Alianza Forzada. Cherik. Wolv...

Per midhiel

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Erik Lehnsherr, líder de Genosha, debe casarse y engendrar un vástago que continúe su linaje. El consorte ele... Més

Capítulo Uno: Sacrificio
Capítulo Dos: Responsabilidad
Capítulo Tres: El Encuentro
Capítulo Cuatro: Ansiedad
Capítulo Cinco: El Secreto
Capítulo Seis: El Primer Beso
Capítulo Siete: El Enlace
Capítulo Ocho: Regreso
Capítulo Nueve: La Unión
Capítulo Diez: El Destierro
Capítulo Once: Bridgecotton Moor
Capítulo Doce: Despertar
Capítulo Trece: Aprender
Capítulo Catorce: Ámbar
Capítulo Quince: Primera Misión
Capítulo Dieciséis: La Noticia
Capítulo Diecisiete: La Interrupción
Capítulo Dieciocho: Nueva Misión
Capítulo Diecinueve: Revelación
Capítulo Veinte: El Contacto
Capítulo Veintiuno: Otro Sacrificio Más
Capítulo Veintidós: En El Hospital
Capítulo Veintitrés: Limando Asperezas
Capítulo Veinticuatro: Descubrimiento
Capítulo Veinticinco: La Propuesta
Capítulo Veintiséis: Ayuda Desde Arriba
Capítulo Veintisiete: Llegada Por Partida Doble
Capítulo Veintiocho: Conexión
Capítulo Treinta: Epílogo

Capítulo Veintinueve: Misión Cumplida

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Per midhiel


Alianza Forzada

Este fanfic participa del evento de la semana Cherik (del 3 al 9 de junio) para celebrar a nuestra pareja favorita. Le añado el hashtag "#Cherikweek2019"

Muchas gracias a @KiKaLoBe, por su ayuda y a ella va dedicado el capítulo.

Capítulo Veintinueve: Misión Cumplida

Los cuatro regresaron al castillo en el momento en que Charles estaba descansando antes de enviar al segundo grupo a la fábrica, que según la localización que había conseguido de Schmidt, se encontraba en un área del límite con Austria. Erik corrió a abrazarlo. El telépata estaba sentado en un rincón, bebiendo agua fresca que Peter le había acercado. Se abrazaron con fuerza, felices de que la primera parte del peligro hubiese pasado sin daños mayores, y de reencontrarse.

-Gracias, Charles – murmuró Erik a su oído -. Me salvaste la vida.

El telépata sabía a qué se estaba refiriendo. Por respeto nunca había indagado en los recuerdos de su esposo pero se daba cuenta de que el impulso de venganza había llevado en el pasado a Erik a no refrenarse y cometer crímenes. Pero ahora, gracias a su intervención, Magneto se había sujetado por primera vez. Recordó lo que su padre le había dicho la última vez que estuvo en Westchester: que él se había convertido en su ancla, en su cable a tierra.

Erik lo besó suavemente en los labios y volteó hacia el grupo. El equipo X-Men estaba preparado para finiquitar la misión. Peter se encontraba de pie junto a Logan, acomodándose las gafas protectoras que usaría por su híper velocidad. Erik se acercó para abrazarlo, orgulloso de verlo preparado para defender la causa, que no era otra que buscar el bienestar de los mutantes.

-Cuídalo – le pidió a Howlett.

-No, papá – protestó Peter -. Vamos a cuidarnos mutuamente.

Magneto sonrió porque su hijo tenía razón: eran una pareja y tenían que protegerse el uno al otro como él lo hacía con Charles.

Kurt quiso participar también. Alegaba que el tiempo en el sótano de Schmidt en soledad no había sido para él una lucha y estaba ansioso por demostrar lo que podía hacer. Azazel era el encargado de teletransportar a este nuevo grupo y opinó con orgullo ante el valor de su hijo, que Kurt los podría ayudar llevando a algunos compañeros porque sería más adecuado invadir la fábrica con dos grupos que aparecieran en sitios diferentes. De esta manera la sorpresa sería mayor para el enemigo.

A los demás les pareció una propuesta razonable, la hora que eligieron era la adecuada porque llegarían pasada la medianoche y solo se encontrarían con pocos guardias vigilando. Se separaron en dos equipos y Tony los interrumpió.

-Cerebrito – llamó a Hank, que estaba distraído preparándose para encender la máquina -. Yo entiendo de ingeniería, aún más que tú, no te ofendas – se puso a la defensiva -. Puedo ver en tu cara las ganas que tienes de patear robots con tus compañeros. Deja que yo maneje esto, prometo no freír la cabeza de Charles, y así tú te podrás unir y viajar con los otros.

-¿De veras? – se sorprendió y alegró el joven -. Mira, el mecanismo se enciende así y para controlar. . .

-Sí, sí, sí, claro – lo cortó Stark con aire de autosuficiencia y con un empujoncito en la espalda lo acercó a Scott -. Tú solo ocúpate de lo tuyo, muchacho – acto seguido, le guiñó el ojo cómplice a Charles para indicarle que todo estaba en orden.

El telépata le sonrió, agradeciéndole que permitiera al tímido Hank demostrar lo que valía.

Los X-Men se dividieron en dos grupos: Azazel, Raven, Scott y Sean en uno, y el resto: Logan, Peter, Hank y, por supuesto, Warren, llevados por Kurt. Charles se calzó el casco y se conectó a la mente de Summers, ya que el general sería el líder de la misión. En un parpadeo abandonaron Genosha.

Azazel transportó a su equipo a un salón de la fábrica. Raven bajó el interruptor y los tubos de luz se encendieron en el techo. Scott decidió que todos se reencontraran en ese sitio dentro de una hora y se dividieron en distintas direcciones para localizar a los guardias o al personal científico. La idea era detenerlos y llevarlos hasta ese salón para que Charles les borrara la información sobre los Centinelas. No habría bajas y a ningún humano se lo lastimaría.

Kurt transportó a los demás al depósito en el subsuelo de la fábrica. Había cientos de miles de robots con la altura de cuatro metros cada uno, apagados y ubicados en fila, listos para ser encendidos y utilizados. Se veían omnipotentes y homicidas y los mutantes los observaron pensando en el daño que podrían llegar a hacer apenas unos miles en Genosha. Era apremiante acabar con ellos.

Peter dio un respingo porque le pareció que uno encendía sus ojos centellantes. Fue una falsa alarma y comprendió que se trataba del trauma que le había quedado por aquel que atacara a su padre cuando él lo protegió de Emma Frost.

-Tranquilo, mocoso – le murmuró Logan, que estaba atento a él, y le masajeó el hombro -. Acabemos con esto enseguida, ¿sí?

Hank estudió minuciosamente a cada Centinela, buscando la entrada a su base central para neutralizarlos. Se había pasado los últimos meses investigando los informes sobre ellos y conocía su estructura. Los robots que Schmidt había enviado a Genosha, tenían el sistema central en la cabeza, pero estos parecían guardarlo en otra parte. Warren conocía lo básico de mecánica y opinó.

-Esa cajita en la nuca debe significar algo.

Hank sacó un destornillador que había colado desde Genosha en su atuendo y quitó la tapa del dispositivo.

-Diste en el blanco, Worthington – se alegró Hank.

-De seguro estudió más que tú cuando estuvo en la escuela – bromeó Peter a Kurt, que se había ruborizado por el acierto de su amor. El joven cerúleo le contestó con un codazo.

-Cassidy no está aquí para llamarles la atención pero los dos ya déjense de joder – los amonestó Logan, y se volvió hacia Hank -. ¿Qué necesitas que hagamos, entonces?

-Si destruimos este tablero en cada uno que hace las veces de cerebro, los dejaríamos inservibles. Nos llevaría un buen tiempo pero con Peter, con sus poderes y con Kurt, con su teletransportación, para hacer el trabajo más rápido.

-Así se ha dicho – decidió Logan y se masajeó los nudillos para sacar sus garras y comenzar el trabajo.

Cada uno se acercó a un grupo de robots para cumplir la orden.

Entretanto, los compañeros que viajaron con Azazel, estaban completando su misión con éxito. No había mucha gente en las instalaciones por la hora. Sean recorría la zona este, Summers la oeste, y Azazel y Raven se encargaban del centro donde debía encontrarse el laboratorio. Llegaron hasta él y tomaron por sorpresa a los dos científicos, que estaban tomando notas. Uno de ellos era el director del proyecto. A la voz de mando de la joven bajo su apariencia azul, los hombres alzaron las manos indefensos, pero el director, disimuladamente, antes presionó el botón del control que tenía dentro del bolsillo de la bata.

En el depósito, los Centinelas encendieron los ojos de golpe todos juntos, y su sistema se activó. Los mutantes se alejaron de los robots y se pusieron en posición de ataque. Logan miró preocupado a Hank porque el muchacho parecía un espigado y torpe científico no apto para el combate, hasta que notó que se transformaba en un monstruo cubierto con un pelaje corto cerúleo, y ojos amarillos tan fulgurantes como los de las máquinas que estaban enfrentando.

-¡Wow! Pareces una bestia – opinó Peter asombrado.

Hank soltó un rugido y saltó sobre los hombros de uno de los robots antes de que se moviera. Con sus uñas y dientes hizo saltar la tapa y desgarró su sistema eléctrico.

Los demás lo imitaron cada uno con su mutación.

........................................

Mientras Raven les ordenaba a los científicos que la siguieran, intimidándolos con una pistola de electrochoque, el director dejó caer por los nervios el control al piso. Azazel lo vio y levantó.

-¿Qué es eso? – preguntó la joven sin quitar la vista de los prisioneros.

Azazel lo estudió con atención.

-Un control de largo alcance.

-¿Para qué sirve? – reclamó Raven al director.

El hombre se asustó y confesó con miedo:

-Activé los robots.

La pareja pensó de inmediato en sus compañeros dentro del depósito subterráneo, especialmente en Kurt. Azazel se teletransportó hacia allí, mientras que Raven se comunicaba con Scott por un walkie talkie pequeño, que cada uno portaba. Hank, Peter, Logan, Warren y Kurt corrían peligro.

-Cassidy, al depósito – ordenó Summers a su soldado por su comunicador, mientras se dirigía corriendo.

Cuando Azazel se presentó en el sótano, vio que el grupo estaba peleando en parejas y Hank de forma individual. Se maravilló de verlo bajo su forma mutante por primera vez y reconoció que infundía respeto gruñendo y desgarrando. Peter y Kurt se encargaban con su velocidad de distraer a los robots, mientras que sus compañeros, Warren volando y Logan brincando, se colgaban de las máquinas para tener acceso a las nucas y despedazarles el sistema. Sin embargo, eran demasiados Centinelas. Aun cuando llegaron Raven, Scott y Sean a cooperar, no eran suficientes mutantes.

"Scott, escucha," intervino Charles desde su mente. Había pensado pedirles a Erik y los Vengadores que viajaran a ayudarlos, pero aun en el jet de sus padres, no llegarían a tiempo. "Deben sacar a las personas de allí y destruir ese sitio para aniquilar a todos y no dejar rastros de su existencia. No queríamos ser tan drásticos pero no queda otra solución."

-Entendido – contestó el general en voz alta y, en medio de la lucha, impartió las órdenes -. Pondremos en marcha el plan B. Peter, Kurt y Azazel recorran en segundos la fábrica completa y traigan a todo ser vivo que encuentren por ahí: guardia, científico, mascota. Hank, ¿puedes fabricar explosivos potentes con los restos de los robots caídos? – Hank aprobó gruñendo -. Los demás seguiremos enfrentándolos para ganar tiempo. ¡Adelante!

Raven, Logan, Sean y el general se prepararon para seguir neutralizando las máquinas. Hank comenzó a arrancar con sus garras las piezas necesarias para fabricar los dispositivos y los otros tres mutantes desaparecieron del depósito en un abrir y cerrar de ojos. No tardaron ni cinco segundos de regresar con todo ser vivo de la fábrica, hombres y mujeres maniatados, incluido un gatito negro y blanco, que maullaba en los brazos de Peter.

-Es el único animalito en todo el lugar – comentó el joven y lo enseñó a las personas que habían traído -. ¿Es de alguno de ustedes?

-Él vive en la fábrica sin dueño – respondió una científica, que Azazel había traído.

-En ese caso ahora es de Marie – decidió Peter con una sonrisa pícara y depositó al gato con cuidado en un rincón para seguir ayudando con su velocidad -. Ella andaba buscando una mascota pequeña, me lo dijo.

-Peter y Kurt, ayuden a Hank a recoger y ensamblar las piezas que él les pida – ordenó Summers.

Los dos se acercaron al monstruo azul, que con la voz más ronca que la habitual, les dio indicaciones. Azazel llevó a científicos y guardias a un rincón para resguardarlos. Charles aprovechó para introducirse en sus mentes y borrarles toda la información que poseyeran del proyecto. Acto seguido, Azazel los teletransportó a un sitio seguro en la campiña francesa y regresó para seguir ayudando.

En poco tiempo, con los Centinelas atacándolos, Hank acabó de fabricar los explosivos. Eran rudimentarios pero servirían para volar la fábrica. Kurt y su padre junto con Peter se encargaron de colocarlos en diferentes sitios estratégicos y regresaron al sótano para llevar a los demás de vuelta al castillo. Antes de que la primera bomba detonara, ya todos aparecieron en el sótano. Estaban cansados pero felices y Peter tenía en una mano al felino requisado.

Charles y Erik sonrieron mientras que Tony gritaba un "hurra" y le confesaba a Steve que echaba de menos una buena botella de Dom Perignon para festejar el feliz desenlace.

El equipo X-Men estaba orgulloso y aliviado. Su misión había resultado un éxito y no solo habían salvado a Genosha sino a todos los mutantes del planeta.

.........................

Erik estaba fascinado con Charles por la actitud de líder que había mostrado al guiar al grupo desde Cerebro. La pareja regresó a sus aposentos y para distenderse porque los padres del telépata tenían a las niñas, se sentaron junto al tablero de ajedrez.

-Hoy demostraste que tienes vena para el liderazgo – observó Magneto, mientras pensaba en el movimiento que iba a hacer. Finalmente se decidió por un alfil -. La forma en que nos guiaste, las órdenes claras que nos diste a todos, cómo te obedecimos. Charles, eres un líder innato.

Charles le sonrió feliz.

Magneto añadió:

-¿Aún rechazas la oferta de convertirte en mi tercer consejero?

-Me siento cómodo dirigiendo al equipo para ayudar a nuestra gente – contestó el telépata -. Pero no podría servir a Genosha como un consejero.

Erik quiso escuchar su argumento.

-¿Por qué?

Charles movió un peón mientras le respondía con total sinceridad.

-Porque te las pasas trabajando para nuestra gente todo el día y cuando llegas aquí y nos encuentras a mí y a las niñas, te sientes relajado. Si trabajáramos juntos como me lo propones, no sé hasta qué cierto punto podríamos despojarnos de nuestras labores cuando lleguemos aquí. Atenderíamos a nuestras hijas pero seguiríamos discutiendo de temas de gobierno. Habrá alguna que otra cuestión siempre y perderíamos este ambiente que hemos construido: un hogar donde nos sintamos en paz el uno con el otro.

Erik suspiró, mientras razonaba.

-Tienes razón – aceptó finalmente y se dio cuenta de que Charles ya había movido su pieza así que se concentró en el tablero -. Pero es un desperdicio porque serías un excelente consejero y cuando tuviera que ausentarme, dejaría Genosha en manos del mejor líder.

Charles rio.

-Genosha ya tiene un líder y dos consejeros capaces – le recordó -. También una heredera.

Golpearon a la puerta. No necesitaron adivinar de quiénes se trataba porque el llanto de Wanda era inconfundible. Ya les habían avisado a los Xavier que la misión había resultado un éxito y ellos le regalaron a la pareja un tiempo a solas mientras cuidaban a las niñas.

Erik se levantó para abrirles. Brian entró con una dormida Lorna, mientras que su esposa trataba de calmar a su otra nieta con arrullos. Charles se la quitó con delicadeza, Sharon tomó a Lorna y madre e hijo se dirigieron a la nursery para atenderlas juntos.

-Tengo noticias – anunció el senador a su yerno. Erik lo invitó a que se sentara donde antes había estado Charles jugando. Brian vio el tablero y pensó en el pasamiento que habían encontrado como pareja, con Sharon no compartían uno así -. El juicio terminó y se dictó la sentencia: Trask fue condenado a diez años de prisión y Stryker a siete. Se los halló culpables de llevar adelante un proyecto secreto cuyo fin era atacar a los mutantes y violaba la seguridad de los ciudadanos de los Estados Unidos.

-No solo de los Estados Unidos – corrigió Erik, pensando en el ataque a Genosha y se puso de pie -. Me alegra saber que se hizo justicia. ¿Qué fue de Worthington?

-Quedó exonerado – respondió Brian con alivio -. No solo cooperó en la investigación sino que quedó demostrado que no conocía el alcance peligroso de los Centinelas. No sabía que se trataba de armas de destrucción, solo pensaba que eran identificadores del gen X.

-De cualquier forma, quiso identificar a mi gente – comentó Magneto -. Pero su hijo nos ayudó y se siente uno de nosotros. Aun no puedo entender cómo Worthington aceptó el proyecto teniendo un hijo mutante.

El senador suspiró. Sentía que él podía empatizar con su amigo.

-Mira, no es sencillo criar a un hijo con poderes – confesó -. Como padres, buscamos darles lo mejor dentro de nuestras posibilidades y ahorrarles la mayor cantidad de sufrimiento. Charles, con su peligrosa telepatía, y Raven, con su apariencia que necesitaba camuflar, fue difícil para su madre y yo, muchas veces nos planteamos cómo convivirían en una sociedad que los vería como a extraños. Por eso, no puedo juzgar a Warren.

-Cada uno conoce su conciencia – concluyó Erik sin ganas de discutir. Entendía la preocupación de sus suegros cuando criaron a sus hijos pero seguía sin comprender cómo Worthington senior se había involucrado en un proyecto que buscaba identificar a gente como su vástago -. ¿Cómo se portaron las niñas? – preguntó para cambiar de tema.

El senador volvió a suspirar, esta vez relajado.

-Lorna estuvo jugando con Sharon hasta que se durmió. Wanda jugó con ella también y se durmió un rato, diríamos unos cinco minutos y después, bueno, creo que lloró como para hundir al Titanic.

Erik cruzó las piernas.

-A veces solo Charles consigue calmarla metiéndose en su mente porque mi hija tiene un carácter especial.

-Quizás sea el tuyo – opinó Brian veloz -. Porque conocí el de Charles y era una criatura tranquila.

Erik iba a responderle que los bebés no solo heredan los genes de sus padres sino también de sus abuelos y que a él se le hacía similar el carácter de Wanda al del senador, pero calló porque justo Charles y Sharon regresaban a la sala. Los Xavier se despidieron y se marcharon a dormir. Erik y su esposo hicieron lo mismo.

.................................

Peter le entregó a Marie el gatito. La niña se sintió tan feliz que brincó, se colgó a su cuello y le besó la mejilla. Juró que lo llamaría Pietro en agradecimiento al joven y Peter añadió que podría ser Pietro Lehnsherr Maximoff. Logan se encontraba con ellos y lloró de risa.

Más tarde, Peter se coló en la cocina para comer las sobras de la cena y después en el departamento de su novio. Estaba eufórico y no quería dormir solo. El lobo lo dejó pasar complacido y como estaban agotados, durmieron abrazados en la cama. En otra ocasión, más adelante y descansados, se harían el amor.

Azazel invitó a Warren a cenar con Raven y Kurt. Terminado el brindis por la exitosa misión cumplida, los jóvenes pidieron permiso para retirarse. El consejero quedó solo con la joven, sentados los dos a la mesa. Se llevaban bien, salían y en alguna que otra ocasión él le había pasado la mano por el hombro cariñosamente mientras caminaban pero nada más. Compartían como amigos cenas y salidas. Esta noche Azazel quería que fuera especial y simplemente se lo propuso, le explicó lo que sentía por ella y Raven, con el carácter resuelto que tenía, se puso de pie para besarlo.

Desafortunadamente, justo Kurt regresaba rápido para buscar su walkman porque quería hacerle escuchar a Warren unas canciones y vio la escena. Tuvieron que separarse.

-¡Mein Gott! – soltó el joven y miró a su padre y a Raven con los ojos desorbitados -. Sabía que se besaban, papá, pero bueno, fue mi culpa, no debí entrar sin avisar.

Azazel tenía una expresión de confundido como pocas veces.

-¿Qué quisiste decir con que sabías que nos besábamos, Kurt?

Su hijo se puso más azul de los nervios.

-Quise decir que nunca me engañaron con la relación que llevan desde hace meses. No soy ingenuo y sé que después de esas cenas que compartimos y esas salidas, ustedes, bueno – se frotó la nuca sin saber cómo seguir.

-Raven es mi amiga – dejó su padre en claro y miró a la joven, que le asintió -. A decir verdad, mi amiga hasta ahora.

-¿Quieres decir que las veces que se quedó a dormir? – comenzó a indagar Kurt.

-Se quedó a dormir en una de las habitaciones de huéspedes – terminó Azazel con rapidez.

Ahora era Kurt el confundido y como no sabía cómo salir de la situación, señaló el pasillo hacia su dormitorio.

-Busco mi walkman, ¿sí?

Raven rio y su risa distendió el ambiente. Se levantó para acercarse a abrazar a Kurt.

-Me alegra que te hayas dado cuenta antes de nosotros. Realmente eres inteligente.

Kurt pasó saliva y le devolvió el abrazo.

Azazel sonreía, feliz de que no hubiera habido malos entendidos entre ellos aunque se daba cuenta que con el buen corazón de los jóvenes, tendrían que entenderse.

Raven liberó al muchacho, que más tranquilo, volvió a señalar el sendero hacia su cuarto.

-Gracias – musitó Kurt y bajó la cabeza -. Warren me está esperando.

-Anda – lo invitó ella y Kurt se marchó ligero.

Los enamorados intercambiaron miradas y rieron complacidos. Raven regresó a la mesa y continuaron besándose.

.......................

El anuncio de la eliminación de los Centinelas y el juicio contra Stryker y Trask trajo alivio a la población de Genosha. Dos días después, en el mismo escenario dentro de la plaza donde Erik y Charles se habían casado y presentaron a sus hijas, subió el equipo X-Men para recibir medallas por su valor. Se ubicaron contra el enorme telón azul, mirando firmes al público, Charles, Hank, Peter, Logan, Scott, Sean, Kurt, Raven y Azazel, Warren y Steve y Tony, que aunque no fueran mutantes habían servido al pueblo como si contaran con el gen.

Una vez que estuvieron todos, Magneto subió al centro de la tarima con un micrófono en la mano y dijo, dirigiéndose al pueblo.

-La primera regla de Genosha es que todo mutante desamparado encuentre un hogar aquí, ese fue el fin principal por el cual fundamos esta isla y la seguimos construyendo entre todos, cada uno de ustedes aportando su grano de arena – hizo silencio para volverse hacia los homenajeados -. Estas personas, algunas con el gen mutante activado y otras no – no quiso usar el término homo sapiens porque le sonaba despectivo – han arriesgado su vida para proteger a Genosha y a todos nuestros hermanos que habitan el planeta. Son verdaderos héroes, son nuestros héroes. ¡Un fuerte aplauso para el equipo X-Men!

La gente aplaudió a rabiar y se oyeron vítores. Erik miró de soslayo a su esposo y le guiñó el ojo con complicidad. Charles le sonrió.

Acto seguido, Magneto se dispuso a colocarle a cada uno una medalla en el cuello. Se trataba de una moneda grande de oro con el emblema del equipo: una X gigante. El lazo del que colgaba era de terciopelo azul.

-Charles Francis Xavier-Lehnsherr – llamó a su consorte y la voz se le quebró del orgullo -. Como líder del equipo será el primero en recibirla.

El telépata se acercó a recibir la distinción. Erik le dedicaba una sonrisa de orgulloso tiburón, y les costó a los dos refrenar las ganas de besarse. Cuando Charles sintió la tela rozándole la nuca junto con los dedos de su esposo, sufrió un ligero escalofrío. Alzó pronto la vista y se encontró con los ojos verde metal de su amor.

-Di unas palabras, Charles – lo incentivó, entregándole el micrófono.

El joven miró al público y habló desde el corazón.

-Cuando vine a Genosha, estaba nervioso por la misión que me habían encomendado: casarme con su líder y darle al pueblo un heredero. Bueno – sonrió -, cumplí con creces porque les di más de uno – los oyentes rieron y Erik se rascó la nariz con una sonrisa -. No es ningún secreto que me enamoré del hombre con el que debía enlazarme y lo que era una obligación, se convirtió en placer – se sinceró y miró a su esposo a los ojos, luego, se volvió hacia la audiencia -. Pero la recepción que recibí de ustedes cuando bajé de ese avión cargado de dudas, fue un regalo que nunca olvidaré, y fue una de las razones por las cuales junto con Henry McCoy decidí fundar el equipo X-Men. Cada uno trabajó con esfuerzo para que hoy pudiéramos cumplir esta clase de misiones. Gracias a todos ustedes – se dirigió al grupo X-Men -, y gracias a ustedes – sonrió al público.

La gente aplaudió más contenta.

Erik después fue llamando a cada uno para colocarles las medallas: primero a sus consejeros, luego al general, al soldado Cassidy, a Raven, a Kurt, a Warren, a Hank y cuando llegó el turno de Peter, su orgullo paterno le ganó y lo abrazó efusivamente delante de todos. Por último, para resaltar la ayuda brindada sin ser mutantes, pidió que se acercara el Capitán y después Stark, que alzó la medalla y el puño para pedir gritos al público. Steve simplemente sonrió con tal ocurrencia.

Mientras todos aplaudían, Hank miró al pueblo y notó un rostro especial: el de Alex Summers. Scott, a quien no se le escapaba nada detrás de los lentes, le murmuró:

-Mi hermano jamás me perdonaría no estar presente en tu premiación, McCoy. Por eso lo llamé.

Hank bajó la mirada porque se estaba volviendo un tomate, mitad por timidez y mitad por orgullo. Más tarde, durante el brindis en el castillo, los dos se cruzaron. Cada uno tenía una copa de champagne y Hank justo se estaba limpiando los lentes.

-Felicitaciones – lo saludó el médico.

-Hola, Alex – contestó suavemente, mientras se calzaba los anteojos -. Gracias por haber venido.

-Quería verte obtener esa medalla y, además, quería volver a Genosha para proponerte algo – y lo invitó a que salieran de la sala para conversar tranquilos.

Erik los estaba viendo platicar y Charles se le acercó.

-¿Qué estás pensando de Hank y Alex? – lo indagó el telépata -. No voy a leerte así que quiero que me lo digas tú. Conozco esa mirada, Erik, y sé que sabes algo de esos dos, que quizás ni ellos sepan.

Erik rio con ganas. Charles lo conocía demasiado bien aun sin leerlo.

-Ocurre que antes de la ceremonia, tuve una pequeña charla con el doctor Summers y le ofrecí el puesto de codirector del centro de cuidados ya que su actual director me pidió que nombrara a otro médico para que trabajaran en equipo. Primero pensé en Azazel, pero no podría cumplir con las dos tareas, la de consejero y esta, así que pensé en Summers, que le salvó la vida a Peter y sabemos cómo se dedica a su trabajo.

-¿Eso quiere decir que se mudará a Genosha?

-Es la única manera de que pueda ser codirector, Charles – observó a Hank y Alex, que cerraban la puerta tras salir -. Ahora tu amigo está a punto de enterarse.

El telépata lo abrazó del pecho. Se miraron a los ojos y se besaron con ternura.

-Hay alguien que participó en la misión pero no recibió una medalla – le recordó Charles meloso al oído -. Tú, Erik.

-Me parecía ridículo colocármela yo mismo – se excusó Magneto.

-Por eso tengo una especial para ti – le susurró el telépata y tras un beso, explicó -. La recibirás cuando estemos juntos y solos en la cama, con las niñas bien dormidas y ninguna distracción.

Erik no necesitó adivinar lo que le esperaba. Sonrió como tiburón y chocó la copa con la de Charles.

-Espero que este festejo acabe enseguida – deseó y bebió.

Tuvieron la fortuna de que concluyó pronto y que cuando llegaron a sus aposentos, las niñas dormían como ángeles, aun la llorona Wanda.

....................

¡Hola! Muchas gracias por acompañarme en esta historia. Ya solo le resta el epílogo para cerrarla. Espero de corazón que les haya gustado y entretenido leer como para mí fue escribirla.

Besos y abrazos

Midhiel

Continua llegint

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