~ Un verano juntos ~

By Saphire235

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Una propuesta espontanea será el detonante de esta "aventura veraniega". Los Dex Holders pasaran una semana t... More

La propuesta.
Preparativos.
Embarque normal y corriente.
¡Bienvenidos a Sinnoh!
Los Juegos Playeros
Sorpresas por todas partes.
Corazón de diamante.
Carrera de instinto.
Amanecer de sentimientos.
Ideas cruzadas.
I Noche de Karaoke I
II Noche de Karaoke II
Tu voz
Borrón y cuenta nueva.
Por ti.
Ataque en el bosque.
Tu espíritu de batalla.
Bajo la lluvia.
Sustos en la Mansión.
Hermosa venganza.
Un nuevo día.
La carta.
Choque de problemas.
Cuenta saldada.
De cara al peligro.
Comienza el caos.
Sin respuesta.
Huellas en la oscuridad.
Nos llaman héroes...pero somos solo humanos.
Especial: Questions and Answers!
El plan se pone en marcha.
Los días que no olvidaré.
Hoy empieza nuestra lucha.
¿Mentiras?
La Corazonada.
~ 2º Especial: Retos y preguntas ~
Visiones.
Una mañana "normal".
"Las gemas de colores"
La Verdad Detrás De Todo.
My illusion, my mistake
Lo que se esconde en las sombras.
Esperanza.
Grietas
Verdad que duele

Juntos somos invencibles.

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By Saphire235



-Sigh...Tan solo díganlo ya para que me pueda ir a dormir...-Emerald se acercó al río y bebió un poco de agua con sus manos. Si era algo malo, no podía ser peor que todo lo que les estaba pasando...


-Bien.-La joven Berlitz apareció detrás de ellos y apoyó sus manos en los hombros de ambos chicos. Con este gesto les hacía saber que dirían la noticia juntos, con apoyo mutuo.- Ese ladrón se ha llevado las Pokedex.


-¿¿QUÉ??



El pequeño rubio escupió toda el agua y se giró hacia ellos como si acabara de ver a un fantasma reflejado en la corriente. Las caras del resto no eran para menos. Hasta Green parecía realmente preocupado, y si el más calmado del grupo estaba así...imagínense como estaban los demás. Gold y Blue dejaron de quejarse. Estaban paralizados por la noticia. Pero sin duda, Crystal era la más afectada. Tanto esfuerzo...¿Se había ido por el caño de un momento a otro? Imposible.



De todas las cosas que podía haberse llevado un ladrón corriente...¿Tenía que haberse llevado lo que los definía como "héroes"? ¿Por lo que habían luchado tanto tiempo? ¿Ese simple objeto...que por casualidad, o tal vez, por los caprichosos hilos del destino, los había unido a todos? ¿El símbolo de su amistad...el de sus metas...sus sueños? ¡Se negaban a aceptarlo! Tenía que ser un error...Pero en el fondo sabían que de nada servía auto-engañarse; sus amigos no les mentirían ni bromearían acerca de algo tan importante.



-¿C-cómo?


-Hemos revisado todo; Cajones, el suelo, maletas...incluso objetos perdidos. No hay ni rastro de ellas. –Pearl le pegó una patada a una piedrecilla, molesto.


-Pero...seguro que hay algún modo de localizarlas, ¿no?


-Yellow-senpai...La señorita ya confirmó que no incorporan localizadores...-Apretó los puños.- Sólo emiten ese sonido cuando se acercan varias de la misma región. Pero ese maldito sujeto estará a kilómetros de aquí a estas horas.


-Habrá algo que podamos hacer. –Intentó sonreír Crystal, manteniendo su voz quebrada a raya.- Tal vez el Profesor Oak...Elm...¡Serbal o la Profesora Encina! Alguien tiene que saber algo.



-Imposible. –Negó con la cabeza.- Aunque construyeran otras...tardarían años...no serían las mismas. Todos nuestros datos están ahí, todas nuestras esperanzas, la razón por la que somos cómo somos ahora...Ese maldito se ha llevado algo que es parte de nosotros...nuestras ambiciones...Sustituirla sería como escribir de nuevo sobre un libro en blanco y tirar el anterior al fuego. Que caiga en el olvido.



¿Tal vez se estaba precipitando? ¿Quizá era exagerado llegar a esa conclusión? No...Para ellos era un gran golpe. Ese simple aparato de color rojo, que habían conseguido de las formas más variadas posibles y con las intenciones más particulares...se había ganado un enorme valor sentimental. Esa caja de plástico que registraba datos, incluso ahora les resultaba útil. Pero ya no era la utilidad. 



La Pokedex les había marcado un inicio en una aventura que no querían dejar nunca a pesar de los peligros que conllevaba portar una...a pesar de las dificultades...Era como su propio albúm de recuerdos, sus memorias. Recuerdos maravillosos que iban desde sus conocidos, amigos, logros, fracasos, victorias, lágrimas, risas de su viaje...Todo. Era parte de su identidad. Sin ella...¿Cómo podían llamarse Pokedex Holders?



-No sabemos nada de su paradero...Perdimos. Del todo.- Susurró Red. Yellow lo miró con preocupación, buscando sus ojos. Pero no los encontró. Su oscuro flequillo no dejaba apreciar ni un solo rastro en su expresión.


-No me lo puedo creer...-A White le temblaban las manos. Quería decirse a ella misma que esto era otra pesadilla, pero no podía...estaba despierta.


-Todo es por mi culpa. –Gimió Black, ocultando su rostro bajo la visera de su gorra. Al castaño le fallaron las piernas y se arrodilló en el suelo, con los puños cerrados.



No podía dejar de pensar que todo esto no estaría pasando si hubiera hecho caso a White...Si hubieran llamado a la policía cuando empezaron a sospechar. Su pokedex se había ido...y lo que más le dolía...había propiciado el mismo destino para el resto de sus amigos...No se lo podía perdonar. ¿Qué pensarían Ruby y Sapphire de él mañana? ¿Qué les diría? Si tan solo hubiera sido más fuerte...No pudo proteger a White. No pudo protegerse a sí mismo. No pudo proteger los sueños de los demás. Era un completo inútil. 



La peliazul de ojos claros como el cristal sintió empatía por el chico. Ella también se había sentido inútil en algún momento de su vida...y no era agradable. Se acercó con sigilo y apoyó una mano en su hombro, delicadamente.


-No es tu culpa ¿Sí...? –Aunque intentara parecer calmada, su mirada de añoranza la delataba. El menor la miró, triste.- El único culpable es esa persona. Tenlo por seguro, ¿Quién iba a saber que esto iba a pasar?



-No deberíamos haberlas dejado en el Hotel...-Emerald no culpaba a nadie. Los únicos responsables eran ellos mismos. Habían sido imprudentes al pensar que si ellos decidían tomar unas vacaciones iban a ser normales y relajadas como todas las demás...y que hasta los problemas habituales se esfumarían. Que estarían fuera de toda mira.



-No sé si su intención inicial era llevarse las Pokedex...o si la tentación pudo con su espíritu. Pero si era intencionalmente...ese canalla nos ha golpeado dónde más nos duele. –Se quejó Silver, cabreado.


-Esto...debe de ser un sueño. –Green tampoco estaba de humor.



Se metió las manos a los bolsillos y pateó el aire, ¿Así que todo ese dichoso plan para robarse algo tan importante para ellos? ¿Algo tan bien armado, con distracción, ataque y defensa, para hacerles daño? ¡i se habían dado cuenta de que todo era demasiado extraño! Desde luego, se arrepentía de no haberle enseñado lo que es un Pokdedex Holder a esa sombra cuando había tenido la oportunidad. Black y White no estaban en su plan...creía que estarían o en Ciudad Corazón o en Caelestis, ¡Fue una sorpresa encontrarlos aquí! Pero se deshizo de ellos al mínimo descuido. Se aprovechó de su preocupación por los demás, de que estaban solos...Pero iba a encontrar una forma, ¡La iba a encontrar como su nombre era Green Oak!



-Es increíble...que nos pase esto otra vez...



Diamond dejó resbalar su espalda en la madera de un árbol. Estaba cansado de tantas emociones en un solo día. Pero sobre todo, triste porque la historia se repetía. Sus dos amigos se dieron cuenta y se sentaron a su lado, ofreciéndole su apoyo incondicional. Comprendían al moreno de ojos Diamantinos. Hace unos años también habían pasado por esa situación...pero fue más duro. Tuvieron que dejarlas ir para poder terminar con los malvados planes del Equipo Galaxia. Y al final, no sirvió para nada; Diaga y Palkia sufrieron de todas formas. Héroes...ja...así los llamaban, pero eran simples personas.



-Encontraremos una solución. –Afirmó determinadamente la chica de ojos aplatinados.- Lo encontraremos y entonces descubriremos por qué...


-¿Uh?



Diamond sintió algo extraño en su mochila que no debería estar ahí. Curioso, rebuscó entre sus cómics de Taurina Omega y algún que otro Pokocho o bocadillo que compartir con Lax y encontró algo muy familiar. Cuando los primeros rayos plateados de la Luna iluminaron aquel aparato azul, los ojos del chico brillaron de emoción. Incluso los rostros de más de uno dejaron escapar un brillo de esperanza. Esa cosa...había arrojado un mínimo de luz sobre sus preocupaciones.



-¿¡La Pokedex!? ¿C-cómo es posible? Todos...- Pearl estaba sumamente sorprendido. No podía creerlo...¿No se habían llevado todas?


-¡Oh! Jeje...Debió de mezclarse entre los cómics y los aperitivos para el viaje sin darme cuenta. –El muchacho se rascó la nuca, algo avergonzado por su despiste.


-¡Sí que podemos hacer algo! –Exclamó Yellow, levantándose de su asiento. Red la miró confuso, pero una sola sonrisa de la rubia bastó para subirle un poco el ánimo. Es verdad...la esperanza es lo último que se pierde.


-Por una vez...-Suspiró el rubio. Pero al instante, una sonrisa se dibujó en sus labios y le propinó un amistoso golpe en el hombro a su amigo.- Me siento orgulloso de tu afición por la comida.


-Je...-Platinum esbozó un pequeño arco en su boca. Esto fue rápidamente captado por su amigo hiperactivo que volvió a la carga como de costumbre.


-¡Hey! Esta vez sí que no puedes negarlo, ¿Te has reído, verdad?


-No.


-¡P-pero...!


-No. No es momento de reírse. –Sentenció, inexpresiva.- Solo me pareció...tierno, eso es todo.


-...Uff...



De repente, la Pokedex de Diamond empezó a emitir un agudo sonido. Todos la miraron, extrañados. Nadie sabía que pasaba ni por qué. No era el típico ruido que emitían esos aparatos cuando se juntaban, era...diferente. Especial. Como un faro que se enciende para arrojar luz en un mar envuelto en tinieblas y oscuridad, más replicas del sonido empezaron a juntarse en uno solo y la sorpresa del grupo de amigos fue en aumento. Intrigados por su origen, siguieron la dirección de la melodía. Todoss rebuscaron en sus bolsos, pantalones y chaquetas...cuál fue su sorpresa al tener entre sus manos al partícipe de todo el revuelo que se había formado en un instante.



-Uhh...Se me había olvidado. –Blue sacó la lengua mientras se frotaba la nuca, avergonzada. En su mano yacía una pokedex de color rojo.- No la dejé en el hotel porque la necesitaba para cierto "asuntillo".


-Yo era cómplice. –Enfatizó Gold, excusándose. Entre tanto problema, sueño y drama...había olvidado por completo que su Pokedex no estaba entre las otras robadas. Ese aparato rojo en sus manos era la prueba.



White también sacó un objeto similar de su bandolera, pero de color rosa y blanco. Totalmente confusa miró a sus compañeros. No entendía cómo su Pokedex había llegado ahí...Juraría que la había dejado esa misma mañana en uno de los cajones del salón porque no la iba a necesitar para el anuncio publicitario de la compañía. Entonces, ¿Por qué...?



-Lo siento, prez. –Dijo su compañero con una media sonrisa tristona.- Mientras hablábamos con ese ladrón me acerqué disimuladamente a los cajones de la sala principal y busqué sin darme la vuelta la mía...Debí de cogerla por accidente. Me di cuenta después, cuando llamé a Blue.-senpai para pedir ayuda.



-No pasa nada. –Contestó finalmente. Una sonrisa se curvó en su cara y sus ojos desprendían un brillo de alegría por primera vez en ese día.- Esto es una buena noticia, ¡Aún tenemos una oportunidad! ¡Podemos encontrar el resto!



Tenía razón. Con un solo aparato de aquellos podrían encontrar las demás Pokedex más fácilmente que si empezaban de cero....Había muchas maneras. Había sido un completo golpe de suerte que por casualidad, esa persona no se haya salido totalmente con la suya. Iban a pelear por recuperarlas. Iban a averiguar qué había movido esa idea de robar algo tan importante para ellos. Iban a encontrar la razón para robarlas con ese afán.



El sonido coordinado de esas cuatro Pokedex les había subido el ánimo. Una a una habían empezado a resonar, agrandando cada vez más la esperanza de recuperar esa parte de ellos mismos pronto. Y según Emerad, Ruby y Sapphire también tenían las suyas. Era una pequeña ventaja; de 15 que eran, 9 habían sido robadas, el resto se habían salvado por los pelos. Después del recuento, apagaron los aparatos al mismo tiempo.



-Vamos a recuperarlas.-Red fue el primero en levantarse, con una mirada decidida. Colocó su mano al frente, que pronto fue acompañada por la de la llamada "Guerrera del Bosque Verde".


-Sí. –Asintió con una sonrisa.


-¡Vamos! –Aportó Emerald.


-Le enseñaremos de lo que somos capaces. –La respaldaron Crystal y White, imitando la acción.


-Se va a enterar quién es Gold de Pueblo Primavera. –El azabache hizo lo mismo, con su palo de billar en alto.


-Nadie se mete con mis pequeños kouhais y sale impune. –Blue, tal vez, era la más determinada. Sus ojos azules irradiaban la revancha justa y en condiciones.


-Me debe una. –Black también se unió al corrillo de manos.


-He...¿Vamos Green?


-Por supuesto, Silver. –Sonrió el oji-verde.- Se va a enterar de lo que es un Pokedex Holder.


-Y que juntos...-Diamond colocó su mano encima de las anteriores.


-Somos...-Continuó Platinum. 


El último en poner su apoyo fue Pearl, ¡Y de qué forma! Tal fue el grito que todos se le unieron tarde o temprano.


¡¡¡¡¡INVENCIBLES!!!!!



Todas las manos se alzaron al cielo, como si quisieran alcanzar las diminutas estrellas desde allí. Tomaron aire fresco y descansaron un poco antes de seguir. Después, cada uno ayudó en la construcción de una de las tres tiendas de campaña del dúo de Teselia y en la recolección de algunos troncos para hacer una hoguera si la noche se volvía demasiado hostil y fría. Cuando terminaron, cenaron un poco de lo que habían comprado Gold y Diamond en una tienda de los alrededores y se fueron a dormir tras extinguir el fuego.



 El correr del agua del riachuelo era muy relajante...Necesitaban ese descanso. Mañana iba a ser un día muuuuy largo. Y así, se prepararon para la noche. Se habían repartido el espacio de manera más o menos razonable así que todo el mundo dormiría cómodo. O no. Blue y Gold seguían en sus trece, pero pronto se les pasaría. O eso esperaban...



Mientras tanto, con Ruby y Sapphire...



El silencio reinaba en todo el Hospital. Hacía ya horas que había oscurecido y todos los pacientes y sus visitas se habían quedado dormidos o se habían marchado con el propósito de verlos al día siguiente. Por el pasillo no se oía ni el más mínimo ruido, a excepción de alguna enfermera que iba a comprobar las máquinas de los pacientes o algún carrito extraviado de las personas que se encargaban de la limpieza del lugar.



Ruby se despertó al escuchar el continuo caminar de una enfermera y levantó un poco la vista. Estaba un poco desorientado por todo el tiempo que llevaba dormido, pero reconocía dónde estaba. Cuando su vista se empezó a aclarar comprobó que se encontraba en la habitación de Sapphire, las paredes blancas, ahora bañadas de un gris oscuro que proyectaban las ventanas con sus cortinas corridas. Después de echar un vistazo al lugar sin tan siquiera moverse, dirigió su mirada al frente.



Tal fue su sorpresa al encontrarse con la cara dormida de su compañera que resbaló de la silla y cayó de bruces al suelo, dándose un buen golpe. Se quejó de dolor silenciosamente. No había sido buena idea ser tan espontáneo...ahora le dolía la espalda.



Con cuidado, asomó sus ojos por encima de la camilla para comprobar que su caída no había despertado a la castaña. Suspiró. Seguía durmiendo pacíficamente, aunque a veces se quejaba de la herida que tenía en el costado. Se veía tan frágil, tan delicada...pero el sabía que no era así, que esa chica era la más fuerte y maravillosa que había conocido.



Se levantó, desperezándose en el acto y miró las flores de color azul y blanco que había dejado Blue en la mesita esa tarde. Cuando menos se lo esperaba, sus tripas le recordaron que no había comido nada desde hace horas. Le daba pena dejarla sola, pero como veía que no despertaría hasta la mañana, decidió ir a la cafetería del Hospital a coger algo de comer y volvería para descansar en el sillón que había al lado de la ventana. Cerró la puerta con cuidado y se encaminó hacia la planta baja. Parecía un edificio fantasma a esas horas.



Al cabo de diez minutos, la castaña ya no estaba sola. Había alguien más en la habitación. Y no era Ruby. Aquella persona, cuya cara no se podía distinguir entre las sombras, entró por la ventana con un gran sigilo, como si se tratara de un Glameow y oteó el cuarto en busca de algo. Cuando descubrió dónde estaba, se acercó a la mesilla al lado de la camilla y cogió el aparato de color rojo. Sus ojos se posaron en la chica que descansaba al lado y no pudo evitar sonreír.



-Mira por dónde...Parece que te llevaste la peor parte. –Susurró con sorna.- Pequeña tonta...Parece que me engañaron. No eres lo que dicen que eres...qué decepción. –Hizo una mueca con desden.- En fin, me llevo esto, espero que no te importe...je.


Le dio la espalda y se dispuso a marcharse por dónde había venido. Pero, justo en ese momento, algo la detuvo. Una mano le estaba agarrando el brazo firmemente, con fuerza.


-¿Tonta...? Esta pequeña niñata sintió tu presencia desde que entraste por la ventana. –Sapphire abrió los ojos de golpe y apretó el agarre.- Creo que la tonta eres tú.


-¿C-cómo? –Aquella persona intentó deshacerse de su mano a las buenas, pero no pudo. Realmente la había sorprendido...eso no estaba dentro de su plan.- Suéltame.


-Oblígame. Suelta la pokedex. –Amenazó ella, sin moverse.- YA.


-¿Eso quieres? ...JA...-Recapacitó y sonrió de forma fría, orgullosa.- Está bien. –La conquistadora analizó cada uno de sus movimientos.- Ves a por ella.



Eso no se lo esperaba. Aquella mujer tiró el aparato por la ventana sin ningún miramiento, quizá, hasta con diversión. Como un rayo, saltó de la camilla pese a que aún le molestaba la herida y se acercó a la ventana para poder cogerla a tiempo, pero ni siquiera la rozó. Cuando miró hacia abajo, un Swanna apareció al lado con la pokedex en el pico. Volaba manteniendo la postura, como esperando a alguien. Ella comprendió.



-¡Serás...! –Llena de ira por el engaño, se dispuso a abalanzarse sobre ella pero un agudo golpe la estrelló contra la pared. La herida le dolía horrores...esa estúpida le había propinado una buena patada justo en ella.- A-agh...



-Ha sido un gusto conocerte, conquistadora. –Sonrió, su boca bañada por la luz de la Luna y las estrellas del exterior.- Una lástima que seas tan...agresiva. –Se quejó y se frotó el brazo, que empezaba a adquirir un tono oscuro.- Ya tengo lo que venía a buscar. Te deseo suerte levantándote, pequeña...


-¡Deja de reírte de mí y devuél...! A-au...¡¡Devuélve eso!! -Como pudo, consiguió levantarse del suelo y se asomó a la ventana. A pesar del esfuerzo, del grito...ya no estaba. Se había ido...y se había llevado la pokedex consigo...Había fracasado.



Miles de preguntas azotaban su mente. Su instinto le decía que si había ido a por una iría a por el resto...Temía por sus compañeros, pero agh...Ya no podía mantenerse en pie. Estúpida ladrona...Sin más, se dejó caer arrodillada al suelo, palpándose con fuerza la herida vendada que parecía darle latigazos de dolor.


-¡Sapphire!


Justo en ese momento entró Ruby y se acercó a la oji-zafiro preocupado por su situación. Todo había pasado tan rápido...que ni se había dado cuenta de que no estaba. Esa ladrona...lo tenía todo planeado, estaba segura. 



Se negaba a su ayuda, pero terminó por aceptar y la ayudó a sentarse en la camilla de nuevo. Viendo su estado, no podía explicarse qué había pasado en esos...¿20 minutos? que había pasado fuera. Cuando se fue estaba dormida...y ahora llegaba y se encontraba a Sapphire tendida en el suelo, un golpe en la pared y la ventana abierta de par en par. ¿Qué rayos...? Cerró la ventana y se sentó a su lado con la silla al revés.



-¿Qué ha pasado? –Preguntó algo nervioso. No podía haber atacado a otra enfermera...habría escuchado el grito, ¿Entonces...?


-Se han llevado la Pokedex...TÚ pokedex. –Le interrumpió, con la mirada baja. Se sentía decepcionada por haberse despistado un segundo.- La debió de confundir con la mía. Lo siento. No pude hacer mucho por recuperarla...


-¿Uh? E-espera, espera...¿Qué? ¿He oído bien? –Dijo incrédulo. Era imposible.- ¿Es una broma, no?


-...


-¿Q-qué? –Echó una mirada fugaz a la mesita de noche. Ni rastro del aparato de color rojo. Escudriñó la estancia en busca de su característico brillo carmesí, pero no había ni rastro. Esa situación lo ponía cada vez más nervioso.- ¿Quién ha sido? ¿Quién te ha atacado? -S tono y su expresión cambiaron a una seria, fría.


-No lo sé, no le vi la cara.- Sentenció, seriamente.- Yo no...


-¿Y la tuya?


-Aquí...-La castaña sacó de debajo del colchón de la camilla su Pokedex. Ruby no estaba sorprendido, al fin y al cabo, sabía que su compañera siempre había tenido mucho cuidado y cariño por ese aparato. Uff...al menos era un alivio que la suya no hubiera tenido el mismo destino.- Intenté recuperarla pero...me despisté, ¡AGH! Si tan solo...-Empezó a despeinarse el pelo.


-Hey, no te preocupes, está bien. Mañana la buscaremos, no habrá llegado muy lejos...-Apoyó una mano en su hombro.- Ahora descansa, quién sea quién haya entrado para robarla, sabía que estabas herida. Y que yo no estaba.


-Ella me las pagará.


-¿Ella? 



Su mirada rubí se posó en los cristales de la ventana, dónde las cortinas de un color claro ondeaban ligeramente con el ligero viento que entraba por las rendijas. No le tranquilizaba que su pokedex fuera por ahí...al contrario, no le gustaba nada que alguien se hubiera llevado algo importante para él...Ahora se pasaría la mayor parte de la noche observando con desconfianza esa zona del cuarto. Pero confiaba en que era un bandido común. Qué torpe por su parte, esto solo acababa de empezar.



-Seas quién seas...Si quieres pelea; la tendrás.



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