~ Un verano juntos ~

By Saphire235

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Una propuesta espontanea será el detonante de esta "aventura veraniega". Los Dex Holders pasaran una semana t... More

La propuesta.
Preparativos.
Embarque normal y corriente.
¡Bienvenidos a Sinnoh!
Los Juegos Playeros
Sorpresas por todas partes.
Corazón de diamante.
Carrera de instinto.
Amanecer de sentimientos.
Ideas cruzadas.
I Noche de Karaoke I
II Noche de Karaoke II
Tu voz
Borrón y cuenta nueva.
Por ti.
Ataque en el bosque.
Tu espíritu de batalla.
Bajo la lluvia.
Sustos en la Mansión.
Hermosa venganza.
Un nuevo día.
La carta.
Choque de problemas.
Cuenta saldada.
De cara al peligro.
Comienza el caos.
Sin respuesta.
Huellas en la oscuridad.
Juntos somos invencibles.
Nos llaman héroes...pero somos solo humanos.
Especial: Questions and Answers!
El plan se pone en marcha.
Hoy empieza nuestra lucha.
¿Mentiras?
La Corazonada.
~ 2º Especial: Retos y preguntas ~
Visiones.
Una mañana "normal".
"Las gemas de colores"
La Verdad Detrás De Todo.
My illusion, my mistake
Lo que se esconde en las sombras.
Esperanza.
Grietas
Verdad que duele

Los días que no olvidaré.

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By Saphire235




Ruby, Emerald, Crystal y White subieron todas las maletas al piso de arriba y se ayudaron entre ellos para dejarlo todo ordenado sin molestar demasiado ni mover las cosas de Cinthya y su abuela. Había cuatro habitaciones de un tamaño medio y si apuraban, el sofá del comedor sería una opción si alguno llegaba a quedarse sin dormitorio. Ya lo hablarían más tarde con el resto, de momento tenían suficiente faena.



Diamond y Platinum, en cuanto el resto empezó a sentarse y a elaborar ideas con una pizarra de tinta que había en la pared, se marcharon a la cocina para comenzar con el "cursillo de Dia". La morena estaba muy emocionada; se puso su delantal con cuidado y se ató el pelo en una coleta con esmero. Diamond hizo lo mismo y empezó a sacar utensilios y demás ingredientes para explicárselo a la chica paso a paso. Se sentía muy nervioso por cometer algún error ante ojos tan expertos...pero sobre todo, porque su presencia cercana siempre le había producido ese sentimiento.



En cuanto al resto, estaban bastante aplicados con la idea de pensar estrategias y nuevas posibilidades para no volver a verse en apuros si se volvía a repetir otro ataque similar. Green y Pearl se alternaban la pizarra para explicar al resto su visión de la estrategia y pedían opinión a los otros. Sapphire era la encargada de ver puntos flojos y del factor intuición. Contrarrestar la inteligencia de esa ladrona con el instinto experto de la conquistadora era una buena opción.



Red aprobaba las combinaciones de ataques y defensas y Yellow respaldaba las teorías con Planes B, de ayuda y seguridad por si acaso. Incluso Blue ayudaba, sin su visión de la mente del enemigo sería muchísimo más difícil. Silver, por su parte, buscaba los fallos que pudieran tener y daba ideas para reforzarlos. Eran un buen equipo juntos...y esa persona había hecho mal en meterse tanto con ellos. Con inocentes. Y herir sin razón. No iban a vacilar si tenían que ponerse serios.



Y así, la tarde fue pasando lenta pero sin pausa.



 Los minutos, las horas, la tarde... todo iba desapareciendo con cada "tick, tack" del reloj de cuco que tenía la abuelita de la Campeona. La luz que entraba por los cristales de las ventanas se había reducido considerablemente y ahora, tenía un ligero matiz anaranjado que le daba calidez al ambiente. Hacía poco que se habían tomado un descanso, merendando las delicias que habían preparado la parejita de la región y charlando tan animadamente que parecía que no hubiera pasado nada. También tenían que relajarse un poco, después de todo, para eso estaban allí en Sinnoh y si no había problemas de momento...



o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o



Un azabache estaba sentado en frente de la ventana, poniendo todo su empeño en elaborar algo que parecía complicado. Giró la espalda para coger algo del escritorio y volvió a su labor. Una silenciosa melodía era tarareada por sus labios a cada acción. Los cristales de sus gafas brillaron ligeramente con el reflejo de la luz y levantó la cabeza para poder enhebrar un hilo dorado en la pequeña aguja. Hecho. Contento por el logro, sus manos se movieron como si danzaran por el maniquí y en un abrir y cerrar de ojos, terminó esa zona.



Suspiró profundamente y se echó hacia atrás en la silla del escritorio, con los brazos en alto, desperezándose. Con una sonrisa satisfecha en el rostro, dio un par de vueltas sobre su asiento y se quitó las gafas con un movimiento de muñeca. Su mirada carmesí se poso en su creación y no pudo evitar sentirse emocionado.



Un vestido de color verde azulado, que imitaba la esencia y forma de distintos tipos de hojas tropicales, flores en algunos lados y con un lazo sencillo detrás descansaba sobre el maniquí pálido. Aún quedaba mucho. La parte de arriba estaba terminada, pero la de abajo solo tenía la tela primaria y el can can para darle forma. Uff...no se desilusionó. Recogió sus cosas y acarició con ternura a Coco, que se había quedado dormida en sus piernas y él había estado tan concentrado que no se dio cuenta. 



Pero algo en la ventana le llamó la atención y se detuvo antes de marcharse. Una sonrisa se escapó.



Una castaña de camiseta azul y shorts blancos batallaba en su típica posición salvaje de ataque contra uno de sus senpais. Su determinación no vacilaba ni un segundo aunque Red fuera muy ingenioso en los combates. 


Dos ataques colisionaron. 


Una nube de polvo se desató. 


Ambos contemplaron el resultado con indecisión. Y...¡Oh, un empate! Sí que era emocionante sí...Unos metros a la derecha, en otro campo de arena del jardín de la Campeona, Blue y Green estaban dando una genial batalla doble contra Crystal y Silver. Pearl estaba sentado en un banco analizando cada movimiento y Yellow estaba acariciando con sumo cariño a los Pokemon que no peleaban.



Uhm...Se preguntaba dónde estaría el resto. No andarían muy lejos.



-Uff...-Ruby se desperezó otra vez.- Me ha costado mucho avanzar, me duelen los hombros. Pero...-Miró otra vez a la ventana. Que descansaran de esa forma tan bárbara era sorprendente. Aunque tampoco quería estar sin hacer nada. Meh, por estirar un poco los brazos no pasara nada. Además, quería divertirse un poco. Abrió la ventana y asomó la cabeza.- ¡Hey! ¿¡Podría unirme!?



-Oh, por fin, la princesa se digna a salir de su torre...-Sapphire se llevó ambas manos a la nuca, resignada.- ¡Anda, baja!


-Muy amable, salvaje, ¿Se podrá esperar a que baje por las escaleras? –Dijo con sarcasmo.


-¿Qué te cuesta bajar por la ventana? –Rodó los ojos.


-No todo el mundo piensa en una ventana como si fuera una puerta, cariño. –Apoyó los codos en la ventana y entrecerró los ojos, con una sonrisita juguetona. La oji-azifo se puso roja como de costumbre, aunque no sabría decir si por el enfado o por la vergüenza...o por las dos. Nada cambiaría entre ellos.


-¡¡YO NO HAGO ESO!!


-Díselo a mi ventana.


-¡RUBY!


-Ok, ok...-Cerró la ventana con una sonrisa divertida y bajó al primer piso donde se topo de pasada con Gold y Emerald que veían la tele tranquilamente. Black y White jugaban a un juego de mesa en el sillón de al lado. Los saludó y salió por detrás, encontrándose con los combatientes.


-¿¿Quién quiere una batalla doble?? –Preguntó Pearl. Había tomado el puesto de árbitro y ya que habían terminado los anteriores podían cambiar. Él también quería combatir después.


-¡Voto por la parejita de Hoenn JOJOJO~!


-¿¿AHH??- Ambos se miraron sorprendidos.


-Ahora ya no pueden decir que no son pareja. -Rió cantarinamente la castaña de Kanto.


-¿Van a querer o no? –Al rubio se le acababa la paciencia.


-¡Obvio que sí! –Exclamó la castaña de ropas azuladas. Miró a su compañero de batalla con una gran sonrisa determinada y colocó la palma en el aire.


-Se han metido con los compañeros dobles equivocados. –Ruby sonrió desafiante y unieron los puños como si fuera un saludo de batalla. No le gustaba pelear, pero tampoco quería decepcionar al resto. Nunca más. Después de todo, tenía su encanto...mientras no se ensuciara, claro.



La chica asintió y se prepararon para pelear contra Red y la pequeña Yellow, convencida también por Blue, alías la casamentera. Sería un combate entretenido. Yellow había mejorado mucho con su estilo cuidadoso pero fuerte, aunque a la hora de pensar rápido no era su fuerte. Aún así la rubia sabía la fama que tenían sus oponentes. Puede que se pelearan pero cuando hacía falta, atacaban como si fueran una sola persona. El azabache de pelo puntiagudo debió de notar su preocupación.



-Eh, nosotros también somos una buena pareja je~ -Red sonrió con toda alegría del mundo.


-Sí, eso, eso, p-a-r-e-j-a, pareja ... -A Yellow se le erizó de sobremanera el pelo y la piel cuando oyó una extraña voz detrás suyo. Como no, era Blue haciendo de las suyas. Y vaya si lo había hecho, a la chica del Bosque Verde parecía que la había abandonado su linda alma.


-¿Yellow? ¿Tienes fiebre? –Y cómo siempre el despistado no tenía ni idea de qué estaba pasando.- ¿Otra vez el bajón de azúcar?


-Uff...me rindo... Hasta dentro de cinco minutos, por supuesto.




-Chica ruidosa...-Suspiró su compañero.- Anda, deja de molestarles y ven a mirar. –Con un gesto de la mano la inventó a sentarse en el banco de piedra donde también estaba Pearl con una banderita verde. Ella bufó y asintió, sentándose a su lado para contemplar la pelea doble. Jeje...¿Cómo le pedían que no shippeara nada? ¡Si a dónde mirara todo era shippeable! Hasta White con su portátil...o Diamond con la comida...



o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o




-Esto va aquí.


-¿Así?


-Perfecto, ahora pongále estas bayas del bosque encima y no pare de batir durante un minuto.


-Hmm...Vale, creo que le he cogido el tranquillo (...) ¿Así está bien? Creo que le doy muy fuerte...


-¡Lo está haciendo genial, señorita! ¡Tiene talento!


-Je...No creo, pero muchas gracias, Dia.


-No hay de qué~



El muchacho de ojos diamantinos sonrío con sinceridad y metió el bizcocho de la tarta en el horno. Entre media hora y una hora y estaría listo para montarlo con la cobertura y el relleno que estaba haciendo su amiga. Platinum se estaba esforzando mucho. Tenía los brazos llenos de harina y en la cara descansaban unas cuantas manchitas rosas, pero aún así seguía las instrucciones del moreno con determinación y se la veía muy contenta cuando recibía las felicitaciones del chico, ¡Esto de cocinar era genial hasta ahora! Entendía porque le gustaba tanto...era muy divertido compartir esta experiencia con alguien y más si es alguien especial.



-Ya está. –La morena cogió el bol entre sus manos y se lo entregó.- Ahora tengo que meterlo a la nevera y esperaremos a que el bizcocho esté listo ¿no?


-Jeje...Aprende muy rápido, señorita. A este paso me quitara el puesto. –Bromeó él con una sonrisa mientras sacaba unos platos. Platinum no pudo evitar reír ligeramente.


-Eso es mentira. Nos ha costado tres horas hacer un misero bizcocho, sin contar que quemé dos y casi explota la batidora.



Diamond recordó esa divertida pero vergonzosa escena. Estaba ayudando a la chica a amasar bien la masa del bizcocho pero como se aburría de solo mirar, sin darse cuenta, comenzó a preparar por su cuenta el relleno y cómo no tenía mucha experiencia con la batidora, el aparato se volvió loco y en menos de dos minutos la cocina parecía un torbellino de manchurrones de colores. En otra ocasión, se centró tanto en hacer la crema pastelera que se le quemó el bizcocho y en la última, ella apretó un botón de más y también acabó con el mismo resultado fatídico.



-Eso es normal. –Intentó animarla mientras se quitaba los guantes del horno y los dejaba en la mesa.- Es la primera vez que se pone en serio. Si le sirve de consuelo, yo no era tan bueno cuando empecé. –Una risa tímida inundó el ambiente confiable que se había formado.


-Digas lo que digas, siempre serás el mejor cocinero para mí. Y seguro que no soy la única que lo piensa. –Su sonrisa cálida permanecía en su rostro. 



-B-bueno...no es para tanto...-Diamond se rascó la nuca, ocultando un leve sonrojo.


 Él solo quería hacer felices con lo que hacía a los demás. Si cocinando y ayudando a Platinum podía hacerla feliz, él también lo estaría. Esa era su filosofía de vida. Dar bondad para recibir sonrisas de felicidad. Unos le decía ingenuo...pero él estaba contento así y no iba a cambiar por nadie.



La chica de ojos color platino se llevo una mano a la boca para sonreír dulcemente. No se reía de su amigo, ni mucho menos; su comportamiento siempre le había parecido tierno, servicial, honesto y tremendamente generoso. Pocas personas quedaban así en el mundo. Pearl no era una excepción, pero a su estilo. Abrió los ojos y se fijó en que la mirada del chico de Hoja Verde estaba clavada en ella, ensimismada. Sorprendida, intentó mirar hacia otro lado, rascándose un poco la mejilla en el acto.



Un silencio incómodo cruzó entre ambos jóvenes, provocando una tensión no muy deseada.


-Ehh...¿Señorita? –Dia se había atrevido a decir algo y romper ese momento incómodo.- Tiene algo en la cara jeje~ -La morena siguió la trayectoria de la mano de su amigo y se manchó los dedos con un poco de crema pastelera.


-Oh, vaya, qué descuidada. Espera que voy a por...-Antes de que pudiera darse la vuelta un paño de color lila la sorprendió.



-Tranquila, tengo esto para emergencias. –La sonrisa del muchacho la dejó impactada y se quedó en blanco. Apenas se dio cuenta de que Diamond le estaba limpiando la mancha de la cara con suma delicadeza y despacio. Platinum no movió ni un músculo hasta que el joven volvió a hablar.- Ya está, esto es muy habitual cuando se cocina...¡Siempre terminas manchado jaja!



-Hey, pues tú estás ileso. –Puso los brazos en jarras, con una media sonrisa. - ¿Y si...? –Volteó hacia la mesa.



Dia se acercó curioso por lo que hacía la chica pero fue una mala idea. Ella se volvió a girar y no tuvo tiempo para retirarse. Un buen pegote de crema reposaba en su nariz y mejilla. Su cara era para enmarcar, estaba totalmente sorprendido. Ella sonrió divertida, pero enseguida cogió el mismo paño y se acercó para limpiarle la cara. Ahora el que se había quedado embelesado por la sonrisa de la heredera de los Bertliz era Diamond. Apenas parpadeaba y si lo hacía, era para intentar disimular su sorpresa. Venganza cumplida.



-Eso ha sido trampa.


-Pero ahora estamos en paz, ¿no? –Le quitó el último rastro de comida con paciencia y volvió a dejar el pañuelo en su sitio.



Diamond apoyó la espalda en la encimera y miró por la ventana con una sonrisa. Hacía mucho tiempo que no veía a la señorita Platinum actuar tan risueña como ahora y eso le alegraba. Sabía que su pasado, sus costumbres e ideas aún la perseguían y le impedían ser como era en realidad. Se mentía a sí misma. Pero lo que no sabía es que ella era increíble como era. Su sonrisa de felicidad verdadera, esa risa sincera, las bromas espontáneas pero inofensivas, esos pequeños actos de ayuda...¿Algún día...algún día le diría cuánto la admiraba por superarse a sí misma?



Ordenaron un poco los utensilios y limpiaron algunos botes. El chico observaba como la morena iba de un lado a otro de la cocina esforzándose con esa determinación que la caracterizaba, como si no quisiera decepcionar a nadie, como si no quisiera decepcionarle a él. Eso era imposible. Echó un vistazo afuera y como vio que sus amigos aún no habían terminado su entrenamiento de ocio, decidió proponer una idea divertida para que pasaran el rato que quedaba hasta la hora de la cena.



-¿Qué le parece si hacemos cup cakes? –Una mueca emocionada se dibujó en las caras de los dos jóvenes y Platinum asintió con decisión.- PERO, -Su expresión volvió a cambiar.- Tienes que hacerlas usted sola. Así verá cuánto ha mejorado.



-P-pero...-Diamond asintió, haciéndole saber que si tenía alguna duda podía consultarle y que si quería que salieran a fuera o hicieran otra cosa, era libre de decirlo. Quería que se lo pasara bien, no presionarla.- Está bien. –Su gesto no fue seguro del todo, ¡Pero lo iba a intentar! ¡Como que llevaba el apellido Bertliz que lo iba a lograr e iba a superar las expectativas de su maestro! ¡Aunque la cocina acabara hecha un desastre! ¡Esto tenía que ver con su orgullo!



Una hora después...



-Je...¡Ganemos! –Sapphire chocó los cinco con su compañero de rojo, el cual solo se cruzó de brazos con una sonrisa curvada.



Sí, lo había pasado "bien" y encima habían ganado gracias a la buenísima combinación que ejercían con Plusle y Minun, pero...¡Su hermosa Nana se había ensuciado las patas por culpa del lodo que había dejado el Omastar de Yellow! Jo...y encima Red y su propia compañera lo empeoraron todo usando el lodo como distractor, ¡De un momento a otro los cuatro estaban perdidos de suciedad, incluso en la cara! ¡EN LA CARA! Nana necesitaba un baño. Y él también. Intensivo. Y YA. Yellow se arrodilló a la altura de su Pokemon y le dedicó una sonrisa de ánimo.



-Lo has hecho muy bien Omy. –Rebuscó en su bolsa y sacó una baya Aranja.- Con esto te encontraras mejor en un periquete, te mereces un descanso jeje...



-Tú también te has esforzado mucho Aero...Diste una buena pelea contra la Blaziken de Sapphire.- Red también felicitó a su compañero y lo metió a su Pokeballl para que descansara. Cuando volteó vio a la rubia cuidando de esa forma tan especial a sus Pokemon y no pudo evitar sentirse enternecido.


-Te quieren mucho.


-¿Uh?


Eso no se lo esperaba. Estaba tan concentrada mimando a sus amigos que no se había dado cuenta de que Red se había agachado a la altura de su asiento (una silla del comedor) para ver más de cerca sus expresiones de afecto. Su sonrisa de admiración no la entendía.


-Yo también. -Su mirada soñadora se posó en su amiga roedora, Chuchu.- Me han sacado de muchos apuros y los tengo que apoyar.


-Je...sí. –Red miró su cinturón de pokeballs. Tantos recuerdos...- ¿Sabes? He estado pensando que como ese ladrón no ha vuelto a dar la cara tal vez se trate de una broma o algo y tanta pelea con organizaciones criminales nos está volviendo un poco paranoicos...-Sonrió nerviosamente.



-Uhm...No lo sé. Es complicado. Como ya le dije a Green-san creo que puede haber una relación entre las pokedex que se llevó y las que se olvidó...tengo esa extraña sensación. –Yellow se levantó y se quitó el polvo de la ropa. Una sonrisa estaba presente en sus labios y le daba luz a sus ojos. - De todas formas, si no vuelve a hacer de las suyas mucho mejor. Añoraba estos días.



Una fugaz idea cruzó su mente. A ella acudieron recuerdos de cuando Red y ella quedaban para entrenar en ese claro del bosque, al lado del riachuelo, y después paseaban un poco o intentaba enseñarle a pescar. No podía evitar reír cuando el pobre no podía ni pescar un Magikarp o aquella vez que acabaron empapados hasta las orejas por la "fantástica" idea del moreno. No volverían a cruzar el río por las piedras. Pero fue divertido en cierta forma.



FLASH BACK



Había pasado un día desde que nos caímos al agua del río por intentar cruzarlo en poco tiempo sin rodearlo. Blue-san volvió a ponernos en una situación vergonzosa y pensaba que me iba a dar un ataque si seguía sacando conclusiones precipitadas...Pero sé de sobra que es una buena amiga. Esa tarde y noche estuvo todo el tiempo cuidándome. El catarro que había pillado no era pequeño y estornudaba cada cinco minutos.



Al día siguiente me empecé a encontrar un poco mejor y le agradecí todo el tiempo que había pasado junto a mí; contándome bromas, sus últimos "intentos de robo" al Gimnasio de Green-san para molestarle y sobre todo, ofreciéndome su compañía y apoyo. La convencí para que descansara un poco y volviera más tarde. Estaba un poco preocupada por Red-san. Si yo estaba mal, no me imagino como estaría él.



Blue accedió con esa típica sonrisa tontuna que se le queda cuando hablo de Red-san y se marchó dando sus saltitos alegres. No estaba muy segura de eso...por si acaso iba a mirar cada minuto a mis espaldas. Tampoco iba a hacer nada malo, solo iba a visitar a un amigo enfermo...¿verdad? Cogí dos bufandas que había hecho yo misma para el invierno y me dirigí a su casa. Aquel día de invierno nublado no me gustaba nada...



Cuando llegué y toqué a la puerta, me recibió una cara cansada y ojerosa, enmarcada por varios mechones puntiagudos de pelo negro. Una sorpresa apareció en su expresión, pero me invitó a pasar a pesar de que parecía que había estado peor que yo. Eso me hizo sentir mal. Tal vez si no hubiéramos quedado para salir ese día...Pero es que me encantaban esas tardes, eran las mejores de todas las semanas, ¿Pensaría Red-san lo mismo? No lo sabía.



-Green se acaba de ir hace un rato. Dice que Blue lo había llamado para ayudarla con un collage. –El moreno se sentó en el sofá. Parecía mareado.


- ¿Collage? –Ella lo imitó, sentándose al otro lado del sofá. Aunque fuera incómodo hablar así de "lejos", le daba muchísima vergüenza ponerse a su lado. Esto le olía a plan de Blue.- No sabía que a Blue-san y Green-san les gustaba hacer manualidades.



-Parecía urgente jeje...-Esa pequeña risa lo obligó a toser un par de veces. Yo que estaba embozada en mi bufanda amarilla me preocupé un poco por su estado y rebusqué en mi bolsa. Sabía que Green-san era el mejor cuidando a personas que estaban acatarradas, pero yo también quería ayudar. En parte era mi culpa. –Si te sientes mejor...T-toma.



-¿Uh?



Mi mano temblaba y apenas lo miré dos segundos a los ojos. Él observó la bufanda de color rojo sin saber qué decir, pero al cabo de unos segundos de silencio, la cogió y se la puso. Parecía encantado. Esa sonrisa se lo demostraba y le quitaba varios kilos de presión de encima. Suspiré sin que se diera cuenta, me sentía aliviada.



-Muchas gracias Yellow, seguro que así mejoro pronto. –Se palpó la frente. Debía de empezar a subirle la fiebre porque cada vez estaba más cansado.- ¿Tú estás mejor?


-Sí. Blue-san me cuidó. –Dije orgullosa.


-Ah, que-que...A...aaaa...¡ACHOOO!


-Te dije que no era buena idea saltar así el río. –Suspiré y le alcancé el paquete de pañuelos que tenía en la mesa.



-Je...Lo siento. –Sonrió nervioso. Acto seguido, me miró rascándose una mejilla.- ¿Sabes? Podrías quedarte y así hablamos un poco más, ya que Green me ha dejado solo como Slowpoke con este catarro encima...-Una risa general inundó la sala. Sí, podría quedarme. Sería agradable y si podía ayudarle sería la guinda que colma el pastel.



-Si la fase contagiosa se ha ido...-Bromeé, sacándole otra risita que acabó en toses.- Claro. Hasta que Green regrese podemos jugar al parchís o algo ¿Qué te parece?


-Genial.



La tarde se pasó rápida y divertida. Jugamos a varias veces mientras afuera había empezado a llover a cántaros y a caer relámpagos y truenos ensordecedores. Hasta creo que por un momento se nos olvidó el catarro. Quedamos en empate, pero fue entretenido. Eso sí, no sé en qué momento nos quedamos dormidos, pero cuando volví a abrir los ojos, Blue se encontraba en frente haciendo fotos y Green estaba sentado en un sillón cercano, mirado a esa "chica ruidosa" con los brazos cruzados.



Me pareció extraño. Pero todo encajó cuando volteé a mi izquierda y vi la cara de Red totalmente dormida en mi hombro. Todo el pelo se me erizó y pegué el salto de mi vida. Ahora se descubría el peine; todo había sido un plan elaborado de mi querida amiga. Por suerte Red no se dio cuenta y en un par de días ya se encontraba mejor. Al menos...se había sacado algo bueno de todo aquello.



FLASH BACK OUT



Yellow suspiró. Ella esperaba que todo ese problema se arreglara para que todo volviera a la normalidad. Ella no era tan fuerte como ellos para ayudar en una catástrofe, pero si necesitaban determinación y ganas de superación, podían contar sin duda con ella. Un ruido la sacó de sus pensamientos. Eran sus tripas y...¿Espera? ¿Red-san también? Ambos se miraron con una sonrisa avergonzada y se rascaron la nuca. Se habían centrado demasiado en divertirse con las batallas.



-¿Vamos a ver cómo van Diamond y Platinum? –Ofreció el Campeón de Kanto. No aguantaría mucho más sin comer algo delicioso hecho por ese chico.


-Hecho. –La rubia sonrió y se acercaron a la cocina mientras el resto se iba acomodando otra vez en la sala de estar. El tono anaranjado de las ventanas iba cediendo poco a poco. Estaba anocheciendo en un día bastante tranquilo y sin problemas mayores.



Cuando entraron no esperaban encontrarse con esa escena. Desde luego, era lo último que esperaban descubrir ese día. 



Toda la estancia estaba llena de manchas de harina, de virutas de chocolate, manchas rosas y blancas por doquier y un trozo de masa pegada en el techo. Por no hablar de que los utensilios estaban esparcidos por lugares insospechados y hasta nuestros pequeños protagonistas de todo ese desastre estaban cubiertos de nata y virutas de azúcar. Se percataron de la presencia de sus senpais y saludaron con los nervios de punta, intentando disimular lo indisimulable.



-Ehh...No es lo que parece.


-Sip...No hemos explotado la batidora y el horno está en perfectas condiciones. –Respaldó a su compañera el "chef". Sus miradas viajaron hacia esos objetos, desfigurados ahora.


-Ajá...


-Pero miren el lado positivo...-Sonrió la chica muy nerviosa pero con cierto atisbo de alegría y superación.- ¡Hemos hecho tarta y cup cakes!


-Para un mes...pero bien jeje~


Las cuatro personas que ocupaban la cocina se rodearon de un silencio incómodo. Sus cuerpos rígidos como esperando una respuesta que los absolviera de toda culpa.


-Me vale. –Y el mayor de los presentes cogió un par de magdalenas de deliciosa pinta y se largó al comedor más feliz que unos cascabeles.


-Ehh...¿Ok? –La pobre Yellow no sabía que hacer...Sí, mejor iban limpiando todo eso...Bueno, al menos había sido un día tranquilo. Raro, pero tranquilo.


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