34: Preocupación, libertad y un omega

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—¿Están seguros de que estarán bien solos? —No era por nada, pero la señora Kim estaba preocupada.

Había un pequeño problema, y era que a su esposo le habían invitado a una cena importante de negocios en su trabajo, con los jefes de dos empresas distintas que al parecer seguían en desacuerdo con lo planeado por su esposo y para hacer que no hubiese tensiones entre los empresarios, a su esposo se le había ocurrido la gran idea de que una cena sería lo ideal, el problema era que al parecer el señor Kim no se acordaba que Yoongi estaba en la casa, y que eran responsables por cuidarlo, pero sus hijos no parecían nada en desacuerdo con que sus padres estuvieran lejos por un par de días.

—Mamá, tranquila, ya no somos cachorros —se quejo Jungkook, aunque a los ojos de su madre, Jungkook sería siempre el bebé del hogar.

—Sí, mamá —menciono esta vez Namjoon—, no debes de preocuparte, todo estará bien aquí.

—Cariño —la señora Kim miro a su esposo, quien seguía anudando su corbata y no le quedaba bien todavía, la mujer rodo los ojos siempre era lo mismo con su marido—, Nam tiene razón, todo estará bien, además ya son unos adultos responsables.

La mujer camino en dirección a su esposo para después retirar las manos de su marido y ayudarle a atar su corbata, para ella no era una buena idea irse sin siquiera avisar a Yoongi —quien estaba durmiendo sumamente bien, después de todo estaba muy cansado y quería disfrutar de dormir un par de horas más antes de despertar en el desastre—, estaba realmente preocupada, aunque Yoongi se veía que era inclusive mucho más responsable que sus propios hijos, pero no quería que nada malo saliera.

—Amor, solamente tenemos prácticamente un par de adultos aquí presentes —menciono, definitivamente estaba preocupada—, no quiero dejarlos solos.

—Cariño, ellos pueden cuidarse solos, y mantener el control, son alfas responsables —menciono su esposo y miro a sus hijos que todavía se encontraban en pijama—, recuerden cuidar bien de la casa y de ustedes mismos, este viaje será corto.

La señora Kim miro a sus hijos, ella todavía los veía como unos tiernos cachorros con esos lindos ojos brillantes llenos de emoción e ilusiones, asombrados por todo lo que les pasa en la vida, podrían tener casi todos la mayoría de edad, pero ella nunca dejaría de ver a sus hijos como los más adorables bebés que esté mundo pueda tener.

—Esta bien —soltó en un suspiro, los hermanos Kim sonrieron al escuchar a su madre—, pero recuerden no hacer travesuras mientras no estamos.

—Mamá —se quejo Taehyung—, no haremos nada.

—Eso mismo habían dicho la ultima vez, y terminaron quemando el pasto de los señores Jun —menciono su madre.

Los mejores tiempos en Wonju, aunque no para los vecinos cercanos a ellos.

—Eso sí fue un accidente —dijo Jimin mientras soltaba un bostezo—, pero nos disculpamos.

—Sí, pero su padre y JinJin tuvieron que plantar césped nuevo en todo el jardín de los Jun —menciono la señora Kim—, sólo... prométanme que esta vez llegaremos sin tener la noticia de un desastre, ¿bien?

—Sí, mamá —respondieron todos al unisonó, y ella se pudo sentir levemente más tranquila.

Y el claxon del taxi se escucho afuera de la casa de los Kim.

—Ya llego el transporte —menciono el señor Kim, tomo su maletín que se encontraba reposando en el suelo, miro a su esposa y luego a sus hijos—, sin desastres, ¿comprendido?

—Tranquilo, papá, todo estará bien —menciono Seokjin, debía hacerse cargo, es el mayor, pero también no dejaría que nada se saliera de control, aunque a veces le gustaba participar en las ideas locas que tenían los más pequeños de la familia—, no se preocupen, disfruten de la cena.

—Sí, descuiden, no pasará nada —menciono Namjoon, la voz de Namjoon hizo que sus padres se sintieran más aliviados, de todos sus pequeños, Namjoon era quien menos se metía en problemas, a menos que lo arrastraran sus hermanos—, pueden irse tranquilos.

—No se preocupen, nada pasará, y cuando vengan verán que no recibirán queja alguna —menciono Hoseok mientras les regalaba una sonrisa a sus padres, haciendo que ellos le devolvieran el mismo gesto.

—Sí, no se... —soltó un largo bostezo, Taehyung debía dejar los videojuegos nocturnos—, preocupen, estaremos bien.

—Sí, sí —dijo Jimin—, la casa no estará patas arriba cuando regresen, me aseguraré de eso —la señora Kim soltó un suspiro, siempre Jimin le daba confianza, aunque a veces también era de los más traviesos.

—¿Nos traerán un recuerdo? —pregunto Jungkook—. Me encantan los recuerdos.

—Sí, Kookie —menciono su madre—, te traeré algo.

—Bueno, tenemos que irnos —menciono el señor Kim—, los quiero chicos, no olviden sus labores y no se olviden de comer para tener energía.

El señor Kim abrió la puerta de la casa para salir primero.

—JinJin, no se te olvide apagar la estufa cuando termines de cocinar —menciono la señora Kim—, TaeTae no más videojuegos por la noche, te están saliendo ojeras, Namnie, recuerda no lavar los platos después de que coman, no quiero que rompas nada, Hoseokie, recuerda limpiar tu habitación, MinMin, no se te olvide apagar la lavadora cuando la termines de usar, y Kookie, recuerda ducharte antes de que desayunen.

Taehyung al escuchar lo ultimo no pudo evitar apretar sus labios con fuerza, quería reírse, pero no podía.

—¡Mamá, ya te dije que si me ducho! —respondió Jungkook mientras sentía el calor en sus mejillas, su madre iba a decir algo más, pero la voz de su esposo la hizo mirar detrás.

—¡Cariño, se nos hace tarde! —grito su esposo a lo lejos.

—Bueno, eso es todo —sonrió hacia sus hijos—, cuídense mucho, y sin desastres, los veré en un par de días, los amo mis dulces cachorros.

Y sin más salió de la casa, dejando la puerta abierta para que sus hijos salieran a despedirse, en cuanto su madre salió, los hermanos Kim salieron para poder despedirlos en el jardín, y mientras ellos seguían allí despidiendo a sus padres, alguien miraba por la ventana.

Yoongi estaba dormido cuando escucho ruido de un claxon afuera de la casa, y entonces sus ojos se habían abierto, había estado soñando casi todo el tiempo y se sentía más cansado que rehabilitado de energía, pero de todas formas, se había permitido levantarse de forma perezosa y acercarse a la ventana, no es un gran fanático de espiar, pero esta vez lo hacía, sus ojos apenas y podían abrirse por completo, si por él fuese, seguiría dormido, pero se escuchaba demasiado ruido, y necesitaba saber lo que estaba pasando allá afuera.

Así que en cuanto se había acercado a la ventana, había logrado ver al señor Kim, quien estaba vestido con un traje perfectamente planchado y limpio de color negro, y estaba subiendo a un taxi, pero se quedo extrañado al ver que el señor Kim no cerraba la puerta del vehículo, de inmediato la idea de que esperaba a Namjoon seguramente para irse al trabajo, había pasado por su cabeza, pero se fue de inmediato cuando escucho al señor Kim gritarle a su esposa que se les estaba haciendo tarde.

Los ojos del omega se abrieron en grande, y entonces vio como la señora Kim se apresuraba a salir de la casa para dirigirse al vehículo, no sin antes aventar algunos besos al aire para sus hijos, quienes salían de la casa —todavía vestidos en pijama—, para despedir a su madre con las manos, demonios.

—Oh, no —dijo Yoongi en cuanto la señora Kim se metía al vehículo y cerraba la puerta para que así el conductor pudiera arrancar el motor para alejarse—. ¡Maldición, no!

La pesadilla de Yoongi era quedarse con los Kim, pero la peor pesadilla era quedarse en casa de los Kim, sin los padres de los hermanos Kim, ahora estaba sumamente preocupado, esos alfas eran libres de reglas impuestas y de que seguramente los detuvieran al hacer algo, ahora estaba solo.

Un omega solo en una casa con seis alfas, no es una bonita idea.

¡Los Hermanos Kim!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora