O3: Regar el jardín

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—No lo olvides, cariño —la señora Min no paraba de repetir lo mismo una y otra vez.

Para la maña suerte de Yoongi, sus pequeñas vacaciones en su lugar de origen habían terminado, dos días, cuarenta y ocho horas que pudo disfrutar con gratitud, ahora mismo estaba en su conteo final para despedir a su madre en la entrada de casa, y por fin prepararse para ir a la casa de los Kim, algo que definitivamente no estaba ansiando, ni siquiera había podido conciliar el sueño tan fácilmente, pero ahora mismo necesitaba disfrutar de los últimos momentos con su madre y después tendría que ir a su perdición, ahora mismo se ve dentro de la casa infernal, y no quiere saber lo que sucede a menudo en ese lugar.

—Tienes que ir a las cuatro a casa de los Kim, te estarán esperando —volvió a repetir su madre y él como buen hijo, daba un asentimiento a sus palabras—, no te preocupes por nada, y si quieres ayudar en algo allá, puedes hacerlo, también puedes convivir con los hermanos Kim.

Eso es lo que menos quería Yoongi.

—No tengo cinco años, mamá —recalco la última palabra—, pero si los tuviera creo que no estaría nada feliz de estar con los vecinos por una semana.

—Cariño, no es como si el mundo fuera a explotar solamente por estar en convivencia con esa familia —el mundo de Yoongi explotaría.

—Preferiría que me arresten en una isla desierta.

Su madre soltó un suspiro, Yoongi a veces era difícil de complacer en algunos aspectos, pero no había vuelta atrás, todavía el recuerdo de hace ya casi cinco años paso por la cabeza de la señora Min, pues también como ahora iba a salir de viaje, usualmente Yoongi no tenía problema, con un buen libro en manos y lo esencial en casa no era nada fuera de lo común, pero aquella vez parecía que todo se descontrolo por completo. Yoongi le había dejado más de cinco mensajes de voz, todos con alarme, y es que Yoongi por error había cerrado la puerta del baño con seguro —el cual por desgracia se trabo—, haciendo que se quedase dentro del baño por casi doce horas hasta que por fin logro salir gracias a la ayuda de la vecina más cercana que escucho sus gritos de auxilio, desde esa vez Yoongi había adquirido un miedo extremo a quedarse solo en casa por demasiado tiempo, y también le temía a los espacios más cerrados.

No quería que algo como eso volviera a suceder, esa vez habían sido casi dos semanas de ausencia ahora era una, y no quería tardarse mucho, lo mejor era dejar a su hijo en casa de los Kim, lo había decidido, además la familia accedió con gusto, casi todos sus hijos son mayores, y por lo que se veía, se llevarían bien con Yoongi, no iba a ser un problema, o eso esperaba.

—¿Regarás el jardín antes de ir con los Kim? —pregunto su madre para después darle unas caricias a la cabeza a su hijo a pesar de ser más alto que ella.

—Mamá, sabes que lo haré —sonrió a su madre—, ¿vendrás para acabar con mi martirio?

Su madre soltó una risa ante la descripción que había dado su hijo.

—Llegaré, cariño —Yoongi se agacho un poco para dejar que su madre depositara un beso en su mejilla, después se despidieron con una sonrisa—, el taxi espera afuera, pórtate bien.

—Tengo veintiún años, mamá.

—Podrás tener cincuenta, y de todas formas te seguiría viendo como mi pequeño.

—Cuídate, mamá —y con una última sonrisa, Yoongi despidió a su madre en la entrada, observando como ella atravesaba el jardín delantero, por el sendero de concreto y dirigiéndose al vehículo gris que se encontraba frente a la casa.

Yoongi observo atento como su madre subía con su maleta al vehículo y como cerraba la puerta para darle indicaciones al conductor, Yoongi levanto su mano para sacudirla despacio, su madre respondió aquella despedida y el vehículo arranco, comenzando su camino y alejándose de la vista del chico, Yoongi soltó un suspiro, sería una larga muy larga semana para él.

Las aves comenzaban con sus cantos, el día era hermoso, su madre tendría un buen viaje, relamió sus labios y miro a su alrededor, necesitaba regar el jardín antes de irse, y eso es lo que haría, camino alejándose de la entrada, necesitaba ir al patio trasero para ir al cobertizo que se encontraba detrás, en cuanto lo hizo, y abrió la puerta sintió que sus ánimos por querer hacer algo se decaían un poco, soltó un suspiro, de solamente pensar que después de esto tendría que ir a la casa de los Kim, lo tenía con los pelos de punta, se agacho para recoger la manguera, estaba aproximadamente dos kilogramos, camino después sin cerrar la puerta del cobertizo para esta vez ir directamente al jardín de enfrente.

Pero por supuesto no contaba que al llegar estaría uno de los hermanos Kim en su jardín, frunció levemente el ceño al percatarse de que se trataba de Kim Jimin, quien en sus manos traía un perro, uno muy esponjoso y de color negro.

—¡Hola, Yoon! —Yoongi soltó un suspiro—. Mi madre dijo que vendrías a vivir con nosotros por unos días ¡es genial! Puedes quedarte a dormir en mi habitación si gustas.

—Jimin... —Yoongi no pudo hablar porque aquella bola de pelos comenzó a removerse en los brazos de Jimin y a ladrar—, no es necesario.

—¡Silencio Yeontan! —¿Yeontan? Yoongi decidió ignorar ese nombre—. Discúlpalo, se pone nervioso si yo estoy nervioso.

—¿Y por qué se supone que estás nervioso?

—Devuélveme a mi perro, Kim Jimin —grito Taehyung a lo lejos, tanto Jimin como Yoongi le miraron—. ¡Yoongi! Arreglaré mi habitación para que puedas dormir en ella, Jimin ya dame a Yeontan.

—Ya voy, ya voy —Jimin regreso a mirar a su vecino—, no tardes, te esperaremos para comer ¿sí?

Si por Yoongi fuera, tardaría todo el día, se quedaría en su casa viendo televisión y sin tomarle mucha importancia a lo que llegue a pasar si es que no se presentase en casa de los Kim, pero le prometió a su madre comportarse, y lo haría, esperaba que todo fuera perfecto, nada de desastres de por medio, y por supuesto sin dormir en la misma cama de alguno de esos alfas.

—No tardaré —regalo una sonrisa forzada, pero para Jimin fue suficiente.

—Bien, te veo en unas horas, Yoon.

En cuanto aquel chicosalió de su jardín pudo respirar con tranquilidad, no puede creer que va atener que soportar por largas horas a esos chicos, sería la semana más larga detoda su corta vida, no quiere ni imaginar lo que podría llegar a suceder. Pero,no podía quedarse allí parado sosteniendo la manguera tan pesada, necesitaregar el jardín, y rezar para salir vivo e ileso de esa casa.

¡Los Hermanos Kim!Where stories live. Discover now