55: Palabras hirientes

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Regresar a la casa de los Kim, para Yoongi podía considerarse como cometer un acto de estupidez, ni siquiera sabe como es que su madre había dado la aprobación para saber que su hijo estaba totalmente seguro dentro de aquella casa, no la culpa, a pesar de ser un chico independiente, el omega tenía su pequeña fobia, así que no podía simplemente quedarse solo en casa, mucho menos por lo que paso hace algunos años, pero bueno, ahora Yoongi se encontraba pensando en lo que había hecho mal para que le tocase vivir por unos días en esa casa, todo parecía que iba a marchar de lo más normal el día de hoy, pero no, paso todo lo contrario a normal.

Después de terminar con su desayuno, y de dejar de sentir las patéticas miradas de las demás personas del restaurante sobre él, decidió que lo mejor era volver, su cita con Kim Jungkook había sido arruinada, y definitivamente Yoongi no querrá tener una nueva cita con alguno de ellos, no si esto vuelve a suceder, los alfas son unos completos desconsiderados con sus propios sentimientos, así que lo mejor era hablar con ellos respecto a lo que paso, el omega no tardo en llegar a la casa, y cuando se paro justo en la acera, antes de atravesar la cerca que rodeaba la casa, miro a su alrededor.

La casa se veía normal, algunos juguetes de Yeontan estaban en el jardín, además de otros que eran de esos alfas desastrosos, Yoongi inhalo aire profundamente antes de soltarlo en un largo suspiro, entrar a esa casa era como pasar un campo de minas, pero al menos estaba lo suficientemente tranquilo como para no explotar en ira allá adentro, pero de todas formas, no era como si quisiera perdonar a esos alfas por la vergüenza que lo habían hecho pasar en ese restaurante.

No señor, ¡lo escucharían hablar! Esto era el colmo de su paciencia, el omega no se consideraba tan paciente, pero esta vez, habían sobrepasado los límites, esos alfas debían de ser reformados de una u otra forma, y si era Yoongi quien tenía que hacer ese trabajo, lo haría sin dudarlo.

Camino en dirección a la casa, abriendo la puerta pequeña de la cerca e ingresando por fin por el camino que lo conducía directamente hacia la puerta de la casa, pasando de largo el jardín, sin prestar atención a su alrededor más que a la puerta, no tardo en llegar a la entrada, y en cuanto lo hizo, no dudo en abrir la puerta, el silencio dentro de la casa parecía tormentoso, y definitivamente esto hacía que Yoongi sintiera que bajar la guardia no era una buena opción en esos momentos, así que lo mejor fue seguir su camino, dejo que la puerta se cerrará detrás de él, y siguió por el pasillo, y en cuanto llego a las primeras entradas, tanto de la estancia como del comedor, no dudo en asomarse en una y en otra, frunció el ceño.

¿En dónde estaban esos revoltosos alfas?

Dejo de mirar a ambos lados para pasar su vista al frente, las escaleras le daban la bienvenida, soltó un resoplido, no dudo en comenzar su camino hacia ellas y comenzar a subir peldaño por peldaño, y en cuanto más subía, más se sentía levemente atemorizado, pues cualquier cosa podía pasar, y más con esos alfas viviendo en esa casa, pero esperaba que por lo menos nada malo le sucediera, cuando termino de subir las escaleras, allí lo vio, las habitaciones de esos revoltosos chicos, todas estaban con las puertas abiertas.

—¿Hola? —hablo Yoongi en voz alta, esto era tan extraño para él, pero cuando menos lo espero, en cada una de las habitaciones fue asomándose uno de los alfas, cada uno en su respectiva habitación, todos mirando hacia Yoongi.

El omega parpadeo un par de veces al verlos, ¿por qué se encondían? No era como si Yoongi los fuera a matar por lo que paso en el restaurante, estaba molesto, sí, pero no era tanta su molestia como para darles algún golpe.

—¿Qué se supone que hacen? —pregunto el omega mientras cruzaba sus brazos sobre su pecho, tanto Jimin como Taehyung escondieron más su rostro como si pudieran evitar de ese modo que el omega los vea, Yoongi soltó un suspiro y miro en dirección a Jimin—. Jimin.

¡Los Hermanos Kim!Onde histórias criam vida. Descubra agora