Imaginas | NH

By danixlanjh

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Historias cortas con Niall. More

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By danixlanjh

PARTE 2

•••

Durante el resto de la fiesta, Niall te mantuvo pegada a su lado, ya fuera con su mano descansando suavemente sobre la parte baja de tu espalda, o con sus dedos enrollados alrededor de los tuyos para llevarte de un lugar a otro. Algunas personas que conocías desde antes de que tú y Niall se separaran estaban allí y sonreían ampliamente cuando los cachaban juntos. Hubo muchas palabras dichas hacia ti como "qué bueno verte de nuevo" o "te echamos de menos estos últimos meses."

No pudiste no notar la manera en la que Niall sonrió toda la noche, sus ojos azules brillaban cada que tú sonreías y mirabas en su dirección. Incluso, llegó el punto en el que, cuando intentaste ir al baño, Niall comenzó a seguirte. Te detuviste y colocaste tu mano sobre su pecho, dejando escapar una risita.

-Sólo voy al baño.- Comentaste, causando que sus mejillas se sonrojaran y sus hombros se elevaran.

-Lo siento, sólo estoy un poco paranoico de que vayas a intentar desaparecer de aquí otra vez.

Tu mirada se suavizó ante su confesión, lo tomaste por el cuello y lo acercaste a ti al punto en el que sus narices casi se tocaban.

-Sólo iré al baño y saldré en un momento. Lo prometo.- Mencionaste, tocando sus labios ligeramente con los tuyos, luego giraste y caminaste por el pasillo largo hacia el baño.

Un par de horas después, finalmente todos comenzaron a despedirse y el personal de la empresa de catering que Niall había contratado comenzó a ir de un lado a otro por la cocina, guardando los restos de comida en el refrigerador de la casa, lavando platos y cargando cestas de mantelería para lavar. Te alejaste un poco de ellos y te acurrucaste en uno de los camastros que estaban en el jardín junto a la piscina. Estabas quedándote dormida, arrullada por el sonido del agua de la piscina y el suave sonido de los árboles cuando sentiste una mano cálida en tu rodilla.

Parpadeaste lentamente tratando de abrir los ojos y finalmente pudiste enfocar a Niall, quien se puso de cuclillas a tu lado. Estiraste los brazos un poco y arqueaste tu espalda, provocando un crujido de tu columna vertebral.

-Jesús. ¿Tu espalda sigue siendo un desastre? -Niall se rió entre dientes y se puso de pie, extendiendo una de sus manos para ayudarte a pararte. Suspiraste mientras tomabas su mano y te ponías de pie.

-Sí, algunas cosas nunca cambian. ¿Recuerdas que me acompañaste a una cita con el Dr. Cole y bromeaste sobre cómo siempre terminaba yendo al quiropráctico y debería tener ya una tarjeta de lealtad por ir tan seguido?- Niall soltó una carcajada y asintió, recordando cómo habías rodado los ojos y le dijiste que se callara.- Bueno, pues en realidad te hizo caso. El doctor mandó a hacer tarjetas de descuento, Niall. Nueve citas y consigue la décima gratis. -Niall soltó una carcajada y su cabeza se inclinó hacia atrás causando que su risa resonara en el aire nocturno. Elevó sus puños por encima de su cabeza triunfalmente y sonrió.

-Debería dedicarme a la mercadotecnia, sería genial en eso, ¿no crees?

Rodaste los ojos, sus manos se posaron sobre su cadera con una sonrisa engreída en su rostro. Golpeaste ligeramente su pecho y lo miraste.

-Sí, bueno, eso es porque eres increíble en todo lo que haces, tu pequeña mierda talentosa.

Niall soltó otra carcajada, tomando tu mano y te acercó a su cuerpo hasta que estuviste entre sus brazos. El calor emitido de su cuerpo grande presionado contra el tuyo se filtró en tu piel hasta que te sentiste acalorada por todas partes. Sus manos subieron por tu espalda hasta terminar en la parte trasera de tu cuello. Con una sonrisa, su nariz rozó con la tuya y susurró:- ¿En todo?

El ambiente entre ustedes cambió rápidamente. Las bromas despreocupadas comenzaron a volverse más íntimas en un instante. Tus ojos pasaron por su rostro y relamiste tus labios, que de repente se habían secado. Con una voz temblorosa pudiste contestar.

-Sí, en todo.

Sus manos sostuvieron tu rostro con firmeza y deslizó sus labios sobre los tuyos de una manera experta. Todo sobre sus actos se sentía cómodo y correcto. Sus besos todavía tenían ese sabor al bálsamo labial de menta que solía usar para humectar sus labios y una pizca de la cerveza que había estado tomando más temprano. Mientras te perdías en el beso, tu cuerpo se derritió sobre el suyo. Se sentía tan fuerte y vigoroso, juntando tu cuerpo contra el suyo con su mano enorme y su brazo envuelto alrededor de tu cintura. Deslizaste tus manos bajo sus brazos y hundiste tus dedos en su espalda ancha, sintiendo sus músculos tensarse y moviéndose bajo la fina tela de su camisa. Cuando finalmente se separó para recuperar el aliento, sus ojos brillaron y sus pupilas comenzaron a dilatarse en el azul claro de sus ojos. Apoyó su frente contra la tuya y dejó salir un suspiro.

-Casi te pierdo.

Sentiste tu garganta cerrarse y lo acercaste más a ti, si es que era posible. Querías que sintiera lo rápido que estaba haciendo latir a tu corazón. Enterraste tu rostro en la piel cálida de su cuello y con tu nariz recorriste sus pecas.

-Pero me encontraste de nuevo. Y eso es todo lo que importa ahora.

Ambos permanecieron en silencio en el jardín, meciéndose lentamente de un lado a otro mientras las ramas de los árboles seguían sonando por encima de ustedes. Su agarre comenzó a deshacerse y se inclinó hacia ti para quitar algunos mechones de cabello que se habían pegado en tu frente sudorosa.

-¿Podemos ir a mi habitación? No tenemos... -Levantó la mirada y parecía estar buscando las palabras adecuadas.- No tenemos que hacer nada ni nada de eso. Quiero decir, si quieres, está bien, pero no quiero que te sientas presionada.- Te miró, rogando en silencio que lo callaras y lo sacaras de su miseria.

Sonreíste y tomaste su mano, girando y guiándolo hacia la casa.

-Vamos, estoy cansada. Vayamos a la cama, Niall.

----

La habitación de Niall se sentía serena con sólo la lámpara de su mesita de noche iluminando la alfombra gris con poca luz. La habitación era exactamente como la recordabas. Las mismas almohadas cubrían meticulosamente el edredón, sonreíste y la imagen de Niall adentrándose en la habitación y vaciando sus bolsillos para dejar su contenido en el mueble junto a la puerta llegó a tu mente. Lo habías visto hacer eso un millón de veces. Niall presionó su pecho contra tu espalda y pasó sus brazos alrededor de tu cintura, apoyando su barbilla sobre tu hombro.

-¿Qué estás haciendo?

-Recordando.- Recostaste tu cabeza sobre él y suspiraste. Presionó sus labios contra tu cabello y apretó su agarre en tu cintura.

-¿Cosas buenas?- Su voz estaba tranquila y sonaba aprensiva, pero llena de esperanza.

Asentiste y giraste en sus brazos para estar cara a cara. Buscaste sus ojos por un momento y después te inclinaste para juntar sus labios con los tuyos. Niall dejó salir un gruñido mientras se inclinaba torpemente hacia tu cuerpo. Lo habías tomado con la guardia baja y estaba tratando desesperadamente de alcanzar tu ritmo. Sus manos trataron de encontrar algún lugar de tu cuerpo, pero en lugar de eso, logró que los dos cayeran sobre su cama de golpe. Un pequeño quejido salió de tus labios cuando su peso completo cayó sobre ti. Se puso de lado, una risita avergonzada haciendo que sus ojos se cerraran.

-Mierda, solíamos ser mejores en esto. -Comentó.

Rodaste sobre él con tu barbilla apoyada en su pecho. Levantó su mano y llevó hacia atrás el poco cabello que caía detrás de tu oído mientras sonreías maliciosamente.

-¿Has perdido tus habilidades, Niall? -Querías que sus ojos parpadearan por un momento, aclaró su garganta mientras tragaba con dureza.

-Uh, no he tenido mucha práctica, si soy honesto.- Confesó.

Tu corazón, que ya había estado golpeando contra tu pecho, pareció congelarse cuando escuchaste sus palabras.

-¿Quieres decir que... no has... desde que nosotros... ?

Niall se estremeció y negó un poco.

-Estuve cerca un par de veces, pero no pude continuar. Me sentía... no sé, sentía que estaba mal, supongo.

Asentiste pensativamente, tratando de elegir cuidadosamente las palabras siguientes dentro del embrollo de cabeza que tenías en el momento. Siendo honesta, sentías una extraña mezcla de culpa y tristeza pero también de alivio al saber que Niall había pasado todas sus noches solo por meses. Tú habías estado en el mismo caso, seis meses de soledad y acompañada solo de ti misma. Pasaste tus dedos por la suave piel de sus labios rosados, tu estómago tensándose mientras sus labios presionaban sobre las yemas de tus dedos.

Finalmente, tiempo después, tu cuerpo se llenó de excitación, tus brazos aferrandose fuertemente en los brazos fuertes de Niall. Dejaste salir su nombre en un quejido y te acostaste sobre su pecho. Niall envolvió su mano en tu cabello y junto su boca con la tuya, dándole un apretón a tu trasero para mantenerte quieta mientras terminaba dentro de ti con un gemido.

La habitación entonces quedó en silencio, a excepción de sus respiraciones agitadas y el bajo sonido del aire acondicionado encendido. Te recostaste sobre su cuerpo, acurrucándote sobre la piel caliente del cuello de Niall. Podías sentir su piel pegajosa debido al sudor en su pecho causando que el su vello causara más cosquilleo sobre tu propio pecho. Niall alejó el cabello de tu rostro y presionó sus labios contra tu sien una y otra vez.

-No voy a dejar que te vayas de nuevo. Todo será mejor, te lo juro. Te lo juro. Solo quédate, por favor, quédate conmigo.

Te apartaste y con cuidado rodaste para acostarte a su lado. Ambos estaba destrozados en todos los sentidos de la palabra. Ambos cuerpos aún sonrojados y húmedos debido al sudor. El edredón de su cama y tus piernas aún cubiertas con su liberación. Sin embargo, nada de eso importaba, en este momento, tú única preocupación era asegurarte de que Niall entendiera en dónde estabas en ese momento.

-Niall, amor, quiero quedarme. Quiero estar contigo.- Bajaste la mirada, tratando de acomodar tus pensamientos. Niall tomó tus dedos y los llevó a sus labios.

-¿Pero?- Elevaste la mirada y te encontraste con la de él, dejaste salir un suspiro.

-Pero estoy asustada. Tengo miedo de que todo sea demasiado difícil de nuevo. Tengo miedo de que te alejes otra vez. No puedo hacer eso de nuevo, Niall. Y no lo haré.

Niall recostó su cabeza sobre su almohada y cerró los ojos, dejando salir un suspiro.

-No puedo prometerte que no será difícil, nena. No puedo prometerte que estaré más tiempo en casa.- Mencionó y sentiste un escalofrío recorrer tu espalda.- Pero te prometo que no seré el mismo. Cuando te fuiste... perdí todo, ¿sabes? Era como si supiera exactamente cuál era el problema pero no podía descubrir cómo arreglarlo. Pero ahora lo sé, no voy a dejarte de lado. Pero tienes que asegurarme que también pondrás de tu parte y confiarás en mi.

Dejaste caer tu cabeza sobre su hombro desnudo, besando el sabor salado de su piel.

-¿Cómo puedes estar tan seguro, Niall?

-Porque fui y hablé con alguien. Un profesional.- Explicó, causando que te alejaras de él y lo mirarás sorprendida.

-¿Hiciste qué?

-Fui a ver a un terapeuta por un tiempo.- Acomodó un poco su cabello y suspiró.- Tenía que hacer algo, y no es como en casa, ¿sabes? En Londres no es muy normal ni muy aceptable que alguien tenga un terapeuta. Aquí en Los Ángeles es como si fueran malditos restaurantes, están por todos lados. Maldición, incluso mi terapeuta tenía un terapeuta. Conseguí algunas recomendaciones y esas cosas. Resulta que son malditamente útiles.

Sus dedos se movían nerviosamente por tu cabello, mientras esperaba que procesaras su confesión. Tus manos sostuvieron sus mejillas y presionaste tus labios contra los de él.

-Estoy muy orgullosa de ti.

Lo besaste perezosamente, sin alguna intención, solo disfrutando la sensación de sentir los labios del otro. Cuando finalmente se separaron, envolviste tus brazos alrededor de su torso y cerraste los ojos.

-Sé que será difícil, Niall. Pero estoy lista para hacer esto contigo. No me voy a ir de nuevo. Confío en ti, te lo prometo.

Ambos dejaron salir un suspiro de alivio, la tensión en el aire desapareciendo al instante. El cansancio de la fiesta y la noche que tuvieron llegó a ti y te acurrucaste en Niall. Probablemente él se sentía igual de cansado. Tomó tu mano y te ayudó a ponerte de pie junto a él.

-Vamos, tomemos una ducha rápida y después regresaremos a la cama. No he dormido junto a ti en seis meses y quiero pasar los siguientes seis meses recuperando el tiempo perdido.

-Tienes un reto, entonces.- Mencionaste, envolviendo tus brazos en su cuello y dejando un pico sobre sus labios para después adentrarse en el baño de su habitación.

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