Años Después

55 2 2
                                    

La ventana fue abierta, una foto se acomodó en el tocador y se apagó la televisión. Varias flores se arreglaron en el comedor y una sandalia de tacón fue atada con delicadeza. Mientras en la radio, un conductor narraba con emoción, que ese día sería un día de sol.

-¡Sara! ¡Qué llegamos tarde! -una joven negra, con una coleta alta y un vestido corto, entró a la pequeña sala. -¿Qué tanto haces cariño?

-No lo sé, tal vez solo estoy un poco nerviosa.

-¡Vamos! No me digas que la gran maestra Sara, la que da discursos sobre la educación y la que ha inaugurado escuelas en pueblos remotos ¿Tiene miedo de volver a casa?

La rubia, maquillada delicadamente, arreglada con una bonita blusa floreada y una larga falda, suspiró pesadamente -Es que...Esa ya no es mi casa. Desde que dejamos ese pueblo hace seis años, me jure que no volvería y pues vaya. Ahora resulta que debo volver y por una tontería.

-Pero es que la casa de tu abuela, no es ninguna tontería. Tú sabes, única familia viva, herencia, no puedes simplemente huirle a eso.

-Lo sé -entrelazó la joven, los dedos con su pareja -Promete que estarás ahí

-Lo prometo cariño -rozó delicadamente sus labios -Siempre.

En ese momento sonó el claxon de un auto afuera, por lo que ambas cerraron todo y bajaron, para encontrarse con un joven de uniforme azul y una gran sonrisa. Que apenas las vio, estiró los brazos y emocionado las recibió.

-Listas para ir a casa señoritas, hoy seré su chófer.

-Tadeo, Tadeo no cambias -sonrió Sara -Ni porque ahora eres el piloto de Aviación Civil de Ecuador, no cambias.

-¡Nunca mi pequeña! Ya sabes único hasta el final.

Pronto ya se los vio, por la ancha carretera, volviendo a un pueblo que les permitió conectarse y ser parte de un Delito, de un gran delito que consumió vidas inocentes y marcó los sueños, ilusiones y fantasmas del pasado.

Mi DelitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora