~ Un verano juntos ~

By Saphire235

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Una propuesta espontanea será el detonante de esta "aventura veraniega". Los Dex Holders pasaran una semana t... More

La propuesta.
Preparativos.
Embarque normal y corriente.
¡Bienvenidos a Sinnoh!
Los Juegos Playeros
Sorpresas por todas partes.
Corazón de diamante.
Carrera de instinto.
Amanecer de sentimientos.
Ideas cruzadas.
I Noche de Karaoke I
II Noche de Karaoke II
Tu voz
Borrón y cuenta nueva.
Por ti.
Ataque en el bosque.
Tu espíritu de batalla.
Bajo la lluvia.
Sustos en la Mansión.
Hermosa venganza.
Un nuevo día.
La carta.
Choque de problemas.
Cuenta saldada.
De cara al peligro.
Sin respuesta.
Huellas en la oscuridad.
Juntos somos invencibles.
Nos llaman héroes...pero somos solo humanos.
Especial: Questions and Answers!
El plan se pone en marcha.
Los días que no olvidaré.
Hoy empieza nuestra lucha.
¿Mentiras?
La Corazonada.
~ 2º Especial: Retos y preguntas ~
Visiones.
Una mañana "normal".
"Las gemas de colores"
La Verdad Detrás De Todo.
My illusion, my mistake
Lo que se esconde en las sombras.
Esperanza.
Grietas
Verdad que duele

Comienza el caos.

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By Saphire235



Entraron con un cierto silencio a una habitación completamente blanca, a excepción de las cortinas azuladas y un par de muebles de color claro. En la camilla, tapada hasta mitad del pecho, se encontraba una castaña descansando pacíficamente. Su respiración era tranquila y de vez en cuando gruñía, como si estuviera soñando con algo. Sonrieron al ver que se encontraba bien, sin demasiadas complicaciones, pero claro, Blue no podía gritar porque las quisquillosas enfermeras no la dejaban. Todo muy normal...



Claro...Si la "lastimada" no fuera Sapphire. Una Pokedex Holder. La chica que había conquistado todos los gimnasios y las inmensidades de Hoenn. Tan cercana a la naturaleza. Y sobre todo...Sapphire, la chica que NUNCA había estado en un Hospital.



Cuando abrieron la puerta se encontraron con una escena...¿Cómo decirlo?...particular. Una muy asustada enfermera de cabellos negros y cortos se ocultaba en una esquina, casi temblando. Siguieron la trayectoria de su mirada y ahí estaba Sapphire, levantando un sillón por encima de su cabeza como si nada, amenazando con sus brillantes ojos azules y sus pequeños colmillos a la pobre señora. Un refresco cayó al suelo. De inmediato, ambas se giraron hacía los nuevos visitantes, Sapphire con sorpresa, la enfermera con un tremendo alivio. Salió (huyó, más bien) del cuarto aprovechando la oportunidad, con la excusa de que se le había olvidado algo...Ruby suspiró. Tendría que dar un par de explicaciones después.



-Aww...mi refresco.-Gold se cruzó de brazos, molesto.


-¿En serio eso es lo único importante?


-Era de limón, Crys, DE LIMÓN.


-Ay...-La peliazul negó con la cabeza, mano en frente, y suspiró.



o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o



-Sapph, ¿En serio tenías que amenazar de esa forma a alguien del hospital?



Ella refunfuñó, con las mejillas hinchadas y mirando hacia la ventana. Los doctores la habían obligado a sentarse de nuevo en la camilla por lo menos, pero se sentía inquieta. Además, ya estaba mejor. ¡Por favor! Había sobrevivido años en el bosque a base de medicina tradicional, bayas, etc...¿¡Y tenía que quedarse al menos UN día en observación!? Y por si fuera poco, la habitación la deprimía. Y eso que no sabía de diseño. Por un instante su desarrollado olfato no era de ayuda...puaj, odiaba el olor a desinfectante.



-¡Creía que me iba a atacar!- Se defendió, con los brazos en alto. No era del todo mentira. Ella estaba recuperando la consciencia cuando, de repente, una mano se aferró a su brazo y como si fuera un acto reflejo, abrió sus ojos de golpe y saltó de la cama.



-Por Arceus, ella me contó que solo te iba a administrar el medicamento cuando te abalanzaste sobre ella. –El moreno rodó los ojos. A simple vista parecía que la estaba regañando, pero su tono era comprensivo y relajado. Comprendía en cierta forma su situación.



-Exagerada...-Susurró, sin que la oyera su compañero.- ¿Y si era alguien disfrazado? –Sus orbes azules se cruzaron con los del chico, desafiantes, imponiendo su teoría.


-Eso solo pasa en las películas y en los libros...-Ruby se llevó las manos a la nuca y se recostó un poco en la silla.


-¿Y si...?


-Sapph.


-P-pero...no me gusta este lugar y...


-Sapph.- La volvió a interrumpir, acortando la distancia entre los dos. Colocó su mano sobre la de la chica. Su piel se erizó por un segundo.- Relájate, ya está todo bien, ¿Ves?



Su sonrisa siempre la había tranquilizado. Incluso en aquellos momentos en los que estaba tan nerviosa por todo lo que había pasado...no se fiaba, algo le decía que algo andaba mal, aunque no sabía el qué. Pero ahí estaba la persona que más podía sacarla de sus casillas...y a la vez animarla. Suspiró y sonrió, un poco más tranquila. Las flores que le había regalado Blue le encantaban y le daban un toque más alegre a la estancia.



-Está bien. –Dudó unos segundos.- ¿Y tú...cómo llevas eso? –El oji-rubí se palpó la cabeza.


-Un pequeño golpe, nada importante. –Sonrió. Pero pronto ese arco de alegría se extinguió en una mueca seria.- Tú te llevaste la peor parte...¿Por qué lo hiciste?


-B-bueno...yo...



Se había quedado en blanco. No se esperaba esa respuesta. Sus ojos vagaron por la habitación, desesperados. Hasta que, sin querer, se toparon con las vendas que cubrían parte de la cabeza del joven coordinador. Un triste recuerdo azotó su mente y casi sin darse cuenta, estaba acariciando con suma delicadeza un lado de ésta. Al ver su cara de sorpresa, titubeó y apartó lentamente la mano.



-Ya te dije. Tenía que devolvértela algún día.


-¿Pensaste en las consecuencias? –Su voz tenía un matiz molesto. Pero no estaba enfadado, al contrario, había estado muy preocupado.- ¡Podría haber sido mucho peor! Si se hubiera complicado...si no te hubieras apartado esos centímetros...



-Hey, eso me ofende. -La castaña le dedicó una de esas sonrisas que animan a cualquiera, con los brazos en jarras.- No es nada, repito. Hemos pasado por cosas peores y lo sabes. Además...me siento feliz porque he podido cumplir el objetivo de lo que soy ahora: Proteger a mis seres queridos, ¿Para qué vale ser fuerte sino?



La sonrisa de su compañera era contagiosa. No tardó en mirarla con la misma expresión. La admiraba tanto. Sus compañeros habían salido un momento a la cafetería del edificio y Gold...bueno, Gold estaba intentando coquetear con las enfermeras con la excusa de su brazo rasguñado. Avisaron que regresarían más tarde. Como él no podía salir tampoco del Hospital... aprovecharía para hacerle de rabiar a su salvaje favorita. Era inevitable.



-Así que la señorita ya está mejor...entonces...-Esa sonrisilla no le gustaba ni un pelo a Sapphire.- ¡Puedo hacer esto!



El azabache comenzó a hacerle cosquillas mientras la castaña no podía evitar reírse y defenderse de la inesperada acción. Al final los dos acabaron riéndose a carcajadas con aquel juego, llenando la habitación tan fría e insípida, con un sabor dulce y un cálido ambiente. Quería que dejase esos tristes pensamientos a un lado...y lo había conseguido.



o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o


-Estoy lleno~-Diamond se palpaba el estómago con una sonrisa de tremenda satisfacción.


-Eso es raro, ¿Cuánto dices que has comido...?


-Doce platos. No es tanto como parece jeje...- Pearl casi se desmaya al imaginarse a él mismo comiendo tal cantidad de comida. Platinum sonrió. Le divertía la relación tan peculiar que tenían esos dos.


-Su metabolismo es digno de estudio.


-Y qué lo digas...-Al rubio se le unieron más personas, entre ellos, el chef de la cafetería (apareció de la nada tras una esquina), Emerald, Red, Silver y Yellow.



Ya había pasado un buen rato desde que dejaron a ese par a solas. A Crystal le daba un poco de pena su compañera Holder. La regañina y charla de modales de Ruby podía ser estresante pero estaba segura de que podía haber tenido un final feliz. Desde luego, cuando regresaron al cuarto de la famosa conquistadora no esperó encontrarse con esa escena. A quién engañaba, se veía venir.



Ruby estaba sentado en una silla cercana a la camilla, pero se había quedado completamente dormido y mantenía su cabeza cerca de la de la chica, que dormía plácidamente, casi babeando. O la charla había sido agotadora o se habían dormido del puro aburrimiento, se preguntaba la amante de las estrellas. Pero le parecía extremadamente tierna la escena...y creo que no era la única. O casi.



-Ewww...Parecen casados. -Rald sacó la lengua, notablemente asqueado. Gold le siguió el juego, pero recordando su refresco de limón caído en combate. Pobre refresco de limón...


-Qué tiernos...-Susurró una pequeña rubia.


-Será mejor que los dejemos descansar. Al fin y al cabo, hasta mañana a primera hora no les dan el alta. –Se dirigieron al pasillo y Platinum cerró con cuidado la puerta blanca.


-¿Y a mí por qué no me dan el alta?


-Gold, deja los pucheros.-Le regañó Crys.- De todas formas por un rasguño no te van a hospitalizar.


-Lo que este idiota quiere es coquetear con las enfermeras.


-¡No es verdad, pelirrojo teñido!


-¿Cómo que teñido? –Silver lo agarró del cuello de la camiseta.- ¡Es natural!


-¡Y yo no coqueteo! –Claro que no Gold, tú sigue pensando eso.- ¡Lo mío es arte!


-Y otra prueba para el Gold x Ruby, ¡Archivado! JOJOJO~ -La pelea se paralizó por un instante y todos centraron su atención en Blue que sostenía una cámara en sus manos con una sonrisa juguetona. La guardó en un instante.


-Blue...ese hobby tuyo de emparejarnos entre nosotros no es sano...


-¡Tonterías, la gran Blue es una experta en ese tema! –Con un elegante movimiento de su mano se colocó bien la pamela y guiñó un ojo.- Es muy divertido ver vuestras reacciones, ¿Ven? –Y señaló al pobre criador de Jhoto que mostraba una cara semi-traumatizada.


-En fin...-Green suspiró y se acercó a Silver.- ¿Cómo va eso de buscar nuevos hobbys?- Susurró, en segundo plano.


-Meh...El de ganchillo dudo que sea rentable, además no es seguro darle a mi hermana algo puntiagudo. Como segunda opción tenemos Kárate...pero repito, no es recomendable, ¿Y el de collage?


-Seguiremos buscando.- Se limitó a decir.



En cuanto a Gold, ya estaba completamente recuperado del shock y volvió a la carga con una enfermera más joven, de unos 24-25 años. Le dio prácticamente igual que aquella chica de ojos azules y cabello rubio recogido en una coleta le dijera, un poco avergonzada, que ya tenía novio. Como respuesta, cantó un estribillo que se sabía de memoria y que acabó con una enojada Crystal jalándolo de la oreja y un muy rojo Silver pidiéndole disculpas por las groserías de su "amigo".



Fuera del Hospital...



-¿En serio, Gold? ¿"Una aventura es más divertida si huele a peligro"? ¿En serio?- Los intentos de Silver de que Gold fuera normal eran inútiles.


-Ay, ya, deja de molestar.-El oji-dorado se llevó las manos a la nuca, indiferente.- No me vas a chafar la alegría, ya tengo otro refresco de limón~



Habían decidido salir del edificio para no armar más jaleo. Menudo día; Primero son avisados a última hora de que tienen que encargarse de la protección de la región por cualquier problema mayor, aparece un pokemon salvaje loco, hiere a los que estuvieron más cerca y ahora tenían que quedarse en observación. Pobres. Las vacaciones de todos en general no eran lo que esperaban pero tampoco se quejaban. No se iban a rendir. Se lo iban a pasar bien. Después de todo, la rutina llega a ser aburrida ¿no?



-Al menos hace buen día...-Yellow disfrutaba del airecillo que corría por las afueras de la Ciudad. Ese parque en el que habían parado a charlar era precioso. Crystal estaba sentada a su lado, el resto en un banco contiguo y los chicos de Sinnoh practicando su rutina de chistes al lado de una fuente cercana.



-Sí.-Sonrió.- Y por suerte nos fuimos antes de que nos echaran a patadas del hospital. Pero en fin. Podemos pasar la tarde aquí y regresar al hotel a la hora de cenar, ¿Está bien así?


-Claro.- La dueña del hotel le devolvió la sonrisa.- Mañana a primera hora puedo encargar una limusina para que nos lleve con Sapphire y Ruby y así los recogemos.



¡Splash! Alguien había caído al agua. Miraron en dirección al origen del sonido y se encontraron con un empapado Pearl y un preocupado Diamond ayudándole a salir del agua helada. Según lo poco que podían escuchar desde allí, el rubio iba a finalizar el chiste con su típico golpe cuando, sin previo aviso, Diamond se agachó a recoger una moneda del suelo y él se cayó a la fuente por la inercia. Bueno...por fortuna era verano.



-No es necesario, en serio. –Intentó disuadir a su amiga con una sonrisa nerviosa. No quería ser una molestia y mucho menos que el coche descarrilara por culpa de cierto par de chicos...


-Está bien. Podemos ir haciendo senderismo, siempre es divertido. –Juntó las palmas de sus manos, emocionada por compartir tiempo con sus amigos. Gold empezó a llorar...internamente.


- Adiós a la vida de rico...-Se lamentó.


-Parece un niño pequeño...


-¿Ah sí? Pues el niño pequeño tiene un refresco de limón. –Le sacó la lengua con burla.


-Como dije...un niño.- Suspiró el pelirrojo.- Y no me gusta el limón, listo.


-Por eso el señor maduro y amargado no tiene un refresco~


-¡No soy amargado! Ugh...-Se masajeó el puente de la nariz.- Dame eso anda. Te sienta mal.


-Ah, ahora sí que lo quieres, ¿Pues sabes qué? –Inesperadamente puso su típica mueca burlesca, pero más exagerada y protegió con sus brazos su preciado tesoro.- No te lo voy a dar. Me lo arrancarás de mis manos frías y...dormidas, mejor. Soy demasiado genial para morir joven.


-¡Dame eso! ¡Te dije que no tomaras demasiado azúcar!



Y así fue como ambos se enzarzaron en otra de sus características peleas, forcejeando, está vez, por algo absurdo como una lata de refresco. Blue se llevó una mano a la boca, sonriendo divertida. No se habían dado cuenta pero había cambiado la lata verdadera por un trozo de metal pintado igual y ahora disfrutaba de un refrescante aperitivo. Pero en ese momento, un pitido la sacó de sus pensamientos y lo maldijo por molestarla. Buscó entre las cosas de su bolso y contestó a una llamada.



-White, querida, ¿Qué horas son estás de llamar? –Suspiró, arrugó la lata vacía y la lanzó con mucha puntería a la papelera dejando a Silver y Gold boquiabiertos. La trampa se había descubierto.- Bueno, ¿algo que pueda hacer por ti?


-Oh...ehm...Blue-senpai, no soy White.


-¿Qué? ... ¿Black? ¿Qué haces con la Pokedex de White? –Una idea sustituyó su sorpresa momentánea y en su rostro se dibujó una sonrisilla pícara.- Así que ya han empezado a salir~ Jojojo~ 


-Mujer ruidosa...


-Ok...¿De qué habla senpai? Seguimos dentro del hotel. –Blue trauma-consciencias no tenía ningún efecto sobre Black olvida-indirectas. No le dio importancia a las palabras de la castaña y siguió con lo suyo.- Oh, sí, a lo que llamaba...¡¡TIENEN QUE VENIR HACIA AQUÍ, RÁPIDO!!


-Mis divinos tímpanos...-Blue casi se desmaya a causa de tal griterío. Green tomó la llamada en su lugar. Una preocupación creciente empezaba a nacer en su pecho.


-Green al habla, dime. (...) Ajá (...) Ok, ok, ya entiendo. –Cerró la tapa del aparato y volteó hacia el resto.- Bien chicos, se acabó el descanso.


-Pero si no lo hemos empezado...-Emerald rodó los ojos, cansado.


-¿Qué sucede?


-Ya deberías saberlo Red.- Empuñó la pokeball de Charizard.


-Pues no. No lo pillo.-Todos a su alrededor casi se desmayan, resignados.


-¡Cómo puedes ser tan despistado! –Le regañó.


-Chicos, chicos...-Yellow intentó poner paz entre ambos jóvenes.- Green, ¿Nos explicas que te ha dicho Black?


-Está bien.-Suspiró.- Tenemos que ir al hotel. No tengo muchos detalles, pero podemos rastrear la señal. Sacad a vuestros pokemon voladores o compartid montura; cuánto antes salgamos mejor. Si ese chico no estaba gritando por su compañía... es porque algo serio ha pasado.



Hicieron caso omiso al mayor del grupo y sacaron a sus fieles compañeros de equipo, montando solos o acompañados. Un fuerte aleteo y ya estaban sobrevolando la gran ciudad, dejándose llevar por el viento hacia la línea de costa. Sus miradas eran determinadas. Apenas tres horas después del incidente y ya estaban en serios apuros otra vez. Pero que se le iba a hacer, aunque Emerald empezaba a tener un serio mareo por culpa de las alturas, no podían decepcionar a Cynthia, ¿Qué habrá pasado ahora? ¿Otro pokemon salvaje loco?



o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o



Un chico de pelo castaño desordenado y ojos del mismo color se encontraba sentado a las orillas de un riachuelo. Cogió con cuidado un paño blanco y lo empapó en las frescas aguas, devolviéndolo después a su sitio. Su intrépida gorra descansaba a su lado pero no parecía importarle, estaba mucho más centrado en la persona que estaba bajo su cuidado en esos momentos.


-Aguanta White. Ya he llamado por ayuda. No te preocupes, te voy a ayudar...como aquella vez que me ayudaste a mí...-Susurró esto último recordando el triste suceso, sin perderla de vista.



A pesar de que sabía que la castaña no podía oírle porque llevaba dormida mucho rato, se sentía mejor ofreciéndole su apoyo. La pobre crispaba el rostro a cada minuto y eso no le gustaba nada. Volvió a tocarle la frente para asegurarse de que la temperatura bajaba pero su preocupación aumentó. "Maldita sea...La fiebre no baja. Y para colmo lleva una hora entera teniendo una horrible pesadilla." Con la ayuda de Musha y su visión consiguió recolectar algunas bayas curativas, pero él no tenía ni idea de cómo preparar un medicamento...tendría que esperar hasta que Yellow llegara para poder hacer algo más provechoso.



Como si se hubieran comunicado con la mente, una sombra bajó velozmente del cielo y se plantó, tras varias piruetas, delante él. Black saltó hacia atrás como método de defensa ante esa intrusión tan inesperada, pero tropezó y cayó al suelo. Tras un gemido de dolor, se palpó la espalda, adolorido y dirigió su mirada al nuevo "visitante", un tanto molesto. Pero no esperaba que ese intruso fuera nada más y nada menos que...¿Uno de sus compañeros?



-¿G-gold-senpai...?


-Je...perdón por el susto. –Levantó en el aire su monopatín con un ágil puntapié y se lo colgó en la espalda. Acto seguido, le tendió una mano al menor y le ayudó a levantarse.- Pero no puedes negar que esa entrada no ha sido alucinante. -Sonrió, con un dedo sobre la nariz.


-B-bueno...


-¡GOLD!- Se escuchó desde el cielo. El mencionado se encogió.


-Ay, mamita...


-¿¿Cuántas veces te he dicho que no puedes saltar tan de repente y desde tanta altura?? –A su lado apareció una muy enfadada Crystal, devolviendo a Xatu a su Pokeball. El Togekiss del azabache veía la escena con una alegría tremenda de no estar en el lugar de su entrenador.


-P-pero la entrada...


-¿¿Y si te matas??


-¡Pero no lo hice!


-¿¿Y si lo haces??–La expresión del muchacho cambió de golpe.


-¿Así que te preocupas por mí, he~? ¿Sabes? Creo que sí me hice daño al caer sobre esa rama, tal vez necesite un...-Acercó su hombro al de la chica de ojos claros pero una mano en su cara lo detuvo, apartándolo hacia un lado.


-Ni lo sueñes, cuentista. -Se cruzó de brazos y bufó, centrando su atención en los chicos de Teselia.- En fin...¿Qué ha pasado, Black? ¿Y qué le sucede a White?


-Nuestra habitación en el hotel tiene un boquete perfecto para la ventilación pero no creo que ver a tan poca gente por allí sea normal. -Continuó Gold.


-Es complicado...



Enseguida comenzaron a aterrizar todos y cada uno de los restantes miembros. Yellow se acercó muy preocupada a la chica, que yacía sobre un "colchón" de hojas, y comprobó su temperatura y estado. De inmediato se puso manos a la obra con la preparación de la medicina gracias a las bayas que había juntado su compañero. Red y Blue la ayudaban en lo que podían, siguiendo las instrucciones de la rubia.



-No entiendo porqué ha tenido que pasar todo esto...-Se lamentó, cerrando los puños. Una mano en su hombro le llamó la atención. La sonrisa tranquilizadora de Platinum le dio la bienvenida.


-Anda, cuéntanos...Lamentando lo que no pudimos hacer en el pasado no cambiará nada. Pero sí que nos gustaría saber cómo habéis acabado así.



El Campón de Teselia se miró a sí mismo. Su típica chaqueta azul estaba rasguñada y manchada de tierra en varias zonas, al igual que el pantalón. Al menos su gorra se había salvado. Pero la peor parte se la había llevado su compañera. No tenía ninguna herida física...pero le preocupaba el hecho de que no despertaba y su fiebre no cedía al tiempo. Verla sufrir de esas manera...no quería aceptarlo. Suspiró y se sentaron sobre la hierba del claro. Él no quería evocar ese momento, pero tenía que hacerlo.


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