13: Yeontan y Jungkook

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—¿Y qué me dices de la comida? —pregunto su madre del otro lado de la línea—. ¿No te han preparado algo que no te guste?

—Bueno —Yoongi sonrió, había decidido llamar a su madre para ver si se encontraba bien después del largo viaje, y por supuesto para saber si todo estaba bien en el primer día de negocios—, a decir verdad, la señora Kim cocina excelente, pero por supuesto no más que tú, mamá.

Las risas de su madre le tranquilizaron, sabe que ella se encuentra excelente en el viaje, y lo agradecía, al menos ella podía sentirse tranquila de igual forma al saber que él está perfecto ahora mismo con los hermanos Kim.

—Cariño, ¿ves? No será tan malo para ti pasar unos días con los Kim, y eso que decías que sería tu perdición total —Yoongi sonrió.

—Para mí todavía es la perdición total —se acomodó en su cama, cubriendo parte de su cuerpo con las sabanas—, espero que puedas regresar pronto para sacarme de este limbo.

—No te preocupes por eso, regresaré después de seis días, lo prometo, las negociaciones van bien, así que supongo estaré pronto en casa.

—Eso espero, ¿qué te gustaría que cocine para recibirte con buena comida y champagne? —Yoongi casi podía ver la sonrisa que seguramente su madre tenía mientras negaba con la cabeza ante esa propuesta—. Será para celebrar tu regreso y como recompensa por liberarme de mi cárcel.

—No lo tomes como una cárcel, Yoongi, aunque si me gustaría comer algo hecho por tus bellas manos, hijo mío, prefiero que descanses ese día, no quiero que tengas baja energía, planeo que salgamos a comer y después a ver una película para pasar el rato y celebrar mi regreso.

—Eso suena bien —sonrió—, tengo que colgar...

—Duerme bien, y no despiertes a los demás, ¿sí?

—Sí, mamá, descansa...

Sin más Yoongi corto la llamada, miro la hora en su celular, no era tan tarde, había sido bueno tener aquella conversación con su madre, en verdad la extraña mucho, pero debía esforzarse pr sobrevivir al lado de esos revoltosos chicos, le han demostrado en poco tiempo que pueden ser unos torbellinos llenos de emociones en sólo unos instantes, y de todas formas había decidido con ayudarles con ese problema serio de no poder obtener al omega que quieren.

Aunque por la mente de Yoongi había pasado el recuerdo reciente de hace unos minutos, todos ellos se habían mostrado disconformes con su aparición al lado de Namjoon, era extraño sus aromas habían cambiado tan rotundamente como sus actitudes, algo muy inusual para el omega, pero tal vez le estaba dando demasiadas vueltas al mismo asunto, quizás debía dejarlo pasar por esta vez, era normal, seguramente se sienten con ganas de proteger a su hermano, casi siempre es así, aunque la realidad fuese muy distinta.

Soltó un largo suspiro mientras dejaba de cubrirse con las cobijas, hacia algo de calor, su mirada se quedó en el techo de la habitación, a pesar de haber tenido un largo día lleno de muchas, pero muchas emociones, se sentía a gusto en ese preciso momento, inclusive el sueño se había dispersado casi por completo cuando se quedó con esos alfas a ver ese dorama —uno muy divertido por cierto—, pero ahora necesitaba descansar.

Estaba a punto de volver a envolverse en las cobijas, cuando su puerta fue abierta, miro hacia la puerta y entonces lo vio, Yeontan, ese Pomerania negro entrando a pasos ligeros a su habitación, sacaba su lengua, para después ir directo a donde él se encontraba.

Yoongi había olvidado cerrar la puerta, Taehyung le había dicho que lo hiciera porque a ese perro le gusta meterse en las habitaciones y es difícil sacarlo después, pero no es como si a Yoongi le molestase tener a ese perro dentro de la habitación.

—¿Quieres dormir aquí? —Yeontan ladeo su cabeza mientras le miraba—. Supongo que es lo que quieres, bola de pelos.

El omega llevo sus manos al perro para levantarlo, Yeontan no dio protesta alguna ante ello y dejo que Yoongi lo sentase en la cama cerca de sus piernas, el omega le sonrió a la mascota de los Kim quien le ladro una vez para demostrar que se encontraba a gusto allí.

—Yeontan, no molestes a Yoongi —el mencionado miro a la entrada de su habitación, encontrándose con Jungkook, quien parecía apenas poder abrir los ojos debido al sueño que tenía—, ven... aquí —dijo en un largo bostezo, pero Yeontan no le hizo caso—, perro malo.

—Descuida, Jungkook —dijo Yoongi—, no me molesta que se quede aquí.

—No lo mal acostumbres, después querrá quedarse en tu cama todo el día y te dejará un montón de pelo —Jungkook sonrió al ver a Yoongi acariciar la cabeza y el lomo del perro—, Taehyung lo ha consentido demasiado.

—¿Es de él? —Jungkook asintió.

—Pero la mayor parte del tiempo no le hace caso, obedece más a Seokjin y a Jimin, una vez mordió a Hoseok porque este le quito su plato de comida que ya estaba vacío —ambos soltaron una risa—, aahh, fueron buenos tiempos cuando estábamos en Wonju.

Yoongi dejo de ver a Yeontan para pasar y ver a Jungkook, quien se encontraba recargado cerca de la puerta.

—¿Vivían allí? —Jungkook asintió—. ¿Qué les hizo querer venir a otra ciudad?

—La casa se volvió más pequeña cuando yo nací, de por si el lugar no era amplio, y todo era un total desastre, las habitaciones ya no podían seguir siendo compartidas, y esta casa es mucho más amplia por lo que ves —Yoongi dio un asentimiento, era cierto—, eres hijo único ¿cierto? —Yoongi sonrió para después dar dos asentimientos para afirmarlo—. Eso sí es tener suerte.

—No creo que sea suerte —soltó un resoplido—, ya deberías ir a dormir ¿no?

Jungkook estiro sus brazos hacia arriba, cerró la puerta de la habitación de Yoongi y camino hacia el lado libre de la cama del omega, Yoongi le miro con cuidado, observando como ese alfa se disponía a rodear la cama para después sin permiso alguno, sentarse, quitarse las pantuflas y recostar su cuerpo en la cama para después soltar un bostezo y estirarse cómodamente.

—¿Qué es lo que crees que estás haciendo? —Yeontan se alejó más de ellos para colocarse entre ambos pares de pies que se encontraban al final de la cama, también estaba cansado.

—Dormir...

—Deberías ir a tu habitación, Jungkook, no quedarte en la mía.

—Lo siento —miro al omega, desde ese ángulo, Yoongi se veía muy lindo a la vista de Jungkook, verlo recostado y con ese semblante de sueño le hacía sentir sumamente feliz, parecía un hermoso gatito que está a punto de dormirse—, pero me quiero quedar aquí, contigo...

—¿Siempre haces lo mismo? —Jungkook negó—. ¿Ni con tus hermanos?

—No, ellos son molestos —soltó otro bostezo—, serían capaces de empujarme de la cama para que les deje todo el espacio posible, una vez quise dormir al lado de Namjoon, y termino pateándome toda la noche.

—Ustedes sí que son algo inusuales —dijo Yoongi sin dejar de reír.

Jungkook no pudo evitar sonreír al ver al omega reír, sus encías sobresalían, Yoongi en verdad tenía una hermosa sonrisa.

—Me gusta tu sonrisa, Yoongi... —dijo Jungkook antes de acomodarse y cerrar sus ojos para comenzar a dormir.

Yoongi le miro por breves instantes, soltó un suspiro, esos alfas a veces podían hacer cosas correctas, Jungkook se mostraba mucho más apacible cuando estaba cansado, y por lo que podía apreciar, no es un revoltoso y grosero como sus hermanos lo describían.

—Descansa, Kook —dijo Yoongi dándole la espalda—, duerme bien, Yeontan...

Tenían que descansar, mañana sería otro día más de tortura, y enseñanza para Min Yoongi, sólo esperaba que esta semana no se hiciera tan larga como parece.

¡Los Hermanos Kim!Onde histórias criam vida. Descubra agora