Yellow terminó de preparar la medicina y se la dio a White con cuidado. Por su cara no tenía muy buen sabor, pero era lo mejor y más rápido que tenían a mano. Tras lavarse las manos en el agua del río le palpó la frente para comprobar como iba la fiebre. Acto seguido le colocó encima el paño mojado que había utilizado su compañero para el mismo propósito y se sentó al lado de sus amigos.
-Está un poco mejor. No puedo hacer nada con las pesadillas pero una vez que la temperatura remita podrá descansar mejor.- Muchos sonrieron de alivio ante las palabras de la rubia, sobre todo cierto castaño.
-Eso es genial.
-Ahora dinos, ¿Qué ha sucedido? Ya que me he perdido la fiesta al menos me gustaría enterarme en qué ha consistido.
-Siempre dices lo mismo cuando pasa algo malo...¿En qué se parece eso a una fiesta? –Preguntó con desgana Silver.
-Perdona pero yo soy 100% original. - Hizo su típica pose de diva y todos rodaron los ojos.
-Eres 100% idiota...-Susurró cruzado de brazos pero el azabache lo escuchó a la perfección.
-¿Qué dijiste? –Sus ojos dorados se clavaron en los suyos, amenazantes.
-Lo que dije, ¿Ahora también eres sordo? –Era increíble, pero el único que podía sacarle de sus casillas era ese presumido de flequillo. Justo antes de que empezará otra pelea al estilo "hormigonera" por el suelo, Crystal se plantó en medio de ambos, totalmente seria, para intentar cortar de raíz el problema.
-¿No pueden llevarse bien por una vez en sus vidas? -Ambos le dieron la espalda al otro.
-No vale la pena.
-No me importa en lo absoluto.
-Uff...-Suspiró. No estaba consiguiendo nada...solo le quedaba...su arma secreta. No esperaba tener que usarla, pero no le quedaba de otra.- ¿Así que no queréis saber nada del otro, eh? ¡Gold! –Al mencionado se le erizó la piel como si de un gato se tratase.- Te has preocupado por Silver más de una vez, ¿O no te acuerdas lo que pasó en el Frente Batalla?
-Uhm...-Se rascó la mejilla, avergonzado, ¡Pensaba que no le escucharía! Se supone...
-Y tú Silver...-Al oji-plateado también se le erizó la piel. Ver a su compañera enfadada siempre daba miedo. Siempre.- ¿Me vas a negar que nunca le has ayudado tanto en las buenas como en las malas? O preocuparte...-Intentó replicar, pero fue interrumpido.- Aunque no se te note...apenas. –Sacudió las manos para que olvidaran ese mal ejemplo.- ¡En fin! Ese argumento no vale. Vayamos al grano...¿Van a hacer las paces de una vez...como los buenos amigos que son? -La otra opción era una inyección tranquilizante al estilo Crystal...meh.
-Si no queda de otra...
-No cantes victoria, no durará mucho.- Silver le tendió la mano.- ¿Sin rencores...hasta mañana?
-Me parece una fantástica idea.- El azabache aceptó el amistoso apretón de manos y zanjaron el asunto. La peliazul estaba satisfecha. Habían hecho las paces...a su manera, pero sabía que tenían una forma particular como ami-enemigos.
-Qué bien. -Sonrió Yellow y Red la secundó de la misma forma.
-Y yo que pensaba que era el único que tenía que sufrir...pobre Crystal.- Comentó un pequeño rubio de ojos esmeralda. Bueno...se quedaba con los suyos, al menos no eran tan violentos...o casi.
-Pueden hacer un triángulo amoroso después de todo, ¿no creen? ¡JOJOJO!- KO al trío de Jhoto.
-Mujer ruidosa nivel Arceus...-Suspiró Green.- En fin, ¿Podemos empezar ya con el relato, Black? –El castaño asintió.
-Cómo sabéis, nos quedamos en el Hotel porque teníamos que acabar una maqueta. Pues bien, al cabo de una hora terminemos así que convencí a la presidenta de ir al paseo marítimo para matar el tiempo y ver que eventos estaban llevándose a cabo en la playa. Al fin y al cabo estábamos de vacaciones...Entremos al Hotel para dejar los materiales y el portátil en las habitaciones y saludemos a Sebastián, que nos devolvió el saludo con una sonrisa y nos preguntó por vosotros. Le dijimos que algunos habíais ido a ver que quería la señora Cinthya y que el resto había organizado una "mini-excursión" al Parque Amistad, en Ciudad Corazón. Nos despedimos para ir al ascensor pero...había algo raro. Vimos una sombra un tanto familiar perderse en las escaleras.
-¿Pudisteis reconocerlo?- Interrogó Red.
-Sí. La sombra era de...Diamond. –Todas las miradas se centraron en el chico de ojos brillantes como el diamante. El pobre casi se atraganta mientras tomaba un aperitivo.- Reconocería esa boina en cualquier sitio.
-¿¿DIAMOND??
-¿Yo? –Movió los brazos desesperadamente.- Espera, espera...¡Yo no podía estar ahí!
-Dia tiene razón.- Salió en su defensa la heredera de la familia Bertliz.- Estuvo toda la mañana con nosotros en casa de Cinthya. Es imposible que fuera él.
-Además, Dia...ehem, quiero decir, Diamond utilizaría el ascensor siempre que tuviera oportunidad...
-¡PEARL! –Exclamó un muy avergonzado Diamond y el rubio se dio cuenta de que lo había pensado en voz alta. Ups.
-Eso fue lo que nos extrañó. –Continuó Black. Diamond se sentó en posición fetal mientras comía unas patatas fritas y lloraba internamente ¡El ascensor es mucho más cómodo, por eso! Pensaba en su defensa. Black se disculpó por no pensar dos veces lo que decía, con una gota de sudor.- En fin...Nos extrañó que estuviera allí...así que le seguimos. Mala idea.
~FLASH BACK~
-¿Black? ¿A dónde vas?
-¿No ha visto eso, presi?
-Bueno...sí...¡Pero puede ser otra persona! Vamos a dejar las cosas y vam...
-Es extraño que Diamond esté aquí...Hace nada que se fueron a hablar con Cinthya sobre algo importante...No tiene sentido.- Asentí y subimos los dos por el ascensor.- De todas formas, si es él, lo encontraremos arriba.
-Ya te he dicho que es imposible que sea él, Black...¿Dónde están Pearl y Platinum, eh? Siempre están juntos. –White intentaba hacerme entrar en razón, pero yo seguía en mis trece...Ojalá le hubiera hecho caso.
-Eso es lo que vamos a averiguar.- Sonreí con determinación.
Una vez arriba, inspeccionamos la zona y como no vimos a nadie por los alrededores empecé a convencerme de que me había equivocado. Tanto tiempo encerrado en el Orbe Blanco me había vuelto sumamente desconfiado de casi todo...y todos. Tendría que mejorar eso. Pero justo en ese momento, vimos salir del cuarto de los chicos a ese "supuesto" Diamond. Fui a saludarle alegremente para aclarar mis dudas...pero me detuve cuando lo vimos entrar al cuarto de enfrente, el de las chicas. Muy lejos de que mis preguntas desaparecieran...habían aumentado. Bastante.
-¿Qué hace Diamond en el cuarto de las chicas?- Dije sumamente extrañado.
-¿Tal vez ha ido a recoger algo que le ha pedido Platinum? –Terció White pero no me lo terminaba de creer. Y sabía que ella tampoco.- Mira, da igual, vayamos a dejar las cosas y vámonos de aquí. Esto me da mala espina...
-De todas formas tenemos que entrar ahí para dejar el portátil ¿O no? - Qué tonto fui...-Entramos, averiguamos que busca, dejamos el portátil y nos vamos ¿Qué tal? –Sonreí para suavizar la situación. Pero ni yo mismo estaba tranquilo. No me gustaba esa situación. Algo me olía muy mal...- Es nuestro amigo después de todo. No deberíamos tener miedo.
No estábamos muy seguros. Pero ya estábamos delante del umbral con la puerta abierta, así que no había marcha atrás. Lo que vimos nos despejó todas las dudas que se habían ido formulando desde que vimos esa boina roja subir como un fantasma, en silencio, por las escaleras. Todo estaba desordenado. Cojines tirados por el suelo, la alfombra movida de lugar, cajones abiertos...incluso el sofá había sido volcado. Pero lo más raro de todo es que aún se seguían oyendo ruidos en los dormitorios. Todo estaba claro.
-Ése no es Diamond.- Sentencié seriamente, retrocediendo. Qué iluso percatarme de ello entonces.
-¿Llamo a la policía? –Me preguntó, ya con el Poke Gear en la mano. Negué con la cabeza.
-No creo que sea necesario llamar la atención de ese modo. Se armaría un buen revuelo y no me gustaría que la familia de Platinum se viera afectada. Si es un simple ladrón...¿Podemos con ello, no? –Aunque sonreía para transmitir confianza a ambos, en realidad, tampoco estaba muy seguro de lo que íbamos a hacer. Ella asintió, pero justo en ese momento una presencia nos sorprendió.
-¡Hola, chicos! –Saludó alegremente. Fuera quién fuera, no sabía que ya habíamos descubierto su ardid. Qué hipócrita.
-Hola Dia.-Le saludemos con un gesto de mano y una sonrisa, disimulando lo mejor que podíamos. Ya que estamos...¿Qué tal si le sacamos un poco de información? Tal vez saquemos algo en claro...es siniestro que se disfrace de uno de nosotros. Qué mala idea fue seguirle desde el principio ese juego...- ¿Qué haces aquí?
-Bueno, Platinum me pidió que recogiera unas cosas para ella. Ya lo tengo todo, así que regresaré a la reunión con Cinthya.- Sonrió. Era igualito a Diamond físicamente...¿Cómo lo había conseguido? ¿Y cómo sabía lo de la reunión? ¿Todo estaba...previamente planeado?
-Ajá...¡Oh! ¿Y este desorden? –Fingió estar sorprendida.
-¡Ah, lo siento mucho! Saqué a Wig un momento pero veo que fue mala idea jeje...–Realmente era buen actor...actuaba CASI como su víctima. Pero no sabía algo que nosotros sí...
-Entiendo. No te preocupes. –Sonrió.- Buen viaje de vuelta.
-Nosotros nos vamos, me acabo de acordar de que nos hemos dejado algunos materiales en el jardín...Qué despistado.-Fingí estar avergonzado y me froté la nuca. Luego nos dimos la vuelta y caminemos hacia el pasillo, despidiéndonos de ese extraño.
El plan era sencillo. Ya que nos había quedado claro que no era un ladrón común y sin saber qué estaba buscando con tanta insistencia ideemos una estrategia sobre la marcha de la conversación. Saldríamos del Hotel con la excusa de los materiales olvidados, llamaríamos a la policía y les ayudaríamos en caso de que se les fuera de las manos. Con toda esa ayuda conjunta lo atraparíamos en un periquete y así, no habría razón para que la reputación de los Bertliz se viera afectada. Pero tenía que ser un imprudente...y arriesgarnos a los dos. Solamente porque no aguantaba las mentiras. Me giré de golpe y encaré al ladrón.
-¿Sabes, Dia? Se me hace extraño que sacaras a Wig en un espacio tan pequeño...ya sabes, a parte de que destrozaría todo saldría un poco lastimado ¿no? Tú no quieres eso...–Ese farsante seguía inexpresivo, sin mostrarse tan siquiera nervioso por ser descubierto.
-Black, vámonos...-Me aconsejó White, susurrando. Ella era la prudente...y yo el que nunca miraba las consecuencias. Tendría que haberle hecho caso...tal vez no habríamos acabado así. Pero tampoco podía permitir que mancillaran el nombre de tan buena persona, que tan recientemente había conocido.
-Pero lo más extraño es que llamaste a Platinum por su nombre. Vaya, vaya...fue rápido el cambio de "señorita" a solo su nombre ¿no? Y...Diamond, dime una cosa...¿Cómo es que no estás comiendo aún? Te conozco poco pero sé que comes a menudo. (...) Y ha pasado un buen rato y aún no pruebas bocado...Parece que no te conociera...¡Ah, sí! ¡PORQUE TÚ NO ERES DIAMOND! ¡Quítate la máscara, farsante!
El silencio se apoderó de la sala. Podía sentir los fuertes latidos de mi corazón y la respiración acelerada de White, que seguía intentando que saliéramos de allí cuanto antes. No había sido buena idea cabrearle... Mi sangre se congeló cuando lo oí hablar por primera vez con su verdadera voz.
-...Asi que...me habéis descubierto...JA...¡JAJAJAJA! –Su risa era tétrica, fría y sin emoción. Creo que fue traumante ver la imagen de Diamond siendo partícipe de esa carcajada rencorosa. La sangre me hervía ahora, ¿Qué se creía?
-¿De qué te ríes, embustero? -Apreté los puños, enrabietado.
-De...esto.
Un Espeon apareció a su lado de la nada y su gema comenzó a brillar. Me temí lo peor y enseguida hice por fin caso a mi compañera y salimos corriendo de allí, pero ya era demasiado tarde. El potente rayo de energía nos dio de lleno en la espalda y fue tan fuerte que rompió la pared de la habitación de los chicos, traspasando el pasillo, y salimos por los aires, sobrevolando sin remedio los grandes jardines del lujoso Hotel. Por suerte, White reaccionó a tiempo y liberó a su Reuniclus antes de que impactásemos con el suelo.
Pero un ataque de Rapidez, proveniente del boquete que había dejado ese rayo de energía lo desestabilizó y acabamos de todas formas chocando entre unos matorrales que amortiguaron enormemente la caída. Espeon saltó de balcón en balcón hasta llegar al suelo, dónde aterrizó elegantemente y nos miró con unos ojos oscuros, llenos de rencor. Casi no podía creer que se tratara de esa clase de Pokemon tan amada para los concursos. Ruby no lo creería. Yo tampoco lo creía. La gente empezó a correr, asustada por el revuelo.
Nos levantamos como pudimos y esquivamos por los pelos otro rayo de energía psíquica, igual de potente que el anterior. Gracias a Reuniclus el ataque se desvió y pudimos salir ilesos...o quizá no tanto. Entre lo frenético de la batalla tan inesperada, apenas pude darme cuenta de que el potente rayo de energía psíquica se dirigía a gran velocidad en dirección a unos niños pequeños que se habían quedado agazapados debajo de un banco del jardín, creyendo que estarían a salvo.
No liberé a Brav a tiempo...
Pero ella sí que lo hizo.
El ataque lo recibió su pokemon, pero parte de él le dio en la cabeza. Yo lo vi todo y no pude hacer nada...Me lamento por no haber sido más rápido. Por actuar impulsivamente. Ella cayó al suelo, desmayada y me acerqué corriendo para sacar de ese lugar a los niños y comprobar el estado de White. Mal. La veía muy mal. Ese Espeon no era normal...¿Qué les movía a hacer todo aquello? ¿Por qué?
Pero aún no se había acabado todo. Tenía que alejar a esa criatura del edificio...o más personas acabarían heridas o en serios problemas. Le pedí a Reuniclus que usara Psiquíco con las fuerzas que le quedaran para llevar a White a un lugar seguro del bosque y fui corriendo tras él, no sin antes sacarle la lengua a ese Pokemon, retadoramente, con la esperanza de que me siguiera.
Lo conseguí.
Pero no para bien.
Cuando creía que ya lo había perdido de vista, me atacó por la espalda con un Cola Férrea que me tiró al suelo de un golpe. Tenía que seguir distrayéndole...recuperar lo que ese ladrón de quinta pretendía llevarse...averiguar lo que le pasaba a White...pero mi espalda no me lo permitía. Estaba cansado. Me pesaban los párpados. No podía desmayarme. No...no quería...
Antes de que mi vista se nublase y mis ojos se cerrasen, pude observar por última vez cómo ese Espeon se desvanecía en el aire como una ilusión. Cómo un suspiro. Se había teletransportado...¿El ladrón...había ganado? Maldita sea...no pude ver su verdadera cara...
~FLASH BACK OUT~
-Cuando desperté estaba justo aquí, al lado del río. White y su Pokemon estaban cerca también. Lo devolví a su Pokeball a pesar de que estaba muy preocupado por su entrenadora y le prometí que se pondría mejor. Me lavé la cara en el río para despejar mi mente y fue entonces cuando os llamé. No podía con esto solo, lo había aprendido, y White no mejoraba. Debería haberle hecho caso desde el principio...-El chico bajó la mirada, con tristeza y rabia a la vez.
Todos se quedaron de piedra ante el relato del menor. Los minutos se sorpresa sin saber qué decir o qué hacer se hicieron eternos...Era tan...indescriptible lo que había pasado en ese pacífico lugar mientras ellos habían estado fuera...¿Cómo en un lugar con tan buena seguridad podían pasar catástrofes como aquella?
-Hey...-Una mano en su hombro le sorprendió y se topó con los ojos anaranjados de Pearl. Su expresión era comprensiva y en cierto modo le relajó.- No te preocupes, todo estará bien. Lo hecho, hecho está y no hay nada qué hacer. Pero si podemos mejorar que venga más adelante.
-Sí. Además, con la medicina de Yellow seguro que White mejorará en nada. –Le animó Red y la susodicha se ruborizó un poco por el halago. Era muy modesta.
-Tampoco soy tan buena jeje...
-Yo iré a comprobar los daños y lo que sea que se haya llevado ese ladrón disfrazado. –Intervino Platinum, levantándose del suelo y se sacudió el polvo de la ropa.
-Habéis sido muy valientes.- Blue miró a ambos. Eran los más pequeños del grupo, pero su valentía y fuerza era enorme.
-Gracias...por vuestro apoyo. –Dijo entrecortadamente Black. No podía evitar sentirse triste y culpable por todo lo sucedido. Agradecía tener tan buenos amigos en esos momentos.
Platinum partió hacia el hotel acompañada por sus dos mejores amigos y el resto se quedó junto a Black y White. Green no paraba de darle vueltas a la historia del castaño de la lejana Teselia. Era obvio que todo estaba planeado porque sabían de la existencia de la carta...y que sabían de ellos lo suficiente como para saber cómo comportarse igual. Pero había algo que no le cuadraba. Era algo a parte de ese Espeon que ya había visto dos veces en aquel día...¿Se trataría de la misma persona?
-Esa persona sabía que estábamos en la reunión y aprovechó para infiltrarse en el Hotel. –Susurró Crystal.
-Eso no es todo, ¿Recordáis cuando os llamé para venir a Ciudad Corazón? ¡Justo en ese momento se estaba produciendo otro extraño ataque!
-Blue tiene razón. –La apoyó Silver.- ¿Creéis que tenga alguna relación?
-Sin duda.- Sentenció el castaño de ojos verdosos.- Ese farsante enmascarado lo tenía todo planeado. Por alguna razón sabía de nuestra salida hacia algún lugar lejos del Hotel y aprovechó ese momento para atacar. Pero es precavido...estoy seguro de que el ataque de ese Nidoking loco también está relacionado...no sé si tal vez con la misma persona...pero de alguna manera tengo ese presentimiento.
>>- Puede que formulara un plan B. Si en el plan original no se marchaban todos los Pokedex Holders de su objetivo, provocaría un ataque sorpresa en la Ciudad más importante de la región para atraernos...Ahí entra Ciudad Corazón, ¿Y qué mejor lugar que el Parque Amistad, tan plagado de gente y sobre todo hoy, que tenía una oferta especial de entrada? Listo, muy listo...La suerte jugó a su favor cuando Ruby y el resto fueron a la boca del lobo sin saberlo. Pero no contaba con que dos de nosotros se quedarían cerca a pesar de todo y lo descubrirían. En esa situación solo le quedaba atacar y huir en cuanto tuviera una oportunidad.
-Viéndolo así encaja bastante bien...-Gold se cruzó de piernas, pensativo.
-Sí, pero es apresurado...¿Cómo puedes estar tan seguro, Green? –El azabache de ojos rojizos no estaba muy convencido...Había mil y una razones. Aunque la teoría de su amigo tuviera mucho sentido...¿Y si eran hechos diferentes, unidos por la mera casualidad? No podía descartarlo así como así.
-Yo...-El oji-verde suspiró profundamente.- Tengo que contaros algo. No quería que los supierais aún para no preocuparos innecesariamente...pero las cosas van en serio, por lo que veo.
-¿A qué te refieres, Greeny?
-Red, ¿Recuerdas cuando me separé de vosotros para averiguar quién nos espiaba?
-¿Nos espiaba alguien? -Y así fue como Red, arruinó l momento de tensión. Pero después de un incómodo silencio, acabó por asentir.
-Pues mis sospechas empieza ahí.
El viento arrancó un par de hojas de las copas de los árboles y el viento las hizo danzar alrededor del grupo de amigos, para luego perderse entre las corrientes de aire del cielo como un suspiro de la naturaleza. La situación iba de mal en peor...¿Cómo acabaría? Tenían tantas dudas...había tantas cosas que no encajaban, tanto cabos sueltos...¿Por qué a ellos...? Esperaban que al menos el Líder de Gimnasio de Kanto lograra esclarecer alguna de esas intrigas y si no...solo les quedaba esperar a que el tiempo decidiera su suerte. Y poder construirse un futuro.