CAPITULO 74

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MARATÓN 5/10

Lo miré con una sonrisa, sonreí incocientemente, últimamente muchas veces lo hacía, su sonrisa era lo que siempre me llevaba hacía lo más alto. 

Suspire. Lo miré y acaricie su torso. El se puso de rodillas mirandome, abrí mis piernas para que él pudiera estar más cerca, se puso entremedio de estás, cerré los ojos disfrutando de su cercanía, con cual me ponía muy nerviosa. Sonreí cuando sentí sus labios junto los míos.

En un hermoso baile. Un baile de amor, pasión, con mucho cariño. Simplemente sus besos los amaba, eran tan lentos, tan apasionables, tan mojados, tan calientes, tan excitantes...¡ya me fui al otro lado!, reí en mi interior. 

—Te tengo una sorpresa— Me soltó de repente, lo miré y le sonreí —Mañana es navidad y quiero partir regalandote algo yo primero— Lo miré, le sonreí, simplemente amaba las sorpresas. —¡Vistete!— Me dijo, reí. Salte de la cama hacía mi su armario.

Agarre uno de los jeans que había traído y una remera, luego me puse uno de las chaquetas de Justin —Si, esto se me estaba haciendo costumbre— mis converse y luego una chaqueta de cuero. Sonreí ante el espejo, me veía bien, sin rastro de maquillaje.

Salí y me encontré con un Justin completamente guapo y sexy, sé que antes de que despertará lo era, pero simplemente la cosa que se ponía se veía muy bien. Suspire viéndolo bobamente. 

—Primero desayunaremos y luego iremos ¿Okay?— Me dijo, para luego pararse enfrente mío y besarme delicadamente —Sigo diciendo tus labios son una droga para mi, es peligrosa y no la puedes evitar— Le sonreí complacida por el halago, sonrojandome suavemente. 

Baje y me encontré con las chicas del servicio, ¿Cómo ellas no decían nada?, pues simple, eran de total confianza de Justin, y aparte habían firmado un contrato de que las cosas que sucedían aquí en su casa no podía saberse afuera. 

Algo así me explico. 

Les sonreí, la verdad es que eran muy simpáticas, luego Justin bajo y saludo cariñosamente a Kayle una de las sirvientas más de edad. Ella era muy simpática, cariñosa y amable. Nos sirvieron el desayuno y empezamos a comer en silencio.

Pero no en un silencio incomodo, para nada. Sino que en un silencio hermoso, cada vez que sentía la mirada de Justin encima mío me ruborizaba, y sabía que él lo encontraba muy tierno. Lo amaba. Luego de comer agarro mi mano y me condujo hacía su auto.

Allí me subió y luego salimos, como siempre los paparrazis, la cosa es que los vidrios estaban polarizados, ósea no se veía nada desde el otro lado. Miré inquietamente donde ibamos. 

—Tranquila— Dijo él con una sonrisa.

—Imposible con tus sorpresas— Dije nerviosa, mañana era navidad, estaba feliz por eso, pero a la vez triste...

De a poco se fue viendo la nieve, sonreí, estábamos fuera de la ciudad, entonces lo reconocí, fuimos al mismo lugar donde me pidió noviazgo, inmediatamente sonreí por eso, mis ojos brillaron con más intensidad. 

Él estacionó en el mismo lugar que lo había hecho meses atrás, sonreí emocionada. Una rabaga de viento me sorprendió cuando la puerta se abrió, votando así la capucha de la chaqueta. La volví a agarra, Justin me extendió la mano. Le sonreí.

—Volvimos aquí— Dije emocionada, él me sonrió y me besó.

—Quiero que está navidad sea importante para ti— Me dijo, lo miré sin entender. Sentí como se puso detrás de mi.

—¡Justin!— Lo regañé cuando sentí un pañuelo en mis ojos, tapandolos, entonces sólo vi oscuridad. 

—Sin reclamos— Dijo gracioso.

Reí, mientras el me asujetaba de la cintura para no caerme, él me estaba abrazando desde atrás, suspire, amaba sus abrazos, simplemente me complementaban.

¿Habeís sentido alguna vez esas mariposas de emoción cuando ves a la persona indicada?, pues eso es lo que siento cuando lo miro a los ojos, a sus bellos ojos.

Mientras nos ibámos hacercando podía sentir mis manos sudadas, estaba nerviosa, obviamente que si. Caminamos y caminamos, hasta que nos detuvimos. 

Sentí como Justin ya no me abrazaba, me desato el pañuelo, pero aún no lo sacaba.

—Te amo— Me susurro, sonreí. Entonces retiro el pañuelo de mis ojos, haciendo que mi corazón latiera rápidamente, que mi corazón se encogiera, y que miles de lágrimas cayeran de mis ojos. No podía creerlo.

—¡Dai Ed!— Grite y corrí hacía ellos, lo primero que hice fue abrazarlos fuerte, ¡Oh por dios!, esto era mentira, esto no podía estar pasando, mis ojos volvieron a llenarse con más lágrimas. Los tenía de nuevo conmigo, los había extrañado mucho, demasiado y tanta falta que me hicieron. 

Me separe de ellos, por dios los había extrañado mucho, miré a Dai detalladamente, tenía su cabello más largo, con las puntas teñidas azules, mi amiga, mientras que Ed lo tenía como recién cortado. 

Los ojos de Dai también estaban llorosos, la abracé.

—Tanto que te necesité— Le dije mientras lloraba, ella me abrazaba fuerte. 

—Hay amiga— Dijo ella suspirando —¡Te extrañé un montón!— Me dijo, me separe nuevamente y miré a Ed, quien me sonreí, me acerque a él y lo abracé.

—¡Mi hermano!— Le dije, mientras lloraba en su hombro —Necesitaba tanto tus chistes malos— Le dije, él río, todo esto era muy emocionante, es la segunda vez que Justin me trae una sorpresa así, lo miré, él estaba viendo la escena con una sonrisa.

No me había dado cuenta de que estaban, Caitlin, Chris, Chaz & Ryan, sonreí, los había extrañado a todos, salude uno por uno con un gran abrazo. 

Llegué a donde Justin y lo besé con tanta intesidad, era un poco de agradecimiento por el regalo que me había dado, mis ojos volvieron empeñarse, estaba complete, mi vida ahora era completa, con mis mejores amigos, con los Canadiense —Así les decía yo a Ryan y Chaz— con los Beadles, y con mi...novio. 

Todo parecía mentira, todo, esto, y todo lo que estaba viviendo parecía un sueño, un sueño del cual odiaría despertar, un sueño del cual nunca olvidaría, un sueño del cual, nunca podré decir, un sueño del cual...es un sueño, un sueño hecho realidad.

—¡Te amo!— Le dije y luego lo abracé, sentí como sus manos me apretaban fuertemente —También suave— contra de él, sentí como aspiro mi aroma, lo quería, no, ¡lo amaba!

—¡Ya vengan tortolitos que hay que cenar!— Dijeron, los miré a todos, reí sonrojandome. 

—¡Por dios si nunca había visto un beso de ustedes dos!— Dijo Dai riendo, la abracé por los hombros para acercarla a mí.

—Te extrañé mucho— Le dije, ella sonrió.

—Yo también Nadi— Dijo y besó mi mejilla, sonreí.

Más que una simple belieber || jb.Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon