mano.

–Si, por favor, pero sin hielo.

–Quiero estar con mi hija Martín– dice vertiendo el líquido en el vaso– Quiero recuperar mi vida, mis cosas, mi empresa.

–Pero ¿Te hace falta algo conmigo?– se pone de pie y se acerca a ella.

–No– le entrega el vaso– pero más allá de lo material, quiero a mi hija, y quiero sentirme útil.

Infielmente TuyaWhere stories live. Discover now